NOMBRE: Tomás
APELLIDOS: Pizá García
LUGAR DE NACIMIENTO: Palma de Mallorca
FECHA DE NACIMIENTO: 1983
PROFESIÓN: Artista
Tanto en Madrid como en Palma de Mallorca, su ciudad, hemos podido visitar recientemente muestras individuales de Tomás Pizá, nuestro último fichado: en la Galería Herrero de Tejada de la capital presentó en 2019 “Nothing but flowers”, pinturas de un Londres inhóspito y abandonado acompañadas, a modo de títulos o de pies de foto, de la letra de esa canción de Talking Heads. Se trataba, en la mayoría de los casos, de lugares abiertos y jardines que Pizá encontraba deambulando por la ciudad y plasmaba con paleta viva: el caminar, lo veremos, suele ser importante en sus procesos de trabajo. Meses antes, en Xavier Fiol contemplábamos su “Jardín de ruinas”, exhibición enlazada con aquella donde veíamos nuevamente escenarios inhóspitos en los que la naturaleza reclama su espacio en la ciudad; en aquel caso se había inspirado, además de en Londres, en Pekín.
Pizá estudió Bellas Artes y Arquitectura en la Universidad Europea de Madrid y, finalizados sus estudios, decidió centrar su actividad en la pintura. Corría entonces 2012 y fue ese mismo el año en que obtuvo una beca Madrid Procesos para llevar a cabo una residencia en Berlín; sus frutos (una serie de cuadros sobre los paisajes de ausencia en la llanura de Grünewald) formarían parte de sus primeras exposiciones en galerías, como “you’ve gone all completely crazy”, en el Centre Addaya en 2014, o “Three years later”, en Xavier Fiol, al año siguiente.
Hay que recordar que Grünewald fue una y otra vez bombardeada en la II Guerra Mundial porque allí se encontraba la Deutsche Tecnische Fakultat, dedicada a la investigación de armas. En sus ruinas y escombros se detuvo el artista, llevándolos a sus pinturas.
En 2013 obtuvo Tomás la beca Archie Gittes gracias a su proyecto “El viaje de Beckford”, una reconstrucción del Grand Tour que William Thomas Beckford llevó a cabo en 1780, partiendo de Inglaterra y desembocando en Nápoles; aquel trabajo podría verse de nuevo en Addaya, ya en 2017, bajo el comisariado de Cristina Ramos. Por entonces también participó el artista en exhibiciones colectivas como “Tabula Rasa” en Es Baluard, comisariada por Fernando Gómez de la Cuesta y Pau Waelder, o “Solatge”, en Bòlit (Gerona). En ese centro continuó su investigación para Cuadernos de viaje sobre el Grand Tour de William Beckford, recopilando información gráfica sobre los paisajes “de postal” de la Costa Brava. Pintó, au plein air y en estudio, su visión personal de estos lugares, rastreando el paisaje original que termina fijando el imaginario turístico. En la exposición mostró la instalación Souvenir, formada por collages que actuaban como recuerdos de un viaje inventado por el Mediterráneo, expuestos como trabajo en proceso. También la vimos en Casal Solleric.
En 2017 ingresó Pizá en el Turps Painting Programme de Londres, ciudad donde residió hasta el año pasado: El programa está centrado en desarrollar la práctica contemporánea de la pintura. Durante este periodo trabajo con la ciudad como sujeto de estudio, concretamente con los espacios ligados a la colectividad, tales como huertos urbanos, jardines comunales, parques… (veíamos esos trabajos en las exhibiciones de las que hablábamos al principio). De mi estancia en Londres caben destacar exposiciones colectivas en la Flowers Gallery y en la Arts Academy de Southern en 2018, junto con mis compañeros del programa Turps, y la participación en la feria Start con Addaya, Centre d’Art Contemporani, en la Saatchi Gallery de Londres.
Y más recientemente también ha participado Tomás en dos colectivas que acaban de cerrarse: “On rau la realitat”, comisariada por Biel Amer, Soad Houman y Catalina Joy en Es Baluard, sobre los jóvenes autores que cultivan la figuración en Baleares, e “Hybridations” en Casal Solleric, también en Mallorca, bajo el comisariado de Susana Sanz.
Por otro lado, desde 2016 lleva junto con Jose Fiol, también pintor, el espacio Trastero 109 en Palma de Mallorca: Juntos hemos programado exposiciones de Pere Llobera comisariado por Jordi Antas, Alicia Kopf comisariada por David Armengol, Pepo Salazar comisariado por Tolo Cañellas… y hemos participado en dos ferias: Swab 2016 y Supersimétrica 2018.
El artista pasa esta semana por Fichados porque nos interesa su trabajo a partir del caminar o del viajar: algunos de sus proyectos, como el citado “Nothing but flowers”, nacen de sus propias cartografías urbanas, tomadas como psicogeógrafo, decían en Herrero de Tejada; en otros, como en el también mencionado “El viaje de Beckford”, siguió él mismo las huellas del Grand Tour del inglés, recolectando souvenirs y anécdotas que enlazan con el pasado pero que también le permitieron vertebrar un diario visual propio en el que abordar nuevamente las ruinas desde una perspectiva contemporánea.
Las pinturas de este autor tienen mucho, en sí mismas, de viajes por etapas derivados de la acumulación de vivencias y memorias y casi nunca del azar. Le interesan a Pizá el urbanismo y las transformaciones del paisaje, normalmente en forma de declive, sea por el paso del tiempo inevitable o por la acción humana, y aunque su formación en arquitectura incide en el modo de construir sus trabajos, trata de escapar a formalismos. Esos retazos de ruinas modernas de los que hablábamos se distancian mucho de las románticas: sabemos que no durarán y que están abocadas al olvido, del mismo modo que el imperio digital tampoco dejará huellas tras la caída.
Cita Tomás entre los asuntos fundamentales planteados en su trabajo la importancia de la forma urbana, fruto de mi formación como arquitecto, la historia que subyace en ella y de cómo esta afecta a la gente que la vive. La idea de arqueología contemporánea de eventos que han quedado sepultados por la historia reciente y la reconstrucción de los mismos a través de la pintura. Un cierto gusto por la ensoñación y la fantasía sin llegar al paroxismo romántico y un interés total por la luz del mediterránea, incluso cuando mi carrera me ha llevado a habitar en latitudes septentrionales. Pero concede mayor importancia a los procesos que a los temas, que surgen de aquellos de forma natural: Mi carrera ha sido un proceso introspectivo, nunca me he impuesto temas concretos, mi método ha sido el de fotografiar, recolectar y pintar para con los años ir entendiendo cuáles eran los temas verdaderamente esenciales.
También llegó de forma natural su decisión de dedicarse a la pintura, cada vez más integrada en su práctica como medio expresivo, aunque también sea autor de libros de artista, collages o instalaciones y se haya servido puntualmente de tecnología vinculada a la comunicación visual: Toda mi trayectoria se ha desarrollado en la pintura, entendiendo esta como pintura pintada sobre soporte tradicional. El hecho de dedicarme a la pintura no se debe a una decisión racional, es más bien una intuición. No sabría responder de una manera satisfactoria a la pregunta de por qué pinto, mi relación con la pintura puede parecerse a la relación que un pianista tiene con su instrumento, a fuerza de tocarlo puede interpretar piezas más complejas y expresar ideas de una manera más refinada. Para mí, es una herramienta muy resolutiva que he ido adquiriendo con muchos años de trabajo. Además de paseos y viajes, música y literatura son fuentes de inspiración para él.
Le preguntamos por sus próximos proyectos: En febrero participaré, con la Galería Herrero de Tejada, en la feria JustMad y en abril me trasladaré a Italia a producir la exposición que me dedicará en septiembre el museo MARCA de Catanzaro, en Calabria. Para después del verano está programada mi intervención en el box27 del Casal Solleric, comisariada por Tolo Cañellas, con una intervención off en el Casal Balaguer. Actualmente estoy desarrollando un proyecto junto con el comisario independiente Adonay Bermúdez que se podrá ver en Londres en 2021.
Próximamente podremos seguirle los pasos en su página web: http://tomaspiza.com/ y, sin esperar más, en su perfil de Instagram: @tomaspizagarcia.