El tiempo pasado y el presente se conjugan en la producción fotográfica de Marta Fàbregas, artista barcelonesa que trabaja a partir de imágenes antiguas, valiéndose de procesos de manipulación, muy a menudo para reivindicar la memoria de mujeres olvidadas que en su momento fueron víctimas de la marginación o la esclavitud.
En este mes de marzo, su obra reciente ha recalado en la Galería Jorge Alcolea de Madrid, coincidiendo con la presentación en el Centro Cultural Blanquerna del fotolibro Brians: Mujeres invisibles, que recoge un proyecto de mediación artística que la propia Fàbregas ha liderado, Traspasando el objetivo; y es que, además de la foto y sus códigos, el feminismo es el eje de las investigaciones de esta autora, que se define además como activista y que dice inspirarse en el universo femenino y en el impulso constante de búsqueda de la igualdad.
Son veinte las piezas que integran esta muestra, pertenecientes a sus series Colonizadas, Kairos, Perfectas Imperfectas y Jardín de las Hespérides, esta última inédita; todas ellas tienen que ver con la recuperación de legados femeninos desapercibidos, con la reflexión sobre la histórica subordinación de la mujer y con la atribución de significados nuevos a imágenes decimonónicas, o de principios del siglo XX, en las que se las retrató desde una perspectiva etnológica o sociológica; recuerda Fàbregas que ese enfoque ocultaba identidades, así relegadas, y sus trabajos buscan que, décadas después, queden manifestadas y liberadas.
Sus procedimientos pasan por una técnica que la propia artista ha bautizado como transfotografía: busca historias, como decíamos en los archivos; selecciona rostros, retratos de mujeres -que también colecciona- y adapta esos documentos a sus necesidades plásticas editándolos digitalmente y después transfiriéndolos a papel de acuarela, encolándolos, enjuagándolos y rasgando el soporte. Este proceso imprime en el papel resultante una textura particular, pequeñas emulsiones que hacen hincapié en el tiempo de olvido transcurrido sobre los rostros y sobre el mismo papel, cuyas emulsiones a veces remiten a combustiones como las que efectuaba Alberto Burri. Es frecuente, asimismo, su uso del collage, derivado de su admiración hacia los dadaístas, Hans Arp o Kurt Schwitters.
En concreto para el proyecto Colonizadas, que como avanzábamos forma parte de esta exposición, recuperó fotografías de mujeres datadas a mediados del siglo XIX, incorporando a ellas retoques digitales, tejidos contemporáneos y sedas; su propósito era visibilizar a aquellas desconocidas en composiciones de gran formato, trayéndolas a nuestro tiempo y también proyectándolas hacia el futuro; en Kairos, por su parte, abordaba el tiempo desde otra perspectiva: dedicó esta serie a los instantes concretos que hacen que todo cambie en las vidas respecto a los caminos planeados. A esos momentos, que considera tiempo cualtitativo (Kairos) frente al cronológico (Cronos), apelaba como transformadores de lo actual y de lo venidero.
En Perfectas Imperfectas, entretanto, manejaba la teórica imperfección como parte inherente del ser humano y herramienta de aprendizaje: a partir de fotografías de moda de los cincuenta subrayaba la pesada carga que supone mantener la impecabilidad; y por último, en El Jardín de las Hespérides señala los lazos entre nuestros alejamientos de la naturaleza exterior y de nuestra propia naturaleza interna, defendiendo la idea epicúrea de cultivar nuestro propio interior, de devenir nuestro particular jardín.
Estos trabajos de taller y de carácter individual los compagina Fàbregas con la realización de instalaciones callejeras, basadas en la reproducción a gran escala de sus composiciones; con la elaboración de collages en fachadas y paredes con la colaboración de colectivos de mujeres; con proyectos en la Fundación SETBA y, como decíamos, con el impulso al programa Traspasando el objetivo, por el que ha enseñado cómo retratar a mujeres que están en centros penitenciarios, como el de Brians. Convencida del poder transformador del arte y de su capacidad para generar un diálogo universal y favorecer el contacto entre quien hace y quien observa, a lo largo de esta primavera exhibirá su obra, además, en el Palau Robert de Barcelona, la Pigment Gallery de París y la sala romana Saraceno Art Gallery.
Marta Fàbregas. “Infinita magnitud”
c/ Claudio Coello, 28
Madrid
Del 10 al 31 de marzo de 2023
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: