Seminario sobre cine experimental en la era de Internet, en el CAAM de Las Palmas
Las Palmas de Gran Canaria, hasta el 20 de noviembre de 2010
CENTRO ATLÁNTICO DE ARTE MODERNO. CAAM
c/ Los Balcones, 9 y 11
35001 Las Palmas de Gran Canaria
Cuando Susan Sontag se atrevió a afirmar que “El cine había muerto”, tal vez sabía que su sentencia iba a ser tomada demasiado en serio. El futuro le deparó ocasiones para matizarla: lo que había desaparecido era el lugar que el cine había ocupado en la cultura de su generación. Con su habitual perspicacia, Sontag preveía que el cine ya no volvería a ser compartido de la misma forma.
Si en los años 60 las militancias de todo tipo se medían también por las tomas de partido cinéfilas, hoy el cine dispone de un papel menos polémico. A pesar de los agoreros, el cine se ha diversificado extraordinariamente, pero a costa de un alto precio: la atomización del público en espectadores aislados.
Para la generación de Susan Sontag y Serge Daney, la memoria personal –y por tanto la conversación, el recuerdo compartido– estaba profundamente implicada en la experiencia cinéfila. Ver películas era verlas en una sala, con los demás. Si el film enamoraba al espectador, éste regresaba al lugar cuantas veces le fuera posible antes de que desapareciera de la cartelera: no había garantías de poder volverlo a ver. Era preciso entonces guardar su recuerdo meditado, escribir notas, comparar, prolongar su existencia en la charla con el camarada.
En aquellos tiempos el cinéfilo presumía de todo lo que había visto. Hoy presumimos de lo que tenemos en nuestro archivo: en primer lugar, el mercado del DVD, sin ser perfecto, supera con creces en cantidad y diversidad al estrechísimo panorama de la exhibición de cine en salas. Es decir, atiende a una variedad de públicos incomparablemente mayor cuando las salas de cine parecen espacios amnésicos: sin memoria ni curiosidad. En segundo lugar, las descargas de películas por Internet han expandido esa diversidad mucho más allá de las fronteras comerciales (que son siempre nacionales). Dejando al margen los problemas que se derivan para el mercado, lo cierto es que la suma DVD+Internet configura un mapa del cine totalmente distinto. De la memoria oral o escrita dejada por André Bazin, Susan Sontag o Serge Daney (quien deseaba ser recordado no como un crítico, sino como un “pasador” de cine, un transmisor), se pasa a un vasto archivo en red, con elementos domésticos.
De tal modo que nunca hasta hoy había sido posible que tantas personas –en privado– vieran tantas películas, y tan distintas entre sí: desde los primeros filmes de Lumière, Méliès o Feuillade, hasta los poemas cinematográficos de Paradjanov o Pelechian, pasando por clásicos japoneses de los años 30, películas tailandesas de fantasmas, cine de culto underground o subproductos “Nollywood”. En disco duro o en una orgullosa fila de DVDs, creemos tener el cine (el mundo) que siempre habíamos deseado en nuestras manos. Otra cosa es si realmente llegaremos a verlo o sólo a vislumbrarlo. Pero en todo caso, al cinéfilo contemporáneo no lo define su memoria (personal) sino su memoria (artificial) en forma de gran archivo, de biblioteca de imágenes.
Este curso pretende sugerir cómo el hecho de disponer de una biblioteca de imágenes tiene un efecto estético profundo: modifica nuestra conciencia de las imágenes, nuestro mapa de las visiones; configura nuevos discursos críticos; y en última instancia influye incluso en el modo en que aquéllas son producidas. ¿Cabe imaginar una obra más representativa, en este sentido como en tantos otros, que las Histoire(s) du Cinéma de Godard? ¿No es esta obra, de hecho, un gran mapa que invierte el camino, desde la disponibilidad inmediata de millares de imágenes, hasta la reconstrucción de una memoria personal del cine y del siglo XX?
La vastedad de una gran biblioteca (de esta Filmoteca de Alejandría que imaginamos) puede desanimar, dejar exhausto a quien tiene el ansia de saber que se pretenda sistemático. Esta ansiedad, en el fondo, tiene muchos nombres: “posmodernidad”, “fin de la historia”, “post-cine”, “post-memoria”, etc. El enfoque del seminario, sin embargo, será deliberadamente anticuado, más afín al optimismo de los ilustrados y de los modernos que al agotador juego de la perpetua ironía que la contemporaneidad considera “de buen gusto”. Lo que pretendemos es una Historia del Cine que no necesite desprenderse de un cierto canon de películas esenciales, sino hacerlas visibles dentro de un paisaje en el que caben muchas otras cosas.
Supuestos previos:
– El cine es un saber. No sólo un medio de transmisión de un saber. Habrá entonces que averiguar cómo sabe (cómo sabemos algo con) el cine.
– El saber es trabajo y registro de la imaginación. Y la imaginación es, por definición, el territorio en el que habita el cine, puesto que nos asocia íntimamente al mundo y a sus movimientos.
– El saber del cine tiene que ver, sobre todo, con las experiencias del tiempo.
– El presente modifica forzosamente el pasado. Una Historia del Cine, cualquiera que sea su objeto, será también y sobre todo una historia del presente.
– Todo placer estético implica un saber y toda forma de conocimiento deriva en una estética.
– Toda biblioteca (o filmoteca) necesita de la obra. Lo audiovisual no la necesita. El cine es a la vez un precursor y, hoy en día, una resistencia al imperio de lo audiovisual.
Metodología:
Durante las tres sesiones imaginaremos una posible Historia del Cine a la altura de la primera década del siglo XXI. Utilizaremos para ello tres categorías tradicionales de “discurso” que son, también, tres grandes “géneros literarios”, tres espacios de la imaginación y tres formas de modelar el tiempo:
1. La Historia (con mayúsculas).
2. El ensayo.
3. La autobiografía.
A pesar de la tradición literaria que ampara tales categorías, ellas iluminan ciertos dilemas profundos del cine. Tanto es así, que nos permiten recorrer este siglo y pico de películas a través de sus desarrollos más profundos y radicales, a través de sus gestos modernos y de ruptura, que se han dado casi siempre en contra o a pesar de la exigencia de narración suficiente que domina en el cine de consumo.
Nuestra particular Filmoteca de Alejandría, por lo tanto, mima especialmente no sólo algunas obras canónicas y fundamentales, sino también muchas “zonas de sombra”, donde el cine a menudo ha logrado alcanzar su mayor altura poética, es decir, su más profundo saber.
Objetivos del curso:
– Proponer una guía, entre otras muchas posibles, con la que transitar por el archivo de esta Filmoteca de Alejandría, y divulgar algunas “zonas de sombra” de la Historia del Cine
– Exponer qué clase de preguntas se corresponden con un saber del cine, y cuál es su pertinencia cultural en nuestros días
– Interrogar la pertenencia y la diferencia del cine con respecto a lo audiovisual.
Programa:
24 de noviembre, de 17:30 a 21:00 horas
Un saber de la Historia a través de las épocas del Cine. (Para entender cómo el Cine ha imaginado la Historia, y por qué las profecías sobre el “fin de la Historia” y la “muerte del cine” surgen al mismo tiempo y son, en el fondo, una sola y misma cosa. Puesto que toda historia –con minúsculas- presupone una idea de la Historia –con mayúsculas–, será preciso seguir los vasos que comunican una y otra en el relato cinematográfico moderno).
25 de noviembre, de 17:30 a 21:00 horas
Un saber de la imagen a través del cine-ensayo. (Para entender cómo es posible el discurso de conocimiento que es propio del ensayo en el cine: una investigación sobre el conocimiento de la imagen y por la imagen desde un yo instalado en la duda, que fluctúa continuamente y se dirige hacia fuera, hacia el otro, hacia el lugar del sujeto en la Historia, sin dejar por ello de interrogarse a sí mismo).
26 de noviembre, de 17:30 a 21:00 horas
Un saber de lo real a través del cine en “primera persona”. (Para entender cómo y por qué la democratización tecnológica del cine es también una democratización de la Historia o su deriva hacia la intrahistoria: lo privado, un yo que se persigue y que en muchas ocasiones no encuentra sino un bosquejo de sí mismo en continua recomposición: el cine-ensayo, el diario filmado, el autorretrato, la carta filmada, la autobiografía).
Imparten:
Luis Miranda y Gregorio Martín Gutiérrez.
Lugar:
Sala Polivalente del CAAM.
Balcones 11. Las Palmas de Gran Canaria.
Asistencia:
Entrada gratuita previa inscripción, hasta el 20 de noviembre.
Créditos:
Se concede un crédito de libre configuración por la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Para más información:
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: