El mar, la naturaleza y las personas como motor de la casa mediterránea

El Museo ICO analiza el reflejo de la cultura mediterránea en la arquitectura y en cómo se habitan los espacios

Madrid,

El Mediterráneo ha inspirado a toda clase de artistas y es que, como decía el historiador Fernand Braudel, el Mediterráneo es mil cosas al mismo tiempo. No es un paisaje, sino innumerables paisajes. No es un mar, sino un conjunto de mares (…) Desde hace milenios todo confluye en él, complicando su historia y enriqueciéndola (…). “Imaginando la casa mediterránea. Italia y España en los años 50”, que hasta el próximo 12 de enero podemos visitar en el Museo ICO de Madrid, pone el foco en el reflejo de la cultura mediterránea en la arquitectura, no solo en lo formal, sino en su configuración y en cómo se habitan los espacios. Se trata de una exposición de tesis, comisariada por Antonio Pizza, que materializa un proyecto de investigación llevado a cabo a lo largo de tres años, en el que han participado más de 15 profesores y para el que se ha recurrido a 23 archivos y fuentes documentales, la mayoría italianos.

Imaginando la casa mediterránea. Italia y España en los años 50. Museo ICO
“Imaginando la casa mediterránea. Italia y España en los años 50”. Museo ICO

La muestra se centra en un momento tan concreto como es la década de los años cincuenta y en la relación entre España e Italia, por las fuertes vinculaciones e intercambios que se produjeron entonces entre ambos países y por la repercusión de la presencia en nuestro país de los arquitectos Gio Ponti (1891-1979) y Alberto Sartoris (1901-1998) a principios de esa década. No obstante, para entender el verdadero origen de esta influencia es bueno remontarse un par de décadas atrás y hablar de la colaboración entre Ponti (director de la revista DOMUS) y el austriaco Bernard Rudofsky (1905-1988), decisivo a la hora de introducir nuevos aires de modernidad en la arquitectura. Ellos son los que de una forma más consciente se sirvieron del mediterraneismo para trabajar en torno a la idea de vivir en un espacio que integrase los elementos de su contexto: el mar, el paisaje, la naturaleza y las personas que lo habitan.

Así, cuando en 1949 Ponti y Sartoris viajan a España, con motivo de la Asamblea Nacional de Arquitectura, su lenguaje arraiga entre algunos españoles inquietos y alejados de las posturas académicas más vinculadas al régimen franquista. Figuras como José Antonio Coderch y Manuel Valls empiezan a recuperar la arquitectura popular, principalmente de las costas mediterráneas, y el lenguaje autóctono, que nada tiene que ver con una visión de lo folclórico o lo pintoresco. Conviene indicar, no obstante, que estas propuestas no fueron algo completamente nuevo, y que ya antes se habían llevado a cabo edificaciones que compartían esa esencia de sencillez y preocupación por los materiales locales. Construcciones como, por ejemplo, la casa Garriga-Nogués, de 1946, de Coderch, ya había sido planteada a partir de lo que luego pasaría a denominarse el “nuevo lenguaje”.

José Antonio Coderch y Manuel Valls, Casa Garriga Nogués, Sitges, 1946. Fachada principal.
José Antonio Coderch y Manuel Valls, Casa Garriga Nogués, Sitges, 1946. Fachada principal

La exposición presenta material original, algunas reproducciones, fotografías de los años cincuenta (de autores como Giorgio Casali, Francesc Català-Roca, Oriol Maspons…), revistas, cartas –muy interesantes porque revelan que en algunos casos, como el de Ponti y Coderch, la relación fue más allá de lo laborar y terminaron tejiendo una sólida amistad– y unos audiovisuales integrados en el montaje expositivo, que fueron filmados en agosto de 2019 en dos casas de Coderch: la Casa Ugalde y la Casa Rovira. Estos vídeos son definidos por Pizza como “haikus” visuales, que en forma de abstracción conceptual abordan cuestiones subyacentes a la casa mediterránea, como pueden ser los árboles o elementos como la chimenea.

La importancia de la revista DOMUS como vehículo transmisor de toda esa ideología alrededor de la casa mediterránea queda patente a través de las reproducciones de páginas de la publicación y de frases extraídas de sus artículos.

Ejemplos como la casa del doctor Augusto Oro, en el barrio napolitano de Posillpo, –el único proyecto realizado fruto de la colaboración entre Luigi Cosenza y Bernard Rudofsky–, constituyen la materialización de la influencia de la cultura mediterránea en la vida, que Ponti no duda en elogiar desde las páginas de DOMUS.

Luigi Cosenza y Bernard Rudofsky, Casa Oro en Posillipo, Nápoles, 1934-1937
Luigi Cosenza y Bernard Rudofsky, Casa Oro en Posillipo, Nápoles, 1934-1937

La exposición dedica uno de sus capítulos a la “Internacionalización de lo popular”, que a su vez se divide en tres grandes secciones que fijan su atención en lo que supuso la participación de España en la IX Trienal de Milán de 1951, donde el Pabellón España, de Coderch y Rafael Santos Torroella, gozó de un gran éxito, propiciando la apertura del país al resto del mundo. En él convivían el arte antiguo y el moderno, las tradiciones y las fotografías de Joauim Gomis y Leopoldo Plasencia, que ponían en relación la arquitectura gaudiniana con imágenenes de casas populares. Por otro lado, la arquitectura tradicional popular ibicenca comenzó a ser difundida fuera de nuestras fronteras gracias a figuras como Luigi Moreti, y la revista Spazio, y Luigi Figini.

También Cadaqués, que en aquellos años era una isla metafórica y un lugar de ensayo, en el que se disfrutaba de un ambiente intelectual único, despertó el interés internacional, dedicándole DOMUS un número, del que se han extraído aquí una serie de fotografías del afamado Giorgio Casali. Cadaqués se convirtió también en segunda residencia de dos importantes arquitectos del momento: Peter Harnden y Lanfranco Bombelli, cuya Casa Julia también fue difundida en las páginas de la revista italiana.

Cierra la exposición una panorámica de otras arquitecturas de la costa mediterránea y el proyecto de la última casa de Rudofsky en Frigiliana, en Málaga, síntesis de modelo habitacional y estilo de vida mediterraneo, en la que destaca la recuperación de valores culturales autóctonos.

 

“Imaginando la casa mediterránea. Italia y España en los años 50”

MUSEO ICO

C/ Zorrilla, 3

Madrid

Del 2 de octubre de 2019 al 12 de enero de 2020

 

 

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