Los paisajes de invierno de Florentino Díaz

Hasta el 30 de agosto, Matadero Madrid presenta en su espacio Abierto x Obras, dedicado a intervenciones site specific de carácter experimental, una selección de fotografías del cacereño Florentino Díaz concebidas precisamente como instalación para la antigua cámara frigorífica del que fue matadero municipal.

La muestra, comisariada por Carlota Álvarez Basso en el marco de la programación de PHotoEspaña, tiene como eje una pieza elaborada con materiales de derribo (madera, chapa, cartón, metal…) que alude a un barracón sobre el que llueve sin parar. En su interior, se proyectan en diversas pantallas videos que contienen imágenes de vidas anónimas y cotidianas en la Europa del pasado s XX. Díaz las recogió en mercadillos, en esos álbumes sin nombre desparramados en telas en el suelo, y en Matadero podemos contemplarlas con el Winterreise (Viaje de invierno) de Schubert como fondo.

Según la comisaria, las imágenes remiten a historias que hablan de los momentos de felicidad ajena que han caído en el olvido, de la fragilidad de nuestra existencia y de la inconsistencia de la memoria, tanto de la individual como de la colectiva; conforman, como la música de Shubert nos deja entrever, pasajes de inviernos que no permiten averiguar el destino, a veces trágico, que esperaría a sus protagonistas.

El título del proyecto, “Europa: Paisajes de invierno”, procede, según explica el artista, de El  Libro de los Pasajes, un volumen que Walter Benjamin dejó sin terminar a su muerte en 1940 y que “cuestiona el desarrollo de una historia que hasta ese momento no había cumplido las expectativas de liberación humana, y que en sus ruinas mostraba la imposibilidad de alcanzar sus metas últimas”.

El trabajo de Florentino, ajeno a tendencias y modas, siempre ha girado en torno a la noción de casa, de hogar

En la producción de Díaz desde la década de los noventa, encontramos a menudo imágenes primarias, libros y objetos recuperados, hallados en la calle, en el Rastro de Madrid o en las ciudades donde ha viajado, que llaman nuestra atención por su sencillez pero también por su valor emocional y evocador de los secretos y glorias de vidas pasadas. Desde la simplicidad, pueden generar debates amplios.

El trabajo de Florentino, ajeno a tendencias y modas, siempre ha girado en torno a la noción de casa, de hogar, pero entendido como espacio cada vez más complicado de habitar, por desolado o por precario. Las viviendas que el artista nos enseña no tienen dueño, o no lo conocemos, remiten a un ámbito familiar pero forman parte de un contexto amplio, a veces universal.

Podemos contaros también quién será el próximo morador de Abierto X Obras: el británico Haroon Mirza.