La naturaleza en lo temático y la figuración postexpresionista en lo formal son las bases de la pintura del artista segoviano Luis Moro, Premio Castilla y León de las artes en 2022. La fauna, en sus composiciones, viene a reclamar una actitud humana menos avasalladora respecto a los entornos que con ella compartimos, en pos de la salvación del alma del mundo, en sus piezas asociada precisamente a un animal.
Bajo el comisariado de Fernando Castro Flórez, este autor presenta en el MUSAC leonés un conjunto de pinturas de gran formato, dibujos -técnica que le es muy querida, y que practica con rigor- y materiales correspondientes a sus procesos de trabajo en la exhibición “El bramido de la Tierra”. Suman cien obras inéditas, que integran una propuesta concebida específicamente para este centro y en la que caben lo verosímil (derivado de la observación lenta, la clasificación y la traslación al lenguaje plástico) y lo imaginado.
Debemos interpretar sus creaciones atendiendo a un simbolismo vinculado a la ecología (en algunas de sus acciones, ha enviado Moro literalmente mensajes de socorro) y al desafío de la habitual disociación entre lo natural y lo cultural: le interesan los ciclos de cambio constantes que se dan en los seres vivos, de ahí que considere a la mariposa un emblema y que se valga de sus alas, a veces coloridas y desplegadas en referencia velada a las dibujadas por Durero, como sugerencia de la posibilidad de elevación frente a las dificultades del presente. Podríamos considerar incluso que, a través de ese motivo, reformula aquella leyenda de Plinio el Viejo sobre los orígenes de la pintura, narrada paradójicamente en su Historia Natural: la hija de un alfarero, Kora, al despedirse de su amante, habría dibujado el contorno de su sombra proyectada sobre una pared para preservar su recuerdo; el segoviano no quiere sólo hacer memoria, sino también encarar el futuro con esperanza y manifestar ese propósito en cada una de sus creaciones. Los aleteos, los mínimos gestos animales, suponen aquí metáforas de cambios posibles.


Busca atender Moro a aquellos aspectos de lo real que pueden reanimarnos frente al desaliento, desde los mismos detalles. En sus palabras, una partícula en el microcosmos revela estructuras universales, dibujos estelares, la magia de la vida en su metamorfosis. Reconoce que sus animales son pretextos para hablar de otras cosas.
Esta exhibición se anticipa a las otras dos que podrán contemplarse en el MUSAC este verano, a partir del 12 de julio: una también ligada a la naturaleza, “Amplitud/ Pradera”, del dúo DRIFT, que analizará su relación con la humanidad y la tecnología; y “Estación total”, antología del pintor Secundino Hernández.


Luis Moro. “El bramido de la Tierra”.
Avenida de los Reyes Leoneses, 24
León
Del 14 de junio al 19 de octubre de 2025
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: