La pintura de Juan Uslé, estrictamente abstracta, guarda a su vez una estrecha relación con la vida cotidiana del artista y con la mayor rutina posible: la que implica el paso del tiempo. Remite a sus procesos y recorridos, a sus vivencias, lugares e incluso modos de respirar y se nutre, en ocasiones, de las luces sutiles de la noche y de lo que esta y la luna tienen de misterioso y evocador: las piezas de algunas de sus series más celebradas en los últimos años, como Alba, Desvelos, Sueños o El jardín censurado, se debaten entre la claridad y la oscuridad, en una transición que el santanderino equipara a los desplazamientos humanos en esa misma dirección. Algunas surgieron de manera más instintiva, en pulsos rápidos, y otras fueron fruto de procesos más meticulosos y reflexivos, de miradas detenidas; además, unas series le condujeron a otras, porque Uslé trabaja más dejándose guiar por la pintura que imponiéndose a sí mismo rumbos previos.
Junto a esa inspiración derivada de lo nocturno, otra nota fundamental presente en buena parte de la producción reciente y anterior del autor la constituyen los ritmos y latidos, los pulsos que conectan su trabajo con la misma vida, en un sentido orgánico y temporal, y que convierten estas pinturas en una suerte de vivencias desprendidas en lienzos; vivencias que, más que emocionales, podemos entender como físicas: hablamos de la respiración o del pálpito.
Su obra ha sido a menudo etiquetada como abstracción poética, pero él prefiere referirse a ella como abstracción contaminada, entendiendo que no existe más pureza que la que pueda interpretarse como contaminación absoluta de referencias formales y mentales. Los signos y gestos que pueblan sus composiciones parecen estáticos, pero se trata de manifestaciones de lo que constantemente muta o se desvanece, como los sonidos o la luz que penetra por una claraboya.
En la Sala Verónicas murciana, Uslé presenta hasta finales de abril la exposición “De luz y sangre”, concebida específicamente para este espacio, una iglesia barroca desacralizada. Entroncando con ese cariz anteriormente religioso del lugar, la exhibición, comisariada por Juan Bautista Peiró, hace hincapié en los lazos de su obra con la tradición española (la pictórica y la católica), además de, claro, con sus experiencias personales.
Forman parte del recorrido trece pinturas en formatos diversos y, también, casi una treintena de fotografías: hay que subrayar que Uslé ha sido, además de pintor, fotógrafo abstracto y que sus incursiones en esa disciplina siguen la misma senda que sus lienzos, esto es, la captación del tránsito de la luz a la oscuridad y el modo en que ambos empapan los colores. Estos trabajos con la cámara no suelen formar parte de exposiciones -en algunas recientes, sí han podido verse- y tampoco son habituales en el mercado, pero en todo caso los que ahora han llegado a Murcia tienen que ver con su atención hacia luces pasadas: se exhiben una selección de las cerca de 4.500 imágenes que, en los últimos meses, ha tomado en museos, iglesias, monasterios… de Madrid, Andalucía o Murcia. Corresponden a fragmentos de cuadros, retablos, murales o lienzos, de autores consagrados a veces y olvidados otras, cuyos principios y estéticas antecederían (o confluirían) en el barroco en el que se enmarca este antiguo templo de las Verónicas.
Las obras pictóricas componen media docena de polípticos que vienen a actualizar el concepto de retablo (dispuestas en las capillas laterales, el crucero y el altar mayor) y, como elemento central del montaje, las fotos articulan una instalación formada por una tarima con 425 de ellas que culmina en una columna salomónica de nueve metros. Si la primera recorre longitudinalmente la nave central, la segunda parece elevarse hacia la bóveda de la cúpula de la iglesia.
De modo muy patente, la dualidad es el concepto elegido para vertebrar esta propuesta: se sitúa al espectador entre lo que se eleva y lo que discurre, entre lo luminoso y lo oscuro, entre la pintura matérica y la fotografía que, en Uslé, es también fundamentalmente registro de luz.
Juan Uslé. “De luz y sangre”
c/ Verónicas, 4
Murcia
Del 3 de febrero al 23 de abril de 2023
