Hasta el próximo 19 de febrero, la Galería Antonia Puyó zaragozana presenta “Goya tras la cortinilla”, una muestra colectiva que es fruto de la invitación de esta sala a seis artistas aragoneses (Jorge Isla, David Latorre, Cecilia de Val, Ignacio Guelbenzu, Víctor Solanas-Díaz y Olalla Gómez Valdericeda) de revisar los Caprichos del maestro coincidiendo con su 275º aniversario.
Guelbenzu exploró los ecos comerciales de su apellido y ha producido diversas obras a partir de una lata de frijoles de marca GOYA, de algún modo recuperando su honor; Isla, por su parte, atendiendo a su habitual estrategia de reciclado tecnológico, se ha hecho con tarjetas telefónicas de segunda mano para componer con ellas un mosaico que puede remitir a un Goya temprano y costumbrista.
Cecilia de Val exhibe selfies que se desgradan o diluyen, como aquellas imágenes del poder desenmascaradas en tiempos del de Fuendetodos y David Latorre escribe con ladrillos sus verdades, como Goya planteó las suyas en sus grabados. Víctor Solanas-Díaz ha recordado a sus brujas recuperando una obra temprana suya, de cuando colaboraba con su abuelo Manuel, taxidermista (una cabeza de macho) y Olalla Gómez materializa una interpretación feminista de esos grabados, a partir del capricho Ya tienen asiento, el número 26.

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