Marina Vargas, la muerte por las manos

Marina Vargas. Carabina Winchester, 2012

La artista granadina se estrena en la Galería Javier López con un proyecto específico

El título de la exposición procede de un verso del poema Me sobra el corazón de Miguel Hernández (No puedo con mi estrella/ y busco la muerte por las manos/mirando con cariño las navajas/y recuerdo aquel hacha compañera/y pienso en los más altos campanarios/para un salto mortal serenamente).

La muestra cuenta con trabajos recientes y a su vez revisita temas previos reexaminados y plantea un diálogo a través de las manos: las de la propia creadora y las que aparecen en sus obras.

Desde los inicios de su breve trayectoria, Vargas se ha centrado en la investigación en torno al poder de las formas y los signos y los significados que se superponen en las imágenes. Busca reinterpretar símbolos de lugares, culturas y tiempos, cuestionando su procedencia y transluciendo una visión marcada por rasgos postmodernos como la apropiación y la ironía.

Marina Vargas. Piedad invertida

Entre sus piezas predomina el dibujo, la acumulación de figuras y un horror vacui referido a las pulsiones humanas, la vida y la muerte, la sexualidad y la violencia, el amor y el miedo, el deseo, el dolor, el placer o la feminidad; pero también encontramos pinturas, esculturas, fotografías, vídeos, instalaciones… en los que Vargas ha dejado las huellas de las residencias artísticas en las que ha participado.

En Javier López veremos también sus tapices, para los que ha recuperado esteras tejidas artesanalmente con materiales reciclados que en origen se utilizaron para la oración en Marruecos.

Como subrayó Omar Castillo, director del CAAM de Las Palmas, centro en el que Vargas también ha expuesto sus trabajos entre finales de 2012 y principios de este año, la andaluza “obliga al espectador a posicionarse frente a su obra como quien está siendo testigo de cualquier enunciado sentimental, escudriñando en las entrañas de miedos y de deseos, e incluso, a veces, mediante un acto escatológico que pudiera provocarnos repulsión”.

Su producción es impactante, neobarroca, y destaca por su cuidada puesta en escena. En sus obras reina el simbolismo revisionista de las identidades contemporáneas.