Matisse, Derain y los demás: rebeldía en 1900

Kunstmuseum Basel examina el origen del fauvismo

Basilea,

Sin necesidad de que medien aniversarios redondos, y se agradece, Kunstmuseum Basel finalizó y abre el año en su Neubau dedicando una exhaustiva muestra a la primera vanguardia del siglo XX, al fauvismo que bautizó Louis Vauxcelles en su reseña del Salón de Otoño de 1905 pero que había comenzado a gestarse al menos un año antes. A Basilea han llegado 160 trabajos, muchos nunca expuestos en Suiza, que nos permiten adentrarnos en las experimentaciones cromáticas que Henri Matisse, André Derain, Georges Braque, Maurice de Vlaminck y otros emprendieron entre 1904 y 1908, y también trata de iluminar esta exposición el rol de los críticos y del mercado del arte en el nacimiento de esa corriente, que allanaría el camino al cubismo poco después.

Vauxcelles se refirió a estos autores como fauves (grandes felinos o bestias salvajes) a cuenta de su aplicación muy expresiva de los pigmentos y de sus inusuales combinaciones de color, que representaron un aldabonazo a las convenciones pictóricas imperantes en los inicios del siglo XX, por más que los impresionistas ya hubieran comenzado, algunas décadas antes, a hacer un uso particular y muy atmosférico de las tonalidades y sus gradaciones. Ese término, el de fauves, venía a encapsular el desdén de la alta burguesía conservadora de París hacia estos artistas, que vagamente asociados en torno a Matisse y Derain hicieron suya esa etiqueta despectiva, capitalizando el escándalo.

Matisse, Derain and Friends. The Paris Avantgarde 1904–1908. Kunstmuseum Basel
Matisse, Derain and Friends. The Paris Avantgarde 1904–1908. Kunstmuseum Basel
Matisse, Derain and Friends. The Paris Avantgarde 1904–1908. Kunstmuseum Basel
Matisse, Derain and Friends. The Paris Avantgarde 1904–1908. Kunstmuseum Basel

Esta exhibición suiza lleva por título “Matisse, Derain and Friends. The Paris Avantgarde 1904–1908”, ha sido comisariada por Arthur Fink, Claudine Grammont y Josef Helfenstein y viene a ilustrar los profundos cambios que la pintura experimentaba en los años primeros del siglo pasado; cambios que, en el caso de los fauvistas, no se acompañaron de una agenda estética detallada en términos programáticos, ni ligada a escritos o manifiestos: procedían estos artistas de estratos sociales y caminos creativos diversos y los unía fundamentalmente su interés por la obra de posimpresionistas y neoimpresionistas como Georges Seurat, Vincent van Gogh, Paul Cézanne o Gauguin.

Derain y Matisse compartieron, además, el verano de 1905 en Collioure, pueblo de pescadores del sur de Francia, cercano a la frontera española, donde desarrollaron las estrategias pictóricas que les terminarían valiendo aquel apodo de fauves. Evitaron a conciencia la reproducción imitativa de los tonos y los contrastes basados en claroscuros para centrarse en el contenido emocional de sus composiciones, y no había mejores colores que los puros para expresarlo.

Al margen de la paleta, ambos y sus compañías desafiaron también los métodos compositivos asentados, al desechar la idea de organizar sus pinturas en torno a centros identificables, ni estructuras vertebradas en primeros planos, planos medios y fondos; también trabajaban sin imprimaciones ni bocetos preliminares. Los lienzos eran para ellos un material físico a experimentar con una intensidad seguramente sin precedentes: sus pinceladas se caracterizan por cualidades táctiles y vibrantes. En lo temático, estos autores fueron extraordinariamente versátiles: sus motivos fueron desde escenas callejeras y portuarias al retrato de familias y amistades, desde referencias a una incipiente actividad consumista hasta fiestas nocturnas.

Matisse. Lujo, calma y voluptuosidad, 1904. RMN-Grand Palais (musée d'Orsay) / Hervé Lewandowski
Matisse. Lujo, calma y voluptuosidad, 1904. RMN-Grand Palais (Musée d’Orsay) / Hervé Lewandowski
Matisse. Intérieur à Collioure, 1905. Sammlung Gabriele und Werner Merzbacher, Dauerleihgabe im Kunsthaus Zürich, Zürich
Matisse. Interior en Collioure (La siesta), 1905. Sammlung Gabriele und Werner Merzbacher, Dauerleihgabe im Kunsthaus Zürich, Zürich

Tras el Salón de Otoño de 1905, colegas de Le Havre se unirían a los primeros fauves: Raoul Dufy, Georges Braque y Othon Friesz desarrollaron su producción desde el compromiso crítico con el impresionismo y revisitando paisajes que habían seducido a esa generación anterior de artistas, como los de Normandía o los de pueblos del sur (L’ Estaque y La Ciotat). Hay que subrayar que su actividad fue extraordinariamente favorecida por la moderna infraestructura turística y por una creciente red ferroviaria.

Un capítulo relevante de esta exhibición presta atención al rol de las mujeres en el fauvismo, rara vez reconocido: Amélie Parayre Matisse apoyó económicamente, con sus diseños textiles, el negocio de su marido, y la marchante Berthe Weill también prestó un soporte sustancial a los fauves en sus inicios y les dedicó una muestra importante en octubre del mismo año 1905, tras el escándalo del Salón. Fue, además, una de las pocas mecenas (en femenino y masculino) que promovió a mujeres artistas entonces, entre ellas Émilie Charmy, a quien brindó sus primeras exposiciones, y Marie Laurencin, ambas ligadas a los fauvistas. En el Kunstmuseum veremos un retrato que esta última dedicó a Alice, la esposa de Derain, a quien cariñosamente llamaba la fauvette o la biche parmi les fauves.

Albert Marquet. Affiches à Trouville, 1906. National Gallery of Art, Washington, Collection of Mr. and Mrs. John Hay Whitney
Albert Marquet. Carteles en Trouville, 1906. National Gallery of Art, Washington, Collection of Mr. and Mrs. John Hay Whitney

Buscando examinar más hondamente la relación del movimiento con su contexto histórico, el Kunstmuseum refleja cómo algunos de estos autores fueron también caricaturistas o se zambulleron en los negocios nacientes de la publicidad, el ocio y el turismo; se subrayará, igualmente, que sus paisajes urbanos ilustran en ocasiones la vida cotidiana y la moda de la Belle Époque o que algunos fauvistas reclutaron a sus modelos entre prostitutas de barrios populares.

En cuanto a obras fundamentales, podremos contemplar en Basilea las pinturas de Matisse Lujo, calma y voluptuosidad (1904), La gitana (1905), La alfombra roja y La siesta (ambas de 1906), así como esculturas tempranas provenientes de su museo en Niza. En su tratado Notas de un pintor (1908), la fuente teórica más importante sobre el fauvismo, Matisse escribió que la representación de la figura había desafiado y estimulado constantemente sus energías creativas más que cualquier otro tema, y bajo la luz de ese texto debemos interpretar esas piezas. Veremos, igualmente, composiciones de la serie londinense de Derain y la monumental La Danse de 1906, quizá su primera gran obra.

Derain. La danza, 1906. Colección privada
Derain. La danza, 1906. Colección privada

 

 

“Matisse, Derain and friends. The Paris Avantgarde 1904–1908”

KUNSTMUSEUM BASEL

St. Alban-Graben 8

Basilea

Del 2 de septiembre de 2023 al 21 de enero de 2024

 

 

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