Günther Förg, persiguiendo la pintura

La Fundación Luis Seoane revisa los medios e ideas con los que trabajó el artista alemán

La Coruña,
Günther Förg. Verfolgen Malerei
Günther Förg. Verfolgen Malerei

Bajo el título de “Verfolgen Malerei” (en castellano perseguir, continuar la pintura), la Fundación Luis Seoane de La Coruña ofrece, hasta el 1 de febrero, una revisión de la producción de Günther Förg, artista alemán fallecido el año pasado y considerado uno de los más representativos de la segunda mitad del s XX en su país.

En la muestra, comisariada por David Barro, director de la Fundación, se intercalan pinturas basadas en una abstracción ordenada y minuciosa, fotografías de gran formato que concibió como campos de reflexión artística, plomos, dibujos donde traslada patrones del paisaje a un dinámico sistema de trazos y libros de artista, así como medio centenar de piezas cedidas para la ocasión tanto por coleccionistas privados como por instituciones públicas que muestra una visión integral del trabajo de Förg desde finales de los años 80 hasta su muerte en diciembre de 2013.

Si por algo destacó Förg fue por su versatilidad: trabajó en pinturas, murales, acuarelas, esculturas en bronce, diseño gráfico y en exquisitos retratos fotográficos, pero fue en el primer campo en el que que volcó su preocupación por hallar colores que pudiera confirmar en paisajes reales.

En los amplios lienzos de los ochenta y los noventa que ahora se muestran en Galicia vemos manchas, estructuras reticulares y estrías ordenadas geométricamente disponiendo secuencias que invitan al espectador tanto a agudizar su capacidad de análisis visual como a experimentar un disfrute próximo a lo sublime. Se ha relacionado a este artista con movimientos tan dispares como el Impresionismo, el Expresionismo y el Minimalismo, y él no rechazó esas asociaciones.

Günther Förg. Verfolgen Malerei
Günther Förg. Verfolgen Malerei

Sin embargo, quizá, lo más sorprendente del trabajo de Förg lo encontremos en sus fotografías, realizadas con una sencilla lente de 30 mm y centradas en el estudio de la iconografía del movimiento moderno: llevó a cabo series de edificios de los años veinte y treinta, a veces desenfocados o sometidos a un tratamiento pictórico, que ganan una nueva belleza al mostrarse junto a murales monócromos.

Se dice del alemán que busca la confirmación del orden arquitectónico y la correspondencia entre forma y estructura tanto en sus pinturas como en sus fotografías y que formó parte de la corriente fotográfica denominada Nueva objetividad, que surgió en Alemania en los años ochenta. Se vincula por generación con los fotógrafos Thomas Ruff, Candida Höfer, Axel Hütte, Andreas Gursky o Thomas Struth, pero se aleja de ellos en su insistencia en la arquitectura como testigo de un deterioro, material y social, al presentar el hecho arquitectónico como realidad y metáfora de la ideología -política o estética- sobre la que se construyó.

El gesto fotográfico queda convertido en sus trabajos en un acto de enmarcar, al insistir en las ventanas, que utiliza como metamarcos de su visión, voluntariamente desenfocada en ocasiones. Förg activa así la transparencia e invisibilidad de la arquitectura, como ocurre en la serie dedicada a la Villa Malaparte, donde ensombrece el interior de la casa, para concentrar la visión exterior y configurar secuencias de paisaje arbolado, mar o rocas. La arquitectura actúa como recurso compositivo, al activar la búsqueda de correspondencias entre líneas de sombra y aristas de fachadas.

 

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