Teresa, de Mayorga a Paula Ortiz: una conversación

30/11/2023

Teresa. Paula OrtizTras un tiempo de ausencia de estrenos en cines (desde 2015, con Blancanieves), Paula Ortiz multiplica su presencia en las salas este 2023: el mes pasado ofreció Al otro lado del río y entre los árboles, adaptación de la novela de Hemingway del mismo título; otra adaptación, pero teatral, nos llega ahora con Teresa, basada en La lengua en pedazos de Juan Mayorga; y queda pendiente de su aterrizaje en Prime Video, ya en 2024, Hildegart, basada en la terrible historia de la creación de una hija modelo por Aurora Rodríguez.

La pieza de Mayorga, que le valió el Premio Nacional de Literatura Dramática, partía a su vez de El libro de la Vida de santa Teresa de Jesús, tenía su escenario constante en la cocina del convento de San José, en cuyos pucheros ella decía que también encontraba a Dios, y constaba de una conversación entre la autora de Las moradas y un inquisidor que esperaba llevarla de vuelta al Carmelo, tratando de encontrar en las palabras de ella sus razones. El centro último de esa obra, como el de otras de Mayorga, era el valor, justamente, de la palabra, del diálogo y la persuasión, pero ese asunto encuentra en estas figuras representantes puede que perfectos: una religiosa instruida, firme y que expresa con belleza y convicción todo cuanto dice, hable de su enfermedad, de sus dudas o de las ocasiones en que está segura de percibir a Dios; y quien le juzga, que desea desacreditar esas visiones y cuestionar la pureza de sus intenciones, pero no puede evitar conmoverse ante la honestidad de lo que escucha y la solidez en su fe de una mujer físicamente frágil y enormemente tenaz en todo lo demás.

Esas claves se mantienen en el filme de Ortiz, que ha logrado sortear las rigidices nada raras en las películas basadas en piezas teatrales (escasez de personajes, estatismo, protagonismo absoluto del guion) incorporando secuencias dedicadas a los recuerdos de infancia y juventud de la santa (Blanca Portillo), muy ricos en lo sensorial, llenos de emociones experimentadas en la naturaleza, de memoria de amistades y de una familia tierna y culta; y otras no inspiradas en la evocación de lo pasado, sino irreales y simbólicas, basadas en las imágenes que podrían haberle venido a la mente cuando el inquisidor (Asier Etxeandia) se muestra más hostil o la amenaza.

Es en estas últimas donde se utilizan efectos cinematográficos que hacen a la película ganar intensidad en lo visual y que alivian el peso de una conversación siempre comprensible pero también ardua, que comienza con los libros de caballería y la pureza de sangre y avanza con la vivencia de una enfermedad muy grave, su decisión firme de tomar los hábitos en la juventud y acusaciones menores y mayores por su hallazgo de Dios donde otros no lo veían y su decisión de emprender una vida monástica ajena a las comodidades: de la soberbia a la brujería. Acierta la directora, no obstante, sobre todo según avanza el metraje, al plantear un inquisidor, hasta cierto punto, alejado de tópicos: hace gala de las consecuencias de su poder de decisión, presiona a Teresa para obtener las confesiones que busca, pero demuestra conciencia de que existe fe más allá de la observancia rigurosa de normas no del todo compartidas, y de detalles, y por momentos podemos deducir que se encuentra disimulando su admiración a la santa. Mantiene, además, el voltaje de su conversación y manifiesta comprender sus motivaciones, incluso algunas íntimas que tienen que ver con el miedo (a la vida, el exterior, el cuerpo) y la duda.

Lo sugerente de las imágenes creadas por Ortiz para traducir visualmente los pensamientos de la santa, siendo dinámicas y ricas, palidece ante el peso de los diálogos, en la cocina o el claustro, en torno a la libertad en la clausura, la importancia de la lectura o la vivencia personal de Dios, pero la conjunción de los dos determina el ritmo de la película, entre la contención del sentimiento al que los dos personajes se muestran acostumbrados y los instantes puntuales en los que arrecian los dilemas y el peso de los sacrificios.

Teresa. Paula Ortiz

 

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