Fichados

Urtzi Ibarguen

Urtzi IbarguenNOMBRE: Urtzi

APELLIDOS: Ibarguen Guridi

LUGAR DE NACIMIENTO: Errenteria, Guipúzcoa

FECHA DE NACIMIENTO: 1978

PROFESIÓN: Artista

A Urtzi Ibarguen, el fichado con el que retomamos esta sección tras el parón veraniego, lo conocimos el año pasado en la Galería Blanca Soto de Madrid, donde participaba en la exposición colectiva “Aquí y Ahora. Power, corruption & lies”, junto a otros artistas que hablaban de utopías e ironías mientras esperaban la llegada de un nuevo orden en el que creer y crear. Llegábamos tarde: Urtzi ha presentado hasta ahora cuatro muestras individuales (en Bilbao Arte, el Okendo Culture Center de San Sebastián y el Xenpelar Culture Center) y viene participando, desde 2002, en colectivas en espacios como el COAC tinerfeño, Koldo Mitxelena Kulturgunea, la Sala Amarica de Vitoria, el Centre Sant Andreu de Barcelona, el propio Bilbao Arte o la Tabakalera donostiarra, además de la sala Blanca Soto. Asimismo, participó en ARCO 2003 de la mano de un proyecto de la Universidad de Valencia y ha sido seleccionado para desarrollar residencias en El Paular, Can Xalant, Bilbao Arte y la Casa de Velázquez, esta última la más reciente.

Lo fichamos por la riqueza de sus referencias teóricas (para entender mejor su obra debemos estar familiarizados con la noción de Levi Strauss de significante flotante: Ibarguen aborda los objetos mucho más allá de su materialidad, entendiéndolos como  generadores de conocimiento) y también por su atentísima atención a los cambios sociales y sus repercusiones en la cultura: es conveniente acercarnos a sus proyectos desde un enfoque que tenga en cuenta lo comunitario, plasmado en su caso en formas y geometrías propias distintas a las dadas por la naturaleza.

Retomando costumbres, hechas las presentaciones preguntamos a Urtzi el cuándo y el porqué de sus inicios creativos: Como una buena parte de los que formamos esta profesión, siempre me interesó el mundo de la creación y desde muy pequeño empecé con los talleres de dibujo y pintura. Una vez llegada la edad universitaria, tenía claro que la carrera que quería estudiar era Bellas Artes, por lo que me matriculé en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, donde estudié la carrera. Los cinco años de carrera sirven, entre otras cosas, para cambiar la perspectiva de lo que entendemos como arte y adentrarnos en su historia. No tengo muy claro cuándo fue el momento o la etapa en la que me reconocí como artista y, aunque ya llevo muchos años desarrollando diferentes proyectos, creo que el concepto de “trabajar como artista” es bastante difuso, entre otras cosas por las condiciones precarias que envuelven a la profesión.

Sus intereses temáticos guardan, en su caso, mucha relación con los formatos en los que viene desarrollando su obra, aunque estos varíen en función de cada proyecto. Aborda la relación entre el entorno físico y las nuevas tecnologías y el valor de uno y otras en la configuración de la cultura contemporánea. Diluye técnicas de fabricación digital hasta convertirlas en huellas que dispone sobre materiales que podemos considerar tradicionales, como la madera, la lana o la cerámica. En los resultados no hay imitación o copia: se trata de restos semiarqueológicos de origen difuso. Tanto como un fake. Así resume los ejes de su trabajo: Me interesan las nuevas tecnologías digitales, el recorrido entre lo digital y lo físico y viceversa, la manipulación digital, las nuevas características resultantes de la interacción entre el arte y los procesos de fabricación digital y la transversalidad o la legitimidad de materiales y procesos.

Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea

También le hemos preguntado por sus referentes, y no cita a artistas concretos aunque sí nos cuenta que, en sus últimos trabajos, se ha fijado en las corrientes que más uso han hecho de la geometría: No hay una influencia principal dentro de una visión general de mi trabajo, siendo cada uno de los proyectos el que tiende a crear su propio contexto y relaciones. En el último proyecto me estoy acercando al minimalismo y al arte geométrico, con resultados muy cercanos a los campos del diseño, la arquitectura o incluso la industria.

Como avanzábamos, la escultura, entendida en un sentido amplio y vinculada a los procesos de fabricación digital, es su medio fundamental de trabajo, que no el único: Cada uno de los proyectos pide sus propios formatos. Así, junto a la escultura, también trabajo el grabado o la fotografía, aunque en menor medida.

A la hora de escoger los principales proyectos que ha llevado a cabo hasta ahora (podéis explorar todos en su web), Urtzi elige cuatro, alguno de ellos desarrollado en colaboración: Estudio formal de un mosquetón francés, Vestigios de una cultura contemporánea, Hacia una nueva Ecúmene y Colectiva para piano.

El primero es el más reciente, de hecho continúa en proceso, lo ha desarrollado con motivo de su beca en la Casa de Velázquez este año y podemos considerarlo la culminación de esa indagación en los nexos posibles entre escultura y fabricación digital en los que viene trabajando. Plantea Urtzi qué ocurre cuando la tecnología se utiliza con fines creativos y no comerciales: Estudio formal de un mosquetón francés surge de la necesidad de plasmar formalmente las nuevas características resultantes de la incursión de las técnicas de fabricación digital en el desarrollo artístico, especialmente en su vertiente escultórica. Esta serie se define en un constante juego de descomposición y recomposición de la forma, donde tanto el uso de software 3D para prototipado como el hardware utilizado en la fabricación digital acaban de determinar una serie de características formales que definen un proceso creativo.

La legitimidad parece venir dada en el propósito del uso de toda tecnología. En una época en la que el uso de estos procesos técnicos se vincula a una finalidad productiva y comercial, unida a la tecnificación de los procesos y los productos, el uso estrictamente plástico de ciertos procesos técnicos acentúa su naturaleza transversal, creando un grupo de piezas que se desenvuelven en un espacio difuso.

Así, el desarrollo escultórico se centra en la transición entre lo digital y lo físico. Esta transición hace aflorar una serie de posibles evoluciones del objeto primario, del cual partimos para crear un grupo de piezas “bastardas” que se construyen a partir de las diferentes posibilidades constructivas que surgen de esta manipulación y que permanecen ocultas dentro de la estructura del estado primigenio. En contra del objeto originario, cuya forma se vincula a la dependencia hacia ciertas necesidades y usos, las nuevas formas nacen libres de todo contexto, toda atadura social, política o económica, buscando una nueva naturaleza estética e instalativa dentro de un entorno artístico.

Estas piezas “ilegitimas” tienen un carácter propio vinculado a su transición tecnológica, una apariencia cercana al minimalismo y a la geometría, y a su vez muy ligada al diseño, la arquitectura o la industria. No son piezas nobles y nacen marcadas por los materiales desechables vinculados a los procesos de fabricación digital, como el plástico, el cartón o los aglomerados, y esta falta de nobleza es la que acaba por convertirse en la mejor de sus singularidades.

Su punto de partida para esta investigación fue un mosquetón francés del siglo XVII y sus elementos. Nos cuenta que se conocía en la época como Charleville y que lo usó el ejército francés en la guerra de independencia de Estados Unidos.

Urtzi Ibarguen. Estudio formal de un mosquetón francés
Urtzi Ibarguen. Estudio formal de un mosquetón francés
Urtzi Ibarguen. Estudio formal de un mosquetón francés
Urtzi Ibarguen. Estudio formal de un mosquetón francés

En Bilbao Arte presentó Urtzi el año pasado, tras una beca de residencia en la que participó allí en 2016, Vestigios de una cultura contemporánea: los frutos de su estudio de los nexos entre la tecnología y el comportamiento social. Hablando de ellos, aparece una palabra quizá clave: ansiedad. Nos lo cuenta: El desarrollo de los nuevos medios de la información y la comunicación, junto al incesante progreso tecnológico, ha creado un estado efervescente del conocimiento que es la principal razón de una constante necesidad de progreso social. Esta relación se acaba definiendo en una necesidad, un estado de ansiedad social donde lo de hoy ya es viejo y lo de ayer ya es historia.

Internet y lo digital, en el sentido más amplio, han supuesto un incendio tal que todo lo han convertido, y todo lo convierten ipso facto, en un “esto ha sido”, pero sin acontecimiento histórico y sin, ni siquiera, probabilidad alguna de actualidad. Toda esquirla de actualidad es ahora antigua. La red de redes es una enorme necrópolis que alberga un presente que ha nacido muerto, un cementerio del post-posmodernismo que exploro aquí como si se si tratase de una tierra rica en residuos, a modo de inmenso yacimiento funcional donde indagar sobre las cenizas que somos. Aun así resulta interesante aproximarse a su superficie desde un punto de vista historicista, no para “resolver” nuestro pasado (de esto se ocupan otras disciplinas con más o menos acierto, no el arte) sino para acariciar nuestro presente; un presente ya obsoleto y, por eso, objeto de una profundísima nostalgia. No tiene que ver con la añoranza de un tiempo tan lejano que a duras penas se manifieste, ni de reivindicar ni de criticar ninguna de las políticas de la memoria que se tienden a desarrollar, hace ya tiempo, desde las instituciones públicas. Es un deseo de aproximación a, y de cuestionamiento del presente, que se halla en un inminente peligro de extinción, a partir de objetos/cosas ficticios extraídos de donde aparentemente no hay nada más que vagos conceptos.

Formalmente, el proyecto se basa en el diseño y en las características relacionadas con la incipiente cultura maker, relacionada con la democratización de las herramientas y procesos digitales, tanto en las características constructivas y de difusión, como en las formas y estructuras geométricas creadas a partir de la relectura de la información relacionada con Internet. Procesualmente, el proyecto se desarrolla a partir de la deslocalización de las tecnologías de fabricación digital a partir de su disolución mediante materiales más tradicionales como la cera, la madera, la lana, el bronce o la cerámica. Así, surge un grupo de obras que remiten a lo antropológico o lo arqueológico a partir de restos, símbolos y construcciones que funcionan como un “fake”. El “fake”, que en este caso refiere a la recreación neutra, prescinde de la copia o la imitación al carecer de objeto  al que copiar, para desvelar, desde una perspectiva actual, lo que deben ser los restos de algo que podría no tener pasado o esencialmente, la sensación emocional de una historia del presente o un pasado constante.

El núcleo del proyecto reside en ese imaginario que surge de este grupo de piezas y que se va construyendo tanto individual como colectivamente a partir de diferentes referencias cercanas a la antropología, la arqueología, la historia o la memoria. De tal forma, las conductas sociales contemporáneas con un fuerte fundamento ideológico (saber qué) y tecnológico (saber cómo) que caracteriza el presente se van diluyendo en la indefinición a través de cierta maestría técnica y estética, invitándonos a seguir interrogándonos y a reflexionar sobre la esencia última de las cosas. Sean cuales sean las respuestas, se da una narrativa visual que remite a todo presente como pasado, enriqueciendo el imaginario icónico como un sustrato simbólico del conocimiento, aunque todavía no hayamos pasado de la mera especulación. Son piezas que se hacen memoria, pero no despejan la duda sobre quiénes son los verdaderos agentes de la historia o cuáles son las características reales de esta historia. Y es esta duda la que acaba por construir el contexto de la obra.

Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea

Sobre lo que de tecnológica tiene nuestra cultura y sobre las sociedades que navegamos más en pantallas que en mares trataba también Hacia una nueva Ecúmene. Partiendo de ese concepto griego de espacio en el que se vive, se preguntaba Urtzi hasta qué punto es habitable la Red: La Ecúmene (en griego (tierra) habitada) es el conjunto del mundo conocido por una cultura. Generalmente se distingue como aquella porción de la Tierra permanentemente habitada, en contraposición al anecúmene o áreas deshabitadas o temporalmente ocupadas (…).

Está claro que con la implantación de la Web las cuestiones de “hábitat” se han expandido hacia el medio digital, creando a partir de la expansión del territorio “habitable” una controversia sobre las características del navegante en la Red. Hasta hoy en día se había entendido la web como una anecúmene, es decir, un entorno ocupado temporalmente, pero el psicólogo alemán Peter Kruse nos presenta una nueva visión sobre la Red y sus moradores. Kruse, que desde hace años investiga las repercusiones sociales de la nueva Web 2.0, asegura que en la sociedad digital nacida al calor de Internet se está produciendo una escisión. La Red es un territorio habitado por dos grupos de personas completamente diferentes: los visitantes digitales y los residentes digitales. Mientras los primeros recurren a los medios tecnológicos de manera ocasional, los residentes tecnológicos que se comunican a través de twitter y whatsApp y se mantienen informados mediante apps nunca abandonan el mundo digital, habitándolo de manera constante. Así, mientras los visitantes son aún capaces de distinguir el mundo “real” del digital, los residentes no distinguen ya la frontera que separa ambos mundos.

Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea

Este proyecto aborda estas nuevas cuestiones de hábitat a través de la investigación artística, en este caso en la zona fronteriza entre el arte, la ciencia y la tecnología. El proceso surge de la interpretación y el análisis del código fuente de las páginas web (son las ordenes que siguen nuestros ordenadores cada vez navegamos por una página web), utilizando este código como una onda refleja o eco proveniente de un objeto o espacio físico, un proceso que se asemeja a la técnica de navegación del SONAR. Para ello, con la ayuda del ingeniero informático Marcos Bernabé, he desarrollado un software de análisis que interpreta cada una de las líneas de código, creando mapas de desplazamiento a partir de las páginas web. Estos mapas son volcados sobre superficies en 3D dando forma a la red y creando modelos geomorfológicos que posteriormente se desarrollan utilizando diferentes técnicas de fabricación digital, como las impresoras 3D o fresadoras CNC (en su vertiente escultórica) o en el desarrollo de entornos de Realidad Virtual (Unity3D). De esta manera, se reflexiona sobre los procesos materializadores y los nuevos lugares a los que dan lugar: entornos naturados o simplemente artificiales capaces de crear sensaciones. En pocas palabras, se trata de un proceso que da forma física al “nuevo territorio habitado”, subrayando el solapamiento que existe ya entre el habitante físico y el virtual.

Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea

Y el último proyecto, Colectiva para piano, es, como indica su título, fruto de la colaboración, y como el resto de los suyos, híbrido en esencia. Trabajaron junto a Ibarguen, formando el grupo Reactivos, el citado informático y artista sonoro Marcos Bernabé y el músico y pianista Alexandre Galera. Sus respectivas áreas (tecnología, música y arte) se unieron para generar un proyecto aglutinante y novedoso que pudo verse también en Bilbao Arte, en 2012, tras una residencia previa: Los reactivos son sustancias que reaccionan entre sí para formar una sustancia nueva. Diferentes reactivos dan un nuevo producto distinto a ellos, y con otras propiedades. Como individuos funcionamos como agentes reactivos creando un nuevo valor. A su vez, entendemos nuestro grupo artístico como un elemento que reacciona con otros elementos que tiene a su alrededor, en este caso Internet.

De la unión entre nuestro grupo y el código fuente de las páginas web, surge un nuevo elemento, la música; en nuestro caso, de forma más específica, composiciones para piano. Nuestro trabajo se basa en la reinterpretación del código informático (código fuente) de las páginas web, creando a partir de ellas diferentes composiciones para piano que posteriormente son interpretadas.

¿A que suena una página web? ¿y la de un artista? No cabe duda de que el espacio virtual se ha convertido en un entorno fundamental para la difusión de centros, proyectos y de los propios artistas. La fuerza de este nuevo medio crea la obligatoriedad de estar presente en él, y se presenta como un entorno alentador y complaciente para todos aquellos creadores que no tienen suficiente notoriedad en los proyectos y exposiciones que se desarrollan en el espacio físico. Cada vez son más los artistas que tienen su propia página web, y dentro de los artistas emergentes, nos atreveríamos a decir que es la inmensa mayoría.

Colectiva para piano es un proyecto que se basa en la reinterpretación del código fuente de 13 páginas web de artistas becados por Bilbao Arte (uno por año desde 1999 hasta 2011). Así, la unión y la mezcla de estos trece fragmentos de código y su posterior reinterpretación tiene como resultado la creación de una composición para piano de varios minutos de duración. Así, el elemento a comisariar no es la obra del artista, sino el código informático de su página web; a su vez, el resultado final no es una exposición sino una composición musical. Nuestro trabajo artístico y de comisariado se traduce en conseguir que estas líneas de código de diferentes páginas web de artistas se combinen de manera adecuada para que formen una composición musical de interés, al igual que uniríamos diferentes obras de varios artistas para crear una exposición al uso.

Si tenéis curiosidad, dadle al play aquí. Mientras continúa dando forma a su Estudio formal de un mosquetón francés, nos avanza Urtzi lo próximo: En estos momentos sigo trabajando en el proyecto que empecé a desarrollar durante mi estancia en la residencia de la casa de Velázquez a principios de 2018, en una segunda fase donde las características de los objetos están creando sus propios puntos de interés.

Los próximos meses haré una intervención en El Gabinete de Bilbao, un espacio gestionado por Edu Hurtado, y ya para principios del año que viene participaré en varias exposiciones en Madrid. Las dos primeras serán en la Casa de Velázquez: una colectiva de las diferentes ediciones del certamen Aquí y Ahora, y la muestra anual de becarios de la institución que se celebra junto con ARCO. La última será mi primera exposición individual en Madrid, en la Galería Blanca Soto, con las fechas aún por confirmar.

Mientras llegan esas cuatro próximas muestras, podéis conocer mejor al artista aquí: Urtzi Ibarguen.com

Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea
Urtzi Ibarguen. Vestigios de una cultura contemporánea

 

 

 

 

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