Ocho recomendaciones para la octava Fiesta del Cine

11/05/2015

La Confederación de productores audiovisuales españoles (FAPAE), la Federación de Distribuidores de Cine (FEDICINE), la Federación de Cines de España (FECE) y el Instituto de las Ciencias y Artes del Audiovisual (ICAA) vuelven a poner en marcha esta semana la Fiesta del Cine: cuatro jornadas-11, 12, 13 y 14 de mayo-en las que podremos ir al cine por sólo 2,90 euros acreditándonos previamente en la web fiestadelcine.com y entregando el resguardo que se nos envíe por correo electrónico en la taquilla de las salas a las que acudamos.

Los menores de 14 años y mayores de 60 no necesitan acreditación y con una única dirección de correo electrónico pueden apuntarse a la Fiesta del Cine hasta diez personas.

En la última edición de La Fiesta del Cine, el pasado mes de octubre, se vendieron casi 2.200.000 entradas y esta vez la cifra podría superarse al sumar un día más a la cita por culpa del fútbol. Sea estos días, o cualquier otro de esta semana si sois de los que preferís pagar antes que hacer cola, no perdáis la ocasión de acercaros al cine porque podréis encontrar un puñado de buenas películas esperándoos.

Hay alguna más, pero hemos elegido ocho, tantas como ediciones cumple la Fiesta del Cine. Más información, pinchando en sus títulos:

NATIONAL GALLERY. Teníamos que empezar por aquí. Aunque hace semanas que se estrenó, aún podemos disfrutar en algunos cines de National Gallery, un extenso documental de más de tres horas a cargo de una de las grandes figuras del género, Frederick Wiseman, en el que la pinacoteca británica se nos muestra como un organismo vivo, con sus visitantes y trabajadores como pulmones; de hecho conservadores, estudiantes y científicos han participado en la grabación de este filme, de resultado romántico pese a la mirada diseccionadora de Wiseman, el único cineasta documental que ha logrado obtener el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia.

National Gallery es la suma de muchas historias: la que contienen los lienzos del museo y la que enlaza a estas obras con un visitante que pasea por las salas contemplándolas ensimismado. No hay puesta en escena, pero sí un montaje muy estudiado para transmitir al espectador lo más fielmente posible cómo fue la experiencia de rodar este documental.

 

LA FIESTA DE DESPEDIDA. Esta película israelí tiene entre sus muchas virtudes lograr hablar de la muerte sin dramatizar ni renunciar al sentido del humor, aunque sea sobre todo un canto a la vida, la amistad y la madurez. Aunque hable de finales, resulta luminosa al reconciliar a sus protagonistas con su edad y ensalzar su afán de protección por sus seres queridos. Sobre si La fiesta de despedidaconsiderarla tragicomedia, o comedia blanca y negra, no hay acuerdos, pero sí podemos afirmar que combina calidad y capacidad de atraer a un público muy amplio. En la Seminci se llevó la Espiga de Oro.

EL AÑO MÁS VIOLENTO. Esta última peli de J.C. Chandor, un thriller protagonizado por dos de los actores de relativa nueva hornada que mejores momentos nos han dado, Oscar Isaac y Jessica Chastain, nos gustó por recordarnos con elegancia lo mejor del cine criminal de los ochenta. Ambientada en Williamsburg, que fuera uno de los barrios más sórdidos de Nueva York hace tres décadas, rastrea el difícil camino de un hombre hundido ya en fangos corruptos por mantener cierta honradez, por no convertirse en un gángster aunque las circunstancias parezcan no dejarle opción. Nos gustan sus silencios y su fotografía.

AGUAS TRANQUILAS. El paso de la vida para adolescentes, adultos y mayores y los modos de afrontar la soledad en que nos sume la muerte de los seres queridos son los temas de fondo de esta delicada película de Naomi Kawase, que es también una oda a la empatía y que profundiza en las conexiones entre sentimientos y naturaleza. Los paisajes en los que se desenvuelven las familias conectadas por el mar son físicos pero también emocionales. Es una constante en muchos cineastas japoneses, pero Kawase revindica aquí un modo de vida más centrado en el oír que en el emitir ruidos, más reflexivo y lento. Conmueve por intimista.

HIPÓCRATES. Lo moral, lo práctico y lo rentable pelean en el hospital en que Benjamin comienza a trabajar como médico residente y no hay tiempo para decisiones lentas.

Hipócrates se sumerge sin paños calientes en el día a día de un hospital público sometido a recortes-hay secuencias que rozan lo documental- y narra a su vez el tránsito de un joven hacia su madurez, marcado por la ruptura con un padre que es director del centro y que cubre sus errores pero no siempre respalda al resto del personal. Humor y seriedad, sentido y sensibilidad.

Hipócrates

MANDARINAS. Nos olemos que no va a durar mucho en pantalla, porque es tan buena que tiene que ser breve, así que mientras podáis, acudid a ver Mandarinas, la peli dirigida por Zaza Urushadze que pudo llevarse el Óscar a la Mejor Película Extranjera este año y que nos atrapó por la dignidad que transmiten sus personajes (todos), atrapados en la Guerra de Abjasia del 92. Además de ser un relato antibelicista oportuno por su origen y por su contexto, supone un alegato pro sentido común cuya fuerza se basa en los silencios, los toques de humor inteligente y la contención en los diálogos y en el austerísimo escenario.

LA SOMBRA DEL ACTOR. Las últimas horas de grandes actores que comienzan a caer en el olvido y la entrada, complicada, de las estrellas en la vejez han dado para momentos brillantes en el cine y el penúltimo ejemplo lo encontramos en este golpe de autoridad de Al Pacino. Semejante en muchos momentos a Birdman, aunque de narración más sencilla (sin serlo), La sombra del actor nos cuenta el drama de un hombre que duda de su capacidad de emocionar al espectador pero que no ha perdido el don de saber reírse de sí mismo. Y consigue que el público lo haga a raíz de su relación desequilibrada con la joven admiradora a la que da vida Greta Wergig.

El capital humano

EL CAPITAL HUMANO. Tras ver este thriller de Paolo Virzì no hemos podido evitar acordarnos de La muerte de un ciclista de Bardem, y también sabemos que iremos detrás de la novela en la que se inspira, del mismo título. Se trata de una crítica descarnada a quienes no viven para sí mismos sino para la apariencia, a quienes ven el dinero no como un medio sino como un fin…y arrastran a su familia en el camino.

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