La Caridad en el Museo de Bellas Artes: el esplendor del barroco sevillano

Coincidiendo con la rehabilitación del Hospital, una muestra recoge sus obras maestras

Sevilla,

La iglesia del Hospital de la Caridad de Sevilla alberga uno de los conjuntos pictóricos más notables del arte barroco, gestado gracias al proyecto de Miguel Mañara, quien había ingresado en la Hermandad de la Santa Caridad en 1662, tras la muerte de su esposa, se convirtió en hermano mayor al año siguiente y ocupó ese cargo hasta su muerte en 1679. En este templo pudo desarrollar, contando con un conjunto incomparable de obras, uno de los más profundos mensajes del ideario católico del siglo XVII.

Fue en buena medida el fallecimiento de su mujer el hecho que llevo a Mañara a reflexionar más hondamente sobre el sentido de la vida, la cercanía de la muerte y el ejercicio de la caridad como vía para lograr la salvación eterna, pensamientos que quiso trasladar como guía de vida a los hermanos de su institución y que volcó por escrito en la Regla de la Hermandad y en la obra Discurso de la Verdad, además de en el programa artístico de esta iglesia. Recurrió con ese objetivo a los mejores artistas del momento: los pintores Valdés Leal y Murillo, el tracista de retablos Bernardo Simón de Pineda y el escultor Pedro Roldán, que ingresaron asimismo en esta Hermandad para así reducir los costes de su labor.

El conjunto se abre con trabajos dedicados a la muerte: dos pinturas sobre las postrimerías a cargo de Valdés Leal que se situaron en el acceso al templo y que apuntan el momento de la muerte y el juicio particular. Ya en la nave, se recalcaba la importancia de la práctica de la caridad con las obras de misericordia, en las que Murillo representó diferentes escenas en los muros y retablos laterales. Por último, el retablo mayor de Pineda y Roldán está presidido por la escena del Entierro de Cristo, en alusión al mayor cometido de la Hermandad: dar reposo eterno a los desheredados.

Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla

Dado que el Hospital de la Santa Caridad y su Iglesia del Señor San Jorge se encuentran actualmente en obras de rehabilitación, el Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge, por primera vez fuera de su ubicación inicial, esas composiciones atendiendo en su montaje a aquel discurso iconográfico que ideara Mañara. La exhibición se llama “Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla” y se articula en tres secciones que estudian, respectivamente, la producción de Murillo, la de Valdés Leal y las esculturas creadas para la iglesia de la Hermandad de la Santa Caridad. En total podemos contemplar diecisiete piezas: diez pinturas y siete esculturas.

Comenzando por Valdés Leal, sevillano de nacimiento, entró como hermano de la Caridad en agosto de 1667 y para ellos elaboró pinturas sobre lienzo, decoración mural, policromía y escultura; incluso ornamentó libros de protocolos e inventarios. En el bajocoro de la iglesia desplegó su expresividad y crudeza en las que serían dos de sus obras mejores: In ictu oculi y Finis gloriae mundi, que se conocen como los Jeroglíficos de las Postrimerías, porque hacen referencia a la pronta llegada de la muerte que alcanza a todos por igual, hayan sido las que hayan sido sus glorias mundanas. La muerte, atendiendo a la fe cristiana y a este programa iconográfico, no es el final, sino el momento previo a aquellos en que el hombre va a ser juzgado por sus virtudes o sus vicios, recompensado o castigado.

Al margen de esas pinturas de caballete, el programa iconográfico que debía desarrollar Valdés incluía las pinturas murales de la bóveda y los muros del presbiterio, donde plasmó ángeles, los cuatro evangelistas y varios santos de vida caritativa. Se embarcó, igualmente, en la policromía del retablo mayor, en el que el dorado contrasta con las esculturas pintadas y estofadas y se completa con el gran bajorrelieve del fondo, en el que una escena marca la perspectiva.

Una vez fallecido Mañara, realizó Valdés dos retratos póstumos para preservar su memoria y llevó a cabo el encargo de la gran obra La Exaltación de la santa cruz, llamada también Heraclio entrando en Jerusalén; su lectura es que ningún rico entrará en el cielo sin haber practicado antes la caridad. Al regresar Heraclio, emperador de Bizancio, después de haber rescatado la cruz de Cristo que había sido robada, un ángel le exige entrar en la ciudad sin boato, tal y como había hecho Jesús. Su último trabajo para la Hermandad sería una escultura de la Virgen del Rosario, para la enfermería.

En cuanto a Murillo, que había ingresado en la Hermandad un poco antes, en 1665, Mañara le pidió una serie de pinturas sobre las obras de misericordia, que desarrolló entre 1666 y 1670, para que sirvieran a esa labor de convertirse en guía y ejemplo de conducta de cara a la salvación de las almas. Estas piezas se diseminaron en 1810, a causa de la invasión napoleónica, pero cuatro de ellas aún pueden verse en los muros de esta iglesia: Santa Isabel de Hungría curando a los tiñosos y San Juan de Dios transportando a un enfermo, que señalan el cuidado y el traslado de los enfermos al hospital, obligaciones concretas de los hermanos de la Caridad; y La multiplicación de los panes y los peces y Moisés y la roca de Horeb, que se refieren a las obras de alimentar al hambriento y dar de beber al sediento, con un significado eucarístico.

Las otras cuatro pinturas requisadas en la Guerra de la Independencia por el mariscal Soult se exhiben hoy en museos fuera de España: La curación del paralítico por Cristo en la National Gallery de Londres, Abraham y los tres ángeles en la National Gallery of Canada, El regreso del hijo pródigo en la National Gallery of Art de Washington y San Pedro liberado por el ángel en el Ermitage de San Petersburgo; en Sevilla fueron relevadas por copias para mantener el sentido iconográfico del conjunto.

En el Museo de Bellas Artes, las primeras piezas de Murillo se complementan con otras tres que no se vinculan con el programa iconográfico que planteó Mañara y que se hallan en retablos menores: un Niño Jesús Salvador y un San Juanito, en sendos áticos de dos retablos laterales, y el lienzo que preside el retablo de la Anunciación, donado en 1686.

Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla

El último gran artista aquí presente es Pedro Roldán, que llevó a cabo para el Hospital de la Caridad las esculturas del retablo mayor, presidido por la escena del Entierro de Cristo, culminación del programa iconográfico de la iglesia. Es mostrada como la obra de misericordia de enterrar a los muertos; recordamos, la misión propia de la Hermandad desde su creación a mediados del siglo XV: sepultar a los finados de los que nadie se responsabilizaba por haber fallecido sin recursos, ajusticiados o ahogados. Desde Mañara, esa función se amplió a la atención de enfermos desvalidos.

Este retablo, fruto, como señalamos, de la feliz colaboración del tracista Bernardo Simón de Pineda, el escultor Roldán y el pintor Valdés Leal, se llevó a cabo durante dos años y se concibió como una escenografía arquitectónica, de carácter efectista y teatral. En sus extremos, los más cercanos al espectador, José de Arimatea y Nicodemo, presentados como modelos para los hermanos de la Caridad, depositan a Cristo en el sepulcro, mientras que detrás, como si se tratara de un friso, se aprecian las figuras de la Virgen, san Juan y las santas mujeres.

El fondo de la obra lo constituye una vista del Calvario en la que se confunden bajorrelieve y pintura. La policromía de Valdés refuerza la expresividad y el ilusionismo de las esculturas y el bajorrelieve, gracias al empleo del colorido y las sombras. La escena central está rodeada por grandes columnas salomónicas en las que vemos las esculturas de san Jorge, patrono de esta iglesia, y san Roque, protector ante enfermedades y epidemias; destacan su monumentalidad y su intensidad expresiva.

En el ático nos esperan las virtudes teologales, infundidas por Dios para la salvación eterna, elegidas para coronar el conjunto: la Fe y la Esperanza a ambos lados, mientras en el centro la Caridad es mostrada acentuando su relevancia, recordando el nombre de la Hermandad y el mensaje del mandamiento nuevo de Jesús.

Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla
Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Sevilla

 

 

“Arte y Misericordia. La Santa Caridad de Sevilla”

MUSEO DE BELLAS ARTES DE SEVILLA

Plaza del Museo, 9

Sevilla

Del 1 de julio de 2025 al 7 de junio de 2026

 

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