Ixone Sádaba: ensayo sobre Lemóniz

Reproduce las ruinas de la central en Azkuna Zentroa

Bilbao,

El año que viene se cumplirán veinte desde que la artista bilbaína Ixone Sádaba estrenaba en el Museo Reina Sofía un ciclo expositivo, llamado entonces Producciones, basado en la presentación de proyectos específicos para el MNCARS por parte de artistas en aquel momento en su etapa de consolidación: fue seleccionada como integrante de una generación de autores que proponían un orden visual concebido desde la virtualización y la simulación, es decir, se vale en sus trabajos de imágenes que suplantan a sus referentes en el campo de lo real para dar lugar a un mundo escenificado en el que caben múltiples opciones narrativas. Supondrían, estas obras, el emblema de una nueva época, la nuestra, que no podremos comprender desde parámetros ajenos a la imagen técnica.

Formada en Bellas Artes y en Antropología Social y Cultural, ha trabajado en los campos de la performance, la instalación y la fotografía, y precisamente una de sus creaciones primeras más interesantes fue la serie (fotográfica) Citerón, en alusión al monte donde se celebraron las primeras bacanales dionisiacas, consideradas origen del teatro griego, y al propio carácter teatral y ritual de su producción de cara a la representación de conflictos y tensiones íntimas, para la que utilizó su cuerpo desdoblado. Sus escenificaciones, digitalmente manipuladas, tienen lugar en escenarios emblemáticos y por eso generarán en el espectador extrañeza al situarlo ante ficciones que quizá tengan que ver con sus obsesiones personales y que se desenvuelven en esos órdenes de lo real, lo simbólico y lo imaginario.

Otra propuesta significativa de sus comienzos fue Phlegmoné, formada por nueve fotos panorámicas tomadas en diferentes espacios de Bilbao en los que llevó a cabo otras tantas acciones distintas: ritos igualmente ligados a lo báquico y lo onírico y planteados como niveles narrativos superpuestos.

Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa
Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa
Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa
Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa

En 2020 recibió Sádaba una beca Leonardo de la Fundación BBVA que le permitió estudiar durante dos años el entorno y las ruinas de la central nuclear de Lemóniz, en Vizcaya (objeto, también, de un proyecto de Ion Aranberri). Su construcción suscitó en los setenta controversias sociales y políticas que quedaron mitigadas en 1984, cuando su plan se paralizó y el edificio inacabado quedó más o menos olvidado y abandonado, aunque ese lugar continúa siendo contemplado como terreno simbólico de confrontación.

Para la artista, esta infraestructura, incluso en desuso, simboliza un proyecto general de desarrollo industrial que surgió tras la Segunda Guerra Mundial y que ha tenido consecuencias desestabilizadoras sobre el medio ambiente y sobre las estructuras sociales. La vincula con un modo de hacer política, desde Roma a la modernidad (Sádaba ha sido una de las últimas becadas por la Real Academia de España en la capital italiana), que califica como simplificadora, etnocéntrica, objetivante y destructiva. En definitiva, ha servido esa central no culminada a la autora bilbaína para cuestionar en qué puntos pueden mejorar las investigaciones y prácticas actuales a la hora de mejorar las relaciones entre individuos y paisajes.

Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa
Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa
Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa
Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa

Los frutos de ese trabajo pueden ahora visitarse en Azkuna Zentroa: la artista ha tratado de introducir en la sala de exposiciones de la que fue alhóndiga, a escala 1:1 y de ahí el título de esta muestra, una recomposición de la central a tamaño real a través de proyecciones de fotografías de muros y vistas del complejo levantado en la Cala Basordas de 1972 a aquel 1984, una mole de hormigón en la que Sádaba dilucida capas de historia y también de potenciales futuros de esa arquitectura.

El objetivo último de esta exhibición, que ha comisariado Carles Guerra e incluye una réplica del mirador levantado en 1974 para visitar las obras de construcción -a modo de atalaya en una encrucijada de pasado, presente y futuro-, es proponer que Lemóniz se convierta en el centro de un debate público en torno a la memoria, una revisión crítica y quizá desapasionada, dado el tiempo transcurrido, de lo que la central implicó y podría implicar.

En paralelo a esta exposición, Azkuna Zentroa acogerá el 2 de abril la charla Aprendiendo de Lemóniz. Contaminación política, fotografía y postconflicto, en la que la artista y el comisario, el sociólogo Iñaki Martínez de Albéniz y la arquitecta y fotógrafa Julia Schulz-Dornburg analizarán las ramificaciones del proyecto de Sádaba.

Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa
Ixone Sádaba. Escala 1:1. Azkuna Zentroa

 

 

Ixone Sádaba. “Escala 1:1”

AZKUNA ZENTROA. ALHÓNDIGA DE BILBAO

Arriquibar Plaza, 4

Bilbao

Del 6 de febrero al 27 de abril de 2025

 

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