Eugenio Ampudia, paradigmas que romper

El Palacio Quintanar de Segovia le dedica una retrospectiva

Segovia,

Hace cinco años, Eugenio Ampudia se apropió de la Sala Alcalá 31 para presentar, en “Sostener el infinito en la palma de la mano” y bajo el comisariado de Blanca de la Torre, obras fundamentales y un proyecto inédito centrados en el estudio de las nociones, contemporáneas y desdibujadas, del tiempo, el sueño y el arte como terrenos abiertos a la subjetividad y la interpretación, y propicios para romper con lo normativo.

Junto a la misma comisaria nos ofrece, ahora en el Palacio Quintanar segoviano, una nueva retrospectiva: “Como si no hubiera pasado nada”, título tomado de un texto del reciente Princesa de Asturias Adam Zagajewski (Después del fin del mundo, hay que vivir como si no hubiera pasado nada); en ella el artista propone una relectura desde el arte de valores y relatos, antes sólidos y hoy cuestionados, en torno a nuestra relación con la naturaleza o nuestros sistemas de organización.

Se estructura el recorrido en apartados bautizados como cámaras, adaptándose la muestra a la disposición espacial de este edificio y haciendo hincapié en las relaciones, presentes aunque también pasadas, entre la experiencia estética y conceptos ligados a la economía, la política y la sociedad. Reciben al visitante, en la primera cámara, Speed (2014), sobre la importancia de relajar los ritmos y atender a las pausas, y Huracán (2012), imagen de uno de estos fenómenos visto desde el espacio que se acompaña de un enorme ruido, metáfora de lo crudo de la emergencia climática, asunto muy presente en la producción de Ampudia. También lo son las circunstancias que han podido traernos hasta aquí: la obsesión por el progreso constante, la sobreexplotación de los recursos o el extractivismo.

Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia

Comparten esos trabajos cámara con Paisajes españoles (2019), una serie de fotografías en blanco y negro de los sesenta que recogen las primeras construcciones para el turismo en Valencia, intervenidas con cucarachas en relieve que remiten a la crisis del suelo; Mesa de pe(n)sar (2003), paisaje celeste sobre una pesada mesa de arquitecto que el autor utilizó hace tiempo para trabajar, cuyo color de cielo antropogénico no es el mismo que el de sus inicios; Nuestro destino era el presente (2021), collage de imágenes neoyorquinas que convierten la ciudad en un escenario inquietante o colapsado; Kicking Rights Cup (2022), vídeo crítico con el reciente Mundial de Qatar y la cultura del fútbol, y el ordenador de alabastro Workstation (2012), alegoría de un mundo digitalizado en el que somos adictos al trabajo y la tecnología.

Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia

A la segunda cámara de la exposición nos conduce un pasillo alargado habitado en sus paredes por cucarachas y moscas elaboradas con papiroflexia a partir de tarjetas de invitaciones de exhibiciones de arte. Odiamos esos insectos, pero desempeñan un rol clave al descomponer residuos humanos, facilitando la reducción de la basura urbana, en el caso de las primeras, o por su función polinizadora y de control de plagas en el de las moscas: si las contemplamos más allá de nuestro rechazo instintivo (nuestro antropocentrismo), tenemos por tanto mucho que agradecerlas.

Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia

La obra fundamental de este segundo episodio de la exhibición es El concierto para el Bioceno (2020), un evento ideado en el confinamiento: un cuarteto de cuerda interpretó Crisantemi de Puccini con miles de plantas como único público presente en el Liceu de Barcelona. Atendiendo a varios estudios de neurobiología vegetal, estos seres pueden reaccionar de forma sensitiva a estímulos sonoros y, según el filósofo Michael Marder, cuentan con un sistema particular para expresarse; este trabajo hace alusión a esas formas de comunicación alternativas y a la necesidad de una adecuada coexistencia entre especies.

Se relaciona con esta propuesta la instalación cinética, datada el mismo año, A Glorious Accident (2020), dedicada a las células, bacterias y seres unicelulares que habitaban las aguas del océano original y que fueron componiendo estructuras tubulares para nutrirse. Sitúa esta pieza a los humanos como ecosistemas ambulantes cuya supervivencia depende de nuestra adecuada relación con la biosfera.

Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia

La tercera cámara apunta hacia el futuro, que para Ampudia ha de responder a cosmovisiones nuevas. Las metaforiza en Interlocutoresválidos (2001), una montaña de harina con un dispositivo que proyecta huellas de manera que parezcan brotar del montón, dejando marcas en el espacio circundante; hablamos de rastros antrópicos anónimos, ligados a la responsabilidad colectiva. Otra instalación, ideada para el Palacio segoviano y llamada Somos aquello que dejamos de ser (2023), está creada a partir de ramas recogidas por el artista en playas y después fundidas en bronce, apelando a los lazos entre naturaleza y cultura; mientras que, en Habitación de lluvia (2010), el espectador se asoma por un orificio a una caja construida con cuadernos de notas que nos deja contemplar una lluvia interior, un paisaje íntimo, recurriendo al cambio de escala que también requerirá nuestra futura perspectiva ecológica.

Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia

Si hasta este punto del recorrido Ampudia se ha referido a tomas de posición individuales, la cuarta cámara hace referencia a las institucionales. En Prado GP (2008), convirtió a la pinacoteca en un circuito de motos, en alusión a la velocidad y el consumismo que parecen imponer nuestros actuales ritmos vitales; tiempo después, y aplicando una lectura semejante, propulsó al espacio el Guggenheim de Nueva York en Museum and Space (2011), y ese mismo edificio lo deconstruyó en piezas que recalcaban la necesidad de reformar nuestras instituciones culturales en Construir un problema necesario (2019).

Hasta Segovia y hasta esta cámara también ha llegado su proyecto estrella hace un lustro en Alcalá 31: Dónde dormir, pernoctas que ponían de relieve que la concepción de ciertos enclaves hegemónicos es transformable, a veces mediante acciones sencillas y cotidianas.

Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia

Y la última y quinta cámara ofrece un camino para el cambio, que para este artista vallisoletano podrá ser radical o progresivo pero solo podrá llegar -como postula también Bene Bergado en su actual muestra en Azkuna Zentroa– por la vía del decrecimiento, la racionalización de la energía y el reparto de la riqueza. Contemplaremos documentación, pero también palos, hojas o ramas que llevan nuestra mirada a lo cercano, o el vídeo Ode to Joy (2023), himno a la alegría interpretado con cazuelas, sartenes y cacharros de cocina.

Completan el conjunto dos obras en el patio de Quintanar: El perro de Tonety (2006), que orina mediante un sistema de retroalimentación de agua; y rocas pertenecientes a Paisaje móvil (piedras) (2017), que hablan de reterritorialización y desterritorialización, de la domesticación de los suelos.

Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia
Eugenio Ampudia. Como si no hubiera pasado nada. Palacio Quintanar, Segovia

 

 

Eugenio Ampudia. “Como si no hubiera pasado nada”

PALACIO QUINTANAR

C/ San Agustín s/n

Segovia

Del 23 de junio al 5 de noviembre de 2023

 

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