La Fundación MAPFRE abre KBr, su centro de fotografía en Barcelona

Sus primeras muestras estarán dedicadas a Bill Brandt y Paul Strand

Barcelona,

El próximo 9 de octubre, y cinco años después de iniciar su actividad expositiva en Barcelona, la Fundación MAPFRE abrirá al público en esta ciudad su anunciado centro dedicado en exclusiva a muestras fotográficas: KBr. Su nombre procede del símbolo químico universal del bromuro de potasio, sal empleada en el proceso de revelado de la fotografía analógica para impedir la formación del llamado velo químico y lograr blancos más puros; con esa denominación, la institución ha buscado aludir a su labor de divulgación de los maestros de la imagen y a la vocación internacional de esta nueva sede.

KBr está situado en la Torre MAPFRE, en el entorno del Puerto Olímpico barcelonés, y contará con 1.400 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. El centro dispondrá de dos salas expositivas, un espacio para actividades educativas, una sala destinada a convocatorias con público y una librería, y el diseño de sus instalaciones ha corrido a cargo del Estudio m x c Arquitectos y Jorge Vidal.

KBr Fundación MAPFRE
KBr Fundación MAPFRE

Las dos exhibiciones con las que KBr inicia su andadura continúan las líneas fundamentales del programa expositivo de la Fundación MAPFRE en lo que a fotografía atañe, dedicado, como decíamos, a maestros contemporáneos. Se trata de una retrospectiva del alemán Bill Brandt, que repasará sus cinco décadas de carrera abordando todos los grandes géneros de esta disciplina (reportaje social, retrato, desnudo y paisaje) y de un examen al significativo conjunto de imágenes de Paul Strand con que cuentan las colecciones MAPFRE.

Nacido en Hamburgo en 1904, Brandt residió en Viena, París y después, desde 1934, en Londres, donde la creciente animadversión hacia el nazismo le llevó a tratar de borrar toda huella de su pasado. Y el aura de misterio y oscuridad que esa decisión impregnó en su vida también se reflejó en su obra: muchas de sus imágenes se dedican a la Gran Bretaña que abrazó como propia, pero no tanto a la real como a la visión que él se forjó del país, alimentada desde la infancia a través de lecturas y relatos familiares.

Sus imágenes pueden suscitar tanta atracción como rechazo y encajan en la categoría acuñada por Freud como unheimlich: lo extraño y siniestro, aquello que produce inquietud. Esa noción fue ampliamente desarrollada por los surrealistas y Brandt, de hecho, había sido en París asistente en el estudio de Man Ray; es posible encontrar en su producción un catálogo de temas ligados al psicoanálisis. En cualquier caso, el nexo común de sus obras, tanto las más sociales, previas a la II Guerra Mundial, como las más propiamente artísticas posteriores, es su halo poético, un aire de extrañeza derivado de la intencionada confusión entre lo real y lo ficticio.

Tras su paso por Barcelona, esta retrospectiva podrá visitarse en el Kunstfoyer Versicherungskammer Kulturstiftung de Múnich, en la Sala Recoletos de la Fundación MAPFRE en Madrid y en el FOAM de Ámsterdam.

Vista de la exposición de Bill Brandt en KBr. Fundación MAPFRE
Vista de la exposición de Bill Brandt en KBr. Fundación MAPFRE

Por su parte, la muestra dedicada a Paul Strand consta de 110 fotografías escogidas entre las 131 del autor con las que cuenta la Fundación MAPFRE (se trata de su mayor colección en Europa). El neoyorquino desempeñó un rol fundamental en la consideración de la fotografía como arte y también como medio desde el que contemplar el mundo y comprender nuestra relación con él.

Trabajaba al aire libre como un pintor de estudio: se tomaba su tiempo en capturar las imágenes, esperando encontrar la luz deseada, y también podía seleccionar el atuendo de sus retratados. Resultan, curiosamente, más modernos sus primeros trabajos que los que llevó a cabo ya en los cincuenta y los sesenta, atendiendo a las relaciones entre territorios y habitantes en Nueva Inglaterra (Estados Unidos), Ghana o Luzzara, en Italia.

Amigo de Stieglitz, al que consideraba su mentor, conoció también a Duchamp, Picabia o Scheeler y, a partir de su contacto con ellos, experimentó con distintos enfoques y puntos de vista, generando fotografías de un estilo directo que rompía convenciones (straight photography) o próximas a la abstracción. Precisamente junto a Scheeler realizó un filme esencial para las vanguardias, Manhatta (1920), dedicado a Nueva York y su vida trepidante e inspirado en el poema de Walt Whitman. Tiempo después regresaría al cine con Redes, obra documental mexicana, y desde los cincuenta conjugaría su labor como fotógrafo con sus incursiones en el cine y la producción de libros; huía así de los procesos lentos de revelado y las dificultades a la hora de obtener copias.

La Fundación MAPFRE trabaja, asimismo, en abrir nuevos caminos para KBr, en forma de colaboraciones con otras instituciones catalanas dedicadas a la fotografía, la atención a jóvenes autores y a escuelas y la difusión paulatina de los extensos fondos propios.

Vista de la exposición de Paul Strand en KBr Fundación MAPFRE
Vista de la exposición de Paul Strand en KBr Fundación MAPFRE

 

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