lindalocaviejabruja: Sara Ramo se suma al programa Fisuras

Presenta en el Museo Reina Sofía un proyecto sobre identidades femeninas y objetos

Madrid,

Hace justo diez años que participó en la Bienal de Venecia desplegando un techo de caramelos que las altas temperaturas derretían y que provocaban en el espectador tanto interés como desazón, y hace tres veranos presentaba Sara Ramo en Travesía Cuatro el proyecto que pudo desarrollar con su Beca Botín de Artes Plásticas: Los Ayudantes, un filme grabado en la selva brasileña en el que personajes enmascarados desarrollaban un extraño ritual nocturno, obra inspirada en un texto del mismo título de Giorgio Agamben, en la noción de tiempo circular y en su posible aplicación en nuestras vías de relación con la naturaleza.

Además, ha expuesto en el Garage Museum moscovita, Matadero Madrid, La Panera, la Bienal do Mercosul, el Astrup Fearnley Museet de Oslo y el CA2M, trabajando una y otra vez con elementos que forman parte de nuestra cotidianidad para recontextualizarlos, concediéndoles nuevas configuraciones físicas y llegando a convertirlos en presencias extrañas. Alterando lo que han sido siempre, tambaleando un supuesto orden natural de las cosas, no solo genera sofisticados ejercicios formales, también nuevas sensibilidades posibles hacia ese mundo de objetos que, por su cercanía, hemos llegado a banalizar.

La producción de esta artista bebe de la tradición que ha cuestionado una concepción básicamente utilitarista y funcional del mundo nacido de la Revolución Industrial, abriéndolo hacia terrenos cercanos a la magia o a los mitos, a una oscuridad en la que ella defiende que también es posible encontrar muchas cosas. Multiplica siguiendo esa estela las opciones narrativas de sus proyectos, tanto en el espacio como en el tiempo.

Desde hoy, Ramo se suma al programa Fisuras del Museo Reina Sofía presentando “lindalocaviejabruja”, una muestra muy imbricada en los espacios del MNCARS, cuya Sala de protocolo ha sido temporalmente su taller. Encontraremos jarrones y marionetas en sus ventanas, textiles desplegados en una de sus escaleras, ropas en los armarios del antiguo hospital.

Vista de sala de la exposición "lindalocoaviejabruja", de Sara Ramo. Museo Reina Sofía
Vista de sala de la exposición “lindalocoaviejabruja”, de Sara Ramo. Museo Reina Sofía
Vista de sala de la exposición "lindalocoaviejabruja", de Sara Ramo. Museo Reina Sofía
Vista de sala de la exposición “lindalocoaviejabruja”, de Sara Ramo. Museo Reina Sofía

Su proyecto tiene que ver con las dificultades a las que siguen haciendo frente las mujeres, y de ahí su título: una acumulación de adjetivos asociados tradicionalmente a lo femenino y complementarios entre sí, que por esa no oposición aluden también a las múltiples capas identitarias de la mitad de la sociedad. Cada uno de esos términos tiene, además, su porqué: loca porque fueron justamente las mujeres quienes primero facilitaron el acceso al inconsciente a los cultivadores tempranos del psicoanálisis o bruja porque fueron ellas las más perseguidas entre quienes indagaron en la magia, y las víctimas de tópicos que les atribuían el deseo de destruir cultivos o animales y enloquecer a los hombres.

La artista, que actualmente reside en São Paulo, ha conectado por tanto varios espacios del MNCARS haciendo de ellos escenarios cercanos a lo doméstico pero no cotidianos, sino opacos: sus trabajos no se estructuran conforme a un orden definido ni es posible extraer de ellos lecturas nacidas de lógicas predeterminadas. Justamente por ello, su contemplación requiere tiempo, aunque no esté ni mucho menos destinada a los conocedores de su trayectoria.

No ha buscado tanto Ramo relacionar sus obras con la arquitectura del Museo como encontrar lo que esta tiene de escenográfico y generar cualidades narrativas a partir de ese rasgo que incidan en las posibilidades de lo inanimado, de los utensilios que pueblan nuestras vidas y se relacionan, de forma compleja y constante pero normalmente velada, con nuestras mentes y cuerpos. Trastoca su familiaridad para subrayar su poder.

En los muebles de la Sala de protocolo ha dispuesto gominolas y dulces, ropa o maquillaje, elementos aparentemente inconexos en este lugar y por lo tanto propiciatorios de un caos que, en otros contextos, nuestra época ha llegado a convertir en amenaza. Para Ramo, ese desorden es un recurso creativo que puede contribuir a transformar creencias. Además, cada uno de esos objetos encierra una historia, siempre vinculada a la mujer y a menudo oculta y cruel: encontramos cuchillos entre las flores del papel pintado, cuencos de arcilla roja que guardaban líquidos para hacer más blanca la piel y a su vez atacaban el hígado… o fregonas de las que sale una lengua de jabón.

Ya en la Sala 1 del Reina Sofía, encontraremos una instalación y la proyección del vídeo reciente una y otra vez, donde nos enseña una representación teatral de la que solo vemos la mitad: el telón sube y baja cubriendo siempre una parte del cuerpo de quien actúa, introduciéndose así la sorpresa y lo imprevisible y dejando espacio a la fantasía.

Ese telón, además, está formado por una amalgama de telas viejas y usadas, ropa desgastada muy alejada de los terciopelos granates habituales en los escenarios. Y en la representación se suceden episodios de violencia contra las mujeres inquietantemente recurrentes a lo largo de la historia.

A la vuelta del verano, nos espera en Madrid una nueva oportunidad de encontrarnos con el trabajo de esta autora: la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid presentará “La caída y otras formas de vida”, una instalación exprofeso muy ligada, de nuevo, a los espacios del edificio de Antonio Palacios.

Vista de sala de la exposición "lindalocoaviejabruja", de Sara Ramo. Museo Reina Sofía
Vista de sala de la exposición “lindalocoaviejabruja”, de Sara Ramo. Museo Reina Sofía
Vista de sala de la exposición "lindalocoaviejabruja", de Sara Ramo. Museo Reina Sofía
Vista de sala de la exposición “lindalocoaviejabruja”, de Sara Ramo. Museo Reina Sofía

 

 

Sara Ramo. “lindalocaviejabruja”

MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA. MNCARS

c/ Santa Isabel, 52

Madrid

Del 23 de julio de 2019 al 2 de marzo de 2020

 

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