Martinho Costa y la pintura sin red

La Galería Silvestre abre el año mostrando obra reciente del portugués

Madrid,

Aunque no es la pintura su único medio de trabajo, si es en su historia y tradición, y en las posibilidades de establecer lazos entre pasado y presente, donde encuentra su punto de partida a la hora de crear el artista portugués Martinho Costa, pero de forma muy evidente ha reflexionado este autor, también, sobre las consecuencias de la irrupción de la fotografía a largo plazo: sobre la banalización y el “consumo” de imágenes, acrecentado en tiempos de Internet, y sobre el uso de la cámara para inmortalizar instantes que pueden quedar convertidos muy pronto en vulgares e intercambiables, tras su difusión masiva. Por otro lado, esa proliferación fotográfica ha reducido además, parece subrayar, las posibilidades creadoras de la memoria: cuando existe documento visual fehaciente, queda desplazada la fantasía.

En algunas de sus series, Costa se ha detenido en ese casi colapso visual de nuestro día a día eligiendo imágenes entre las disponibles en el ilimitado archivo de la Red y las redes para concederles un rol y una categoría distintas al llevarlas al medio pictórico, haciéndonos dudar sobre la verdadera memorabilidad de los instantes captados y, en el camino, sobre la misión de la pintura hoy.

Martinho Costa. Mapa Mundo, 2019
Martinho Costa. Mapa Mundo, 2019
Martinho Costa. Tecido (Zurbarán), 2019
Martinho Costa. Tecido (Zurbarán), 2019

Sus trabajos más recientes pueden verse, desde el próximo 25 de enero, en su galería madrileña, Silvestre, que presenta “Testigo”, imágenes nacidas de sus viajes y su contemplación de paisajes, pero no vinculadas en esencia a ellos sino al que, en el fondo, es el centro del conjunto de la producción del autor de Fátima: las particularidades de la pintura como medio, como disciplina enteramente vinculada a la mirada lenta, apurada, y quizá muy abierta cuando no incorpora ni intenciones morales, ni narrativas, ni más objetivos que la presentación más o menos pura de lo observado y analizado. Vanessa H. Sánchez recuerda en el texto que acompaña a esta exposición que Costa traslada así a nuestro tiempo contemporáneo los conceptos manejados por Alberti en su tratado Della Pittura, en el que, rompiendo con creencias medievales, ensalzaba la diligencia y la dedicación como grandes virtudes del pintor frente a su genialidad.

El viaje que en “Testigo” nos propone Martinho Costa consiste en mirar con nuevos ojos, convirtiendo también en nuevo lo observado. La cámara fotográfica es su libreta de anotaciones y esbozos: con ella recoge sus experiencias visuales, desde la voluntad de abarcar y atrapar el mundo, de entenderlo y volcar en la tela hipótesis propias sobre su funcionamiento. Aquellas imágenes primeras fotografiadas, componiendo un archivo de lo tangible, le sirven para diseccionar ese todo inaprensible tras la primera experiencia, intuitiva y empírica, al tomarlas.

En sus nuevos trabajos ahora mostrados, Costa se ha enfrentado de forma directa a la tela, para que su propia “vulnerabilidad” como pintor pudiera convertirse en objeto de reflexión sobre su actividad y sobre lo visible. Explica: Escuché un podcast recientemente sobre Francis Bacon y la exposición que tiene ahora en el Pompidou. Ellos hablaban de la idea de fuerza en su pintura, que es algo que me hizo pensar también. La pintura testigo del registro de la fuerza del pintor sobre la materia. Hecha carne. Ahora con esta forma que tengo de pintar “sin red” se pone más en evidencia el músculo. El gesto es más largo, tiene más dudas, unas veces resulta otras no. Es una verdadera lucha. Se pierde y se gana. Antes era todo un poco más controlado, más hacia el resultado, “sin pensar” como habla Gerard Richter. Ahora acudo más a lo que decido que es importante en una imagen (a una esencia).

Martinho Costa. Rochas (Corbera d´ Ebre), 2019
Martinho Costa. Rochas (Corbera d´ Ebre), 2019
Martinho Costa. Portao Laranja, 2019
Martinho Costa. Portao Laranja, 2019

 

Martinho Costa. “Testigo”

GALERÍA SILVESTRE

Doctor Fourquet, 21

Madrid

Del 25 de enero al 14 de marzo de 2020

 

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