Realismo socialista
Recibe el nombre de Realismo Socialista el arte oficial de la Unión Soviética, desde 1934 en adelante, etapa en que se prohiben el arte abstracto y los formalismos.
Se proclama oficialmente en el Congreso de la Unión de Escritores de la URRS (1934) y se debe totalmente al proyecto político estalinista. La idea es exaltar el trabajo, la solidaridad y la eficacia del régimen comunista. Los precedentes se encuentran en la AkhRR (Asociación de artistas de la Rusia revolucionaria) fundada en 1922 y promotora de actividades y exposiciones que defienden la figuración al servicio de un realismo heroico contrario a la vanguardia.
En lo referido a las artes visuales, se manifiesta en dos etapas. La primera corresponde al período estalinista propiamente dicho y entiende la obra de arte como exponente de la “realidad soviética en su desarrollo revolucionario”, por tanto se trata de un arte de exaltación política, institucionalizado y académico; sin embargo, en esta fase admite cierta diversidad de estilos en artistas como Brodski, Ioganson y Guerassinov, representantes emblemáticos del realismo socialista, junto a otros que manifiestan cierta influencia del postimpresionismo, el fauvismo y el cubismo. Estos estilos no tienen ya cabida a partir de finales de los años treinta y en especial en el período de Jdanov (1947-1956), al considerarse desde la ortodoxia comunista que eran signos de cosmopolitismo y de defensa de la autonomía del arte. El proceso de desestalinización cuestiona el aislamiento y el estancamiento cultural, pero no consigue remover las estructuras.
El Realismo Socialista alcanza proyección internacional en los estados satélites, y en los países occidentales como “arte de partido”, donde se conoce como nuevo realismo, del que son ejemplo Gutusso en Italia y Fougueron en Francia.