Más allá del graffiti

A través de esta exposición se pretende invadir al museo y sus visitantes del espíritu artístico de Haring y, para ello, las obras no están expuestas cronológicamente e instaladas al uso, sino que se exhiben como si se hubieran apropiado de las salas y espacios públicos. De esta forma, el visitante queda inmerso en las obras del artista, apreciando además la multiplicad de formatos y materiales sobre los que trabajó (vinilo, papel, metal, paredes, muros e incluso el cuerpo humano) y la libertad de técnicas que usó sobre ellos: pintando con tiza, rotuladores, spray, tinta… Tomando como base el cómic, los dibujos animados que tanto le apasionaron en su infancia, e inspirado por el mundo del graffiti; Haring desarrolla un lenguaje muy personal que se caracteriza por los intensos colores planos y, principalmente, por las líneas de trazo continuo, con las que delimita las siluetas de sus característicos personajes -como el perro ladrando o el bebé a gatas- que todavía hoy constituyen una seña de identidad del artista. La exposición repasa los escasos diez años en los que Haring se dedicó plenamente al mundo del arte, ya que su carrera se truncó de forma abrupta cuando murió en 1990 con tan sólo 32 años, mostrándonos algunas de sus aspiraciones más relevantes; como llevar el arte a toda la sociedad, convertirlo en un arma de lucha contra las desigualdades o fomentar la interdisciplinaridad de las artes.