El pasado diciembre David Zwirner comenzó a representar a Gerhard Richter y la primera muestra del alemán con esta firma puede ya visitarse en una de las tres sedes de la galería en Nueva York: a 537 West 20th Street han llegado obras abstractas recientes, datadas entre 2016 y 2023; se trata de pinturas, esculturas y obras en papel y componen la primera individual del artista en esa ciudad desde la antología que el Metropolitan Museum le dedicó en 2020, una exhibición aquella que fue obligadamente breve a causa de la pandemia.
La trayectoria de Richter ha alcanzado ya las seis décadas y, aunque sus prácticas han sido muy diversas, podemos decir que su eje ha sido la exploración de las posibilidades formales y conceptuales de la pintura: ha investigado constantemente la relación entre esta disciplina y la fotografía, reposicionando géneros, cultivando tanto la figuración como la abstracción y, sobre todo, cuestionando el modo en que nos relacionamos con las imágenes.
Entre el conjunto de trabajos que acoge ahora David Zwirner destacan óleos elaborados en 2016-2017, los últimos que hasta la fecha ha realizado, pues no ha vuelto a optar por esa técnica desde entonces; veremos también piezas de la serie Abstrakte Bilder (Pinturas abstractas), que configuran una parte esencial de su obra desde los setenta y que ejemplifican sus investigaciones sobre el peso de lo fortuito y azaroso y sobre las propiedades históricas y materiales del medio. Con sus superficies muy trabajadas e intrincadamente estratificadas, estas composiciones conceden toda la importancia a la pura presencia física de pigmentos y colores, y son fruto de procesos en los que las huellas de lo aleatorio han sido, valga la paradoja, deliberadamente planificadas.
Ocupa el centro de la exhibición 3 Scheiben (3 Panes), una escultura de vidrio que Richter ha diseñado este mismo año y que se enmarca en sus estudios sobre la percepción humana de los entornos construidos: la forman tres paneles secuenciales y rectangulares de vidrio transparente, pero reflectante; cada uno ha sido dispuesto en posición vertical y mide casi diez pies de altura. Nos invita la instalación a mirar a través y más allá de su superficie, revelando la naturaleza subjetiva y situacional de lo real que percibimos.
Hay que recordar que Richter ha creado numerosas obras utilizando vidrio y espejos desde 1967, y a menudo las ha expuesto junto a sus pinturas y dibujos, relacionándolas con el contexto más amplio de la arquitectura que los rodea. Aunque podemos considerarlas esculturas, estas piezas autónomas también ofrecen una reflexión literal sobre la pintura y la creación de imágenes, al responder a la noción histórico-artística del lienzo como espejo y como ventana, al mismo tiempo que actúan como un corolario poderoso del efecto borroso de las telas compuestas por Richter a partir de instantáneas, con las que comenzó a experimentar en la década de los sesenta. Como ha señalado el crítico Hal Foster, en propuestas como esta nuestra imagen reflejada perturba la contemplación.
En Nueva York también ha recalado un amplio conjunto de nuevas obras en papel de 2021-2022, algunas realizadas con tinta y otras con grafito y lápices de colores: los dibujos de Richter constituyen un apartado significativo de su producción, ya que le han permitido explorar cómo generar narrativas pictóricas dinámicas y abstractas de manera más directa. Muchas de estas obras presentan pasajes de calcos de grafito nublados, yuxtapuestos con porciones semiborradas igualmente borrosas; el artista incrusta una red escasa de arcos y líneas entrecruzados en este telón de fondo, dando lugar a una topografía enigmática, una especie de mapa de las posibilidades mismas de la creación de imágenes. Otros dibujos en la muestra están ejecutados a base de lavados monocromáticos abstractos de tinta y grafito, adquiriendo un aspecto decididamente pictórico; como ha explicado Richter, estas piezas en papel trazan un camino paralelo pero complementario a su creación pictórica, como si se tratara de poemas y novelas de un mismo autor.
Y el recorrido de la exhibición se completa con mood, un grupo de grabados que pueden relacionarse con una serie reciente de dibujos en tintas de colores que Richter enseñó por primera vez en la Fundación Beyeler de Basilea en 2022. Representativos de su indagación en la interacción de técnicas distintas, y vibrantes en su cromatismo, son casi indistinguibles de sus contrapartes de tinta, revelando la continua fascinación de Richter por las posibilidades de reproducción de imágenes.
Coincidiendo con esta muestra, el próximo mes de abril David Zwirner lanzará en su web, YouTube y vimeo una conversación filmada entre el galerista y Dieter Schwarz, que es experto en la obra del germano, además de historiador del arte, escritor, comisario y exdirector del Kunstmuseum Winterthur suizo. Y también desde el mes que viene acogerá la Neue Nationalgalerie berlinesa “Gerhard Richter: 100 Works for Berlin”, una presentación especial y de larga duración de los trabajos que la Fundación Gerhard Richter entregó a dicho museo en préstamo permanente en 2021, incluido el ciclo de pinturas abstractas a gran escala Birkenau (2014).
Gerhard Richter
537 West 20th Street
Nueva York
Del 16 de marzo al 29 de abril de 2023
