RAFAEL SANZ LOBATO. Pasión y oficio por la fotografía
CENTRO DE ARTE ALCOBENDAS
c/ Mariano Sebastián Izuel, 9
Alcobendas
La plasmación del carácter y la idiosincrasia de las regiones españolas en la producción de Rafael Sanz Lobato, uno de los grandes fotógrafos documentales que han trabajado en nuestro país a partir de los años cincuenta del siglo pasado, es el eje de la nueva muestra del Centro de Arte Alcobendas, que recientemente inauguró en sus salas otra exposición dedicada a un fotógrafo muy distinto pero igualmente pegado a la tierra y a nuestras costumbres: Lorca Di Corcia.
Sanz Lobato rechazó la herencia de anterior a la Guerra Civil para iniciar prácticas muy innovadoras y en su momento transgresoras con la práctica fotográfica dominante y con la realidad política y social de su tiempo. Series como La caballada de Atienza, La Rapa das vestas, Auto sacramental de Camuñas o Bercianos de Aliste (a esta última dedicó la publicación estadounidense Popular Photography un portfolio de cuatro páginas) nos invitan a reflexionar sobre la existencia o no de un temperamento propiamente español y a rememorar o conocer vivencias habituales en nuestro país hace no demasiadas décadas, prácticas sociales de la que hoy llamamos España profunda y ritos religiosos y sociales que, bajo el tamiz del blanco y negro y el paso del tiempo, ejercen sobre el público una cierta fascinación.
Sensibilidad, intensidad y realismo documental son las bases de la obra de Sanz Lobato, que ha ejercido una influencia decisiva en autores de posteriores generaciones (Cristina García Rodero habla de él como su maestro) y que también dio prueba de su concepción poética de la fotografía en paisajes, amaneceres o puestas de sol, retratos y, en la última etapa de su carrera, naturalezas muertas. Siempre ha trabajado en blanco y negro.
El título de esta exposición hace referencia a su doble enfoque hacia la fotografía: pasión y oficio. La primera, surgida a los 15 años durante sus veranos en Sevilla, donde disfrutaba horas contemplando rostros y paisajes de las imágenes antiguas de familia; la segunda, entendida como dedicación constante, incluso aprendió a revelar solo y continuó haciéndolo mientras su vista se lo permitió.
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Una respuesta a “La pasión y el oficio de Rafael Sanz Lobato”
Maite
Ayer estuve viendo esta exposición, más que recomendable. Siempre es un gusto disfrutar de los clásicos. Y de paso es un buen momento para hacer doblete y ver la obra de Philip-Lorca Dicorcia.