Una exposición y un congreso para Carmen Laforet

10/03/2022

Una exposición y un congreso para Carmen Laforet. Instituto CervantesAndrea llegó a Barcelona para estudiar Letras con el ímpetu y las ilusiones propias de su juventud, pero su vitalidad se enfrentó, desde que entró por la puerta de casa de su abuela, a la sordidez y las tensiones de ese hogar solo de nombre, familiar pero extraño. Su ambiente cerrado chocaría con las relaciones, amistosas y francas, que pudo entablar en la universidad, sobre todo con Ena, que encarnaba la luminosidad frente a lo oscuro de aquel otro mundo.

El estilo directo de Nada y la sensibilidad en la escritura de Carmen Laforet le valieron el Premio Nadal en 1944, en la que era la primera convocatoria de este galardón, y también la convirtieron en una revelación de nuestra narrativa, aunque condiciones vitales diversas y un éxito difícil motivaran el que a este no le siguieran demasiados títulos en su trayectoria: serían La isla y los demonios, La insolación, Al volver la esquina, La llamada y La mujer nueva, a los que hay que sumar su labor como articulista.

El año pasado se conmemoró el centenario de su nacimiento (nació Laforet en Barcelona en 1921, para trasladarse muy pronto a Las Palmas y regresar, después, a la capital catalana a estudiar en la Facultad de Filosofía y Letras, como la protagonista de su relato), pero los actos que celebran su legado se han extendido hasta este año en el Instituto Cervantes. Ayer y hoy, esta institución ha acogido el congreso internacional Un lugar llamado Carmen Laforet, que podemos disfrutar a través de YouTube y en el que han participado escritores, hispanistas, críticos y profesores.

Elide Pittarello, de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, se ha referido a los avatares de su carrera literaria y las peculiaridades de su obra en Carmen Laforet, una voz en suspenso; el escritor Ángel Basanta, el crítico José María Pozuelo Yvancos y el profesor Caragh Wells han aportado sus visiones de Nada; Domingo Ródenas de Moya ha impartido la conferencia plenaria Carmen Laforet, creciendo hacia su juventud; Roberta Johnson, Ellen Mayock y Blanca Ripoll han abordado el resto de sus novelas y relatos y, por último, Carme Riera se ha referido a la consideración de la literatura como espacio de libertad en la experiencia vital y creativa de esta autora catalana. Todas sus intervenciones, como os decimos, podéis encontrarlas aquí.

Por otro lado, y en la propia sede del Cervantes en Madrid, podemos visitar desde hoy la muestra “Próximo destino: Carmen Laforet”, que han comisariado los periodistas Ana Cabello García y José Teruel Benavente y se ha organizado con la colaboración de AC/E, la Biblioteca Nacional y la Dirección General del Libro. Consta su recorrido de abundante documentación, entre originales y reproducciones, sobre la escritora: encontraremos dos centenares de libros, manuscritos (incluyendo el de Nada, que puede verse por primera vez), mecanoscritos, documentos, artículos, fotografías, pinturas, audiovisuales, objetos personales y reproducciones digitales que trazan una semblanza de Laforet, entendiendo ese destino del título como su vida, su obra y su legado.

Se estructura la exhibición, abierta hasta el 29 de mayo, en seis secciones dedicadas a la proyección interior y exterior de su trabajo, las relaciones profesionales y personales que mantuvo, la modernidad de su escritura y sus modos de observar la sociedad de posguerra (a través de la psicología compleja de los personajes que creó) y a la actual vigencia de su obra.

Ya en septiembre del año pasado, la Caja de las Letras recibió, de la mano de dos de los hijos de Laforet, Cristina y Agustín Cerezales, un legado in memoriam de la autora que contenía cuatro libros, una carta manuscrita y un artículo referidos a escritores a los que ella admiró: Benito Pérez Galdós y Elena Fortún. Del primero, al que Laforet se refirió como una especie de abuelo cariñoso y culto, se depositaron tres volúmenes forrados en piel y muy leídos de sus Obras Completas y un artículo manuscrito que ella misma le brindó; de Fortún, se legó un ejemplar del libro La hermana de Celia, que aquella dedicó a los hijos de Laforet, además de una carta original manuscrita que Carmen redactó mientras escribía La isla y los demonios. Estas obras permanecerán en la antigua cámara acorazada de la sede del Cervantes hasta el día de Reyes de 2045.

"Próxima estación: Carmen Laforet". Instituto Cervantes
Vista de la exposición “Próxima estación: Carmen Laforet”. Instituto Cervantes

 

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