La que fue Colonia Clunia Sulpicia, capital judicial de la Hispania Citerior Tarraconensis, que dominaba el valle del Duero y la calzada de las minas de oro del norte, hoy es Peñalba de Castro, un pueblo al sur de Burgos, centro de la Ribera del Duero en esa provincia. Aquella ciudad contaba aproximadamente con 130 hectáreas en torno a un gran foro en el que la curia se reunía para debatir: tenía basílica, mercado, un templo dedicado probablemente a Júpiter, termas con patios porticados y un teatro con capacidad para 10.000 espectadores en el que cada verano, desde hace diecisiete, se continúan ofreciendo propuestas culturales al público.
Fue uno de los más grandes de Hispania, con esculturas y columnas corintias escoltando el escenario, y sus ruinas son aptas para que un aforo de mil personas se acerque cada año a piezas clásicas. El próximo Festival de Verano de Clunia tendrá lugar del 9 al 17 de agosto y su programación se iniciará con Pandataria, una creación dirigida y coreografiada por Chevi Muraday, Premio Nacional de Danza en 2006, con texto de Laila Ripoll e incursiones en los bailes urbanos. Pandataria existió: fue una isla perteneciente al archipiélago de las Pontinas, en el mar Tirreno, a la que en época romana exiliaron a las mujeres del imperio que no se adecuaban a las normas; Julia la Mayor fue la primera y tras ella corrieron la misma suerte su hija y su nieta en distintos momentos de su vida. Pandataria como isla-prisión llegó a representar el paraíso de los olvidados; de hecho, Mussolini, en la Segunda Guerra Mundial, desterraba allí a los disidentes políticos y sus esposas escribieron en papel de fumar el Manifiesto de Ventotene -así se llama hoy a este lugar-, cuyo título completo es “Por una Europa libre y unida”.
La pieza, protagonizada por Cayetana Guillén Cuervo, reivindica a Pandataria como cajón de sastre, isla del marginado y utopía necesaria.
La segunda obra programada es El marqués de Las Navas, texto de Lope de Vega de cuya publicación primera se cumplen cuatro siglos. Se inspira en hechos históricos, en el Toledo donde nació el tercer marqués de las Navas, y aúna música, danza, máscaras y fantasmas, enredos, amores cortesanos y despecho, pero el eje temático de esta composición es la posible reparación después de la muerte de los males que infligimos en vida. El dramaturgo del Siglo de Oro homenajeaba aquí, además, a Pedro Esteban Dávila y Enríquez, al que sirvió durante cuatro años como secretario y gentilhombre y quien le contaría el relato que él convertiría en comedia.
La tercera apuesta del Festival será un concierto teatralizado: un viaje por los ritmos más populares en Estados Unidos en las décadas de los cuarenta y los cincuenta: jungle, boogie woogie, latin, rock, balada y mucho swing. Los interpretará el trío de divinas formado por Carla Móra, Irene Ruiz y Marta Móra. Hablando de música, con ella en directo contará Burro, una tragicomedia llevada a escena por Carlos Hipólito y basada en una recopilación de textos literarios clásicos en torno al asno (de Esopo a Samaniego, pasando por Apuleyo, Fray Anselmo de Turmeda, Cervantes, Shakespeare y, cómo no, Juan Ramón Jiménez). En una finca vacía, un burro atado a una estaca le cuenta su vida a su sombra, desde la crudeza y la ternura, mientras ve venir un incendio forestal.
Pondrá punto y final a la programación Los enredos de Scapín, una comedia (de nuevo con música en directo) a cargo de Morboria Teatro. Inspirándose en la Commedia dell’Arte italiana, se ambienta en un puerto en el siglo XVIII en el que se suceden las situaciones jocosas: peleas, bastonazos, luchas de esgrima, diálogos trepidantes, verbenas y bailes…
Tras ellas, el amor: ausentes sus padres por un viaje, Octavio se ha casado secretamente con Jacinta. Y Leandro, también enamorado, se ha prometido con una gitana egipcia de paso en Nápoles. Lamentablemente para los amantes, sus padres, Arganta y Geronte, regresan con la voluntad de imponer a sus hijos matrimonios ya concertados, pero Leandro cuenta con la colaboración del fiel y astuto Scapín, que pondrá en marcha intrigas y estratagemas para ayudarlos.
Las entradas pueden adquirirse aquí: https://clunia.es/
Entre representación y representación es buena idea acercarse a localidades cercanas que, en las mismas fechas del Festival, ofrecen igualmente teatro, música y títeres, y todo el año arte e historia. En el casco antiguo de Peñaranda de Duero nos esperan casas blasonadas, la farmacia en funcionamiento más antigua de España, el Palacio renacentista de Avellaneda, la Excolegiata de Santa Ana, barroca y con retablo de Ventura Rodríguez, o el Castillo, que acoge un Centro de Interpretación.
Huerta de Rey cuenta con casas típicamente castellanas y calles estrechas y es el lugar de nacimiento del río Arandilla, que recorre los paisajes que rodean este rincón burgalés del partido judicial de Salas de los Infantes, mientras que en Gumiel de Izán no podemos perdernos la iglesia gótica de Santa María, el Arco de los Mesones, una de las cinco puertas de acceso a la villa que tenía la muralla, o la ermita románica del Santo Cristo de Reveche.
