Fichados

Silvia Lerín

Silvia LerínNOMBRE: Silvia

APELLIDOS: Lerín

LUGAR DE NACIMIENTO: Valencia

FECHA DE NACIMIENTO: 1975

PROFESIÓN: Artista

Nuestra última fichada se estrena mañana en solitario en la Puxagallery madrileña: presenta allí “Copper Landscapes”, un conjunto de piezas recientes que ha realizado durante una beca en la Casa de Velázquez concediendo valor alegórico a la oxidación del metal, aplicando sobre tela o papel las tonalidades del cobre o combinando esos soportes directamente con materiales metálicos. Los resultados ofrecen juegos de texturas sutiles con los que esta autora quiere incidir en lo que de piel tienen las superficies pictóricas.

Silvia Lerín, que reside y trabaja entre Londres, Valencia e Indianápolis, se licenció en Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia y ha presentado antes muestras individuales en las galerías Cuatro y Shiras de esa ciudad, la Galería Horizon de Girona, el Prairie Center of the Arts de Schaumburg (Estados Unidos), la Galerie Sophien-Edition berlinesa, la Sala de Exposiciones Ibercaja, La Llotgeta, La Nave y el Palau de la Música de Valencia, el Centro Municipal de Arte y Exposiciones de Avilés, el Colegio de Arquitectos de Murcia, la Galería Antoni Botey de Granollers o el Centro Cultural Mislata. Sus colectivas le han llevado a espacios como la propia Puxagallery, las salas londinenses County Hall, Foundry, ASC, The Florence Trust, The Rag Factory, Clerkenwell, 12 Star o The Concept Space, Coll Blanc Espai d’art (Culla), el Centro Municipal de Exposiciones de Elche, el Centro del Carmen y las Atarazanas valencianas, la Uusitalo Gallery finlandesa, la Galería Gema Llamazares de Gijón, el Museo de Bellas Artes Gravina alicantino, el Museo de la Ciudad y la galería La Nave valencianos o el Museo Nacional de Antropología de Madrid, entre otros.

Además, ha obtenido primeros premios en certámenes como el de escultura Manolo Valdés (1999), el de pintura de la Fundación Mainel (1999), el Nacional de pintura de Castellón (de nuevo en 1999), el Vila de Puçol (2001), el de Minicuadros Huestes del Cadí (2002), el XXIX Certamen Nacional de Pintura Vila de Pego (2005), la Biennal Associació Amics de Cristòfor Aguado (2006), el Certamen de Pintura Salvador Soria (2006), el premio Arte No Morrazo del Concello de Cangas y el del Concello de Cambre (2007), la convocatoria de pintura Meliana (2010), el Premio Ateneo Mercantil de Valencia y el de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos (2011); también recibió premios-adquisición en el Certamen Naiconal de pintura Albaida (2000) y en ART NALÓN 2007. Asimismo, Silvia ha desarrollado becas y residencias de la mano del diario El Comercio (AlNorte), el Ministerio de Cultura, la Fundació PIlar i Joan Miró, el Prairie Center of the Arts americano, la Fundación Pollock-Krasner, The Florence Trust, Eastside International (Los Ángeles), The Freelands Foundation o la mencionada Casa de Velázquez.

La artista se suma a esta sección porque queremos saber más de su manejo de los materiales en pinturas e instalaciones cuyas formas derivan de cortes, pliegues y superposiciones que generan, finalmente, composiciones equilibradas. Suele conjugar, en collages o ensamblajes, telas pintadas con el empleo de objetos encontrados que ocasionalmente manipula para enriquecer la experiencia visual del espectador, suscitando fisuras y sombras. Entiende Silvia su trabajo físico con estos materiales como medio para transmitirnos sensaciones o ideas, incluso para sugerir lugares u objetos mismos; en este sentido, conviene prestar atención a los títulos de sus proyectos por lo que pueden tener de declaración de intenciones (o tratar de imaginar sin leerlos, como va a recomendarnos).

Silvia Lerín. Koh-i-Noor, 2013. Proyecto Conversation with the building
Silvia Lerín. Koh-i-Noor, 2013. Proyecto Conversation with the building

Le hemos preguntado por sus comienzos; ella encuentra en la infancia el inicio de su vocación creativa: Cuando era muy pequeña tenía dificultades para pronunciar ciertas consonantes, con lo cual terminaba por no hablar apenas. En la consulta del logopeda mi madre siempre llevaba lápices de colores en el bolso para que pintase mientras esperaba. Durante mucho tiempo mi vida fue un poco así: mientras los demás vivían en el mundo real yo vivía en mi mundo particular, en el que ni el tiempo ni el lugar importaba. Yo siempre estaba en lo que en casa llamábamos “la habitación de los trastos”, en ese sentido fui una privilegiada, por tener un espacio ex-profeso para soñar y crear. Se me pasaban literalmente las horas, los días, y sí, también los años porque, ironías de la vida, la esencia de ese espacio me ha acompañado en cada estudio en el que he estado y esos “trastos” que ponían nombre a una habitación sin uso se convertirían, más tarde, en los objetos encontrados a partir de los cuales generaría mi obra.

Estos objetos encontrados tienen que ver con dos de los pilares de su producción: la invención y lo fortuito. Suele trabajar Lerín con las dualidades entre claridad y confusión: La imaginación ha sido siempre mi alegría de vivir en esta vida y siento que también ha sido muy poderosa en la forma en la que me relaciono con mi obra. Me hace ver las cosas de una forma diferente. Le pone chispa al día por decirlo de alguna manera. Me gusta trabajar con el azar, en muchos sentidos; si pinto me gusta hacerlo con agua pues es un elemento que produce cierto caos en la pintura y su pulso con el orden es apasionante; también el azar aparece si encuentro un objeto desechado al que poder dar vida de nuevo.

Me gusta trabajar con el azar, en muchos sentidos; si pinto me gusta hacerlo con agua, pues es un elemento que produce cierto caos en la pintura y su pulso con el orden es apasionante.

Silvia Lerín. Mural en la CAM, Valencia, 2007
Silvia Lerín. Mural en la CAM, Valencia, 2007

Su producción es diversa en técnicas y formatos (pintura, escultura, instalaciones, grabado); se inició en el campo pictórico, pero comenzó a desligarse del lienzo allá por 2012: Siempre desarrollo mi obra a partir de un objeto, de un lugar o de una experiencia, por eso, aunque muy visual y basada en parámetros pictóricos, mi producción es conceptual. Hay mucho de autobiografía en ella.

Disfruto mucho del proceso de pensar la obra y realizarla, ah, y de ponerle título: los míos dan pistas de lo que son mis obras, ayudan a “verlas”, por ello siempre recomiendo que se observen mis obras, primero, sin leer los títulos y luego mirarlas habiéndolos leído. Utilizo muy distintas técnicas en base a las distintas necesidades de trabajo que requiere cada pieza. Por lo general, el enfoque es muy pictórico: juego con texturas y colores, incluso cuando pienso en la relación de las piezas con el espacio donde están ubicadas. Trabajo mucho las texturas, a través de lavados, frotados, rascados… y ya formalmente en mi obra aparece mucho el concepto de ‘dos’, dos volúmenes protagonistas, dos texturas diferenciadas de un mismo color, etc. Me interesa mucho lo que pasa en la conexión visual entre los dúos, se genera una energía y vibración que hace que el ojo se entretenga ahí mucho más, hay mayor información pictórica; creo que tiene que ver con el poderoso caos.

Yo estaría, si por mí fuera, todos los días creando, es tan apasionante… sin embargo, desgraciadamente, la parte administrativa y de marketing de mi profesión me está demandando cada vez más tiempo.

Silvia Lerín. Piel de cobre III, 2019. Serie Copper skin
Silvia Lerín. Piel de cobre III, 2019. Serie Copper skin

A la hora de hablarnos de sus principales proyectos hasta ahora, Lerín comienza por uno de los más recientes, Copper Skin. Encuentra en el cobre opciones, alegóricas, para hablarnos de resurgimiento: Copper Skin hace referencia al fino grosor de una capa de óxido sobre la superficie del cobre. Aunque con connotaciones de oxidación, por el paso del tiempo, el deterioro y la decadencia, supone para mí (el ejemplo de) un renacer positivo representado por los vibrantes colores verdosos – aturquesados.

Silvia Lerín. "Copper skin". Galería Cuatro, 2019
Silvia Lerín. “Copper skin”. Galería Cuatro, 2019
Silvia Lerín. Oxidado 1, 2019. Serie Copper skin
Silvia Lerín. Oxidado 1, 2019. Serie Copper skin

De 2019 también data su instalación Neons from Heaven, una representación, igualmente con mucho de metafórica, de los momentos de introspección: Esta instalación es una interpretación artística del proceso por el que pasamos los humanos cuando necesitamos una guía en un momento dado en nuestras vidas, cuando intentamos encontrar una luz con la que mirar hacia nosotros mismos para ver la fuente de lo que nos preocupa, de nuestros problemas, para poder así enfrentarnos a las dificultades y obstáculos con una nueva fuerza.

Neons from Heaven representa ese momento de encuentro con nuestro interior. Cuando andas por debajo de la instalación miras hacia arriba y te ves reflejado en los espejos de las bases de los tubos, representando con el reflejo producido el que esa guía que estás buscando pueda estar, de hecho, en lo profundo de ti.

Silvia Lerín. Neons from Heaven, 2019
Silvia Lerín. Neons from Heaven, 2019
Silvia Lerín. Neons from Heaven, 2019
Silvia Lerín. Neons from Heaven, 2019

Aquella pieza pudo verse en la iglesia de Masham, en Yorkshire, y en Reino Unido había nacido, en 2017, su proyecto Ingeniería. El origen, su curiosidad y un hotel: En Londres, mientras pintaba, estuve trabajando como coordinadora en el Departamento de Ingeniería de un concurrido hotel de cinco estrellas, y lo encontraba tremendamente estimulante porque obtenía objetos descartados de diferentes materiales (muchos de ellos en metal) que el hotel ya no necesitaba. También tenía acceso a muchas áreas muy interesantes: gigantes enfriadores y calderas, miles de tuberías y dispositivos eléctricos… lo que claramente me impactó e inspiró un nuevo y amplio proyecto al que titulé Ingeniería.

Silvia Lerín. Solid Rod XXVIII, 2018. Serie Ingeniería
Silvia Lerín. Solid Rod XXVIII, 2018. Serie Ingeniería

Evidente sello británico también tuvo su anterior propuesta Inspired by an English garden (2014-2017), con su naturaleza como punto de partida: Al recibir un encargo para pintar sobre un tema en particular, uno piensa que el tema encargado durará mientras se complete el proyecto. Pero en esta ocasión el tema era un jardín y tus posibilidades de desviarte de este hermoso asunto comienzan a reducirse.

Esta serie es el resultado de quedar encantada con la belleza del jardín inglés y todo lo que está vivo o no en él; me sentí como la abeja atraída por los espléndidos colores de las flores, pero, en mi caso, no solo por el color o sus combinaciones siempre sorprendentes sino también por la forma, tan aparentemente simple a veces y tan exóticamente complicada en otras. Todo ello me llevó a una etapa en la que decidí seguir investigando los límites de mi práctica artística observando las diferentes formas en que la naturaleza ofrecía su esplendor.

Silvia Lerín. Jazmin variegado. 2016 y Oruga II. 2016. Exposición en la Camberwell University. Londres. 2016
Silvia Lerín. Jazmín variegado, 2016 y Oruga II, 2016. Camberwell University, Londres
Silvia Lerín. Iris (Lirios), 2016. Serie Inspired by an English garden
Silvia Lerín. Iris (Lirios), 2016. Serie Inspired by an English garden

Antes de atender a la vivacidad de los colores de estos paisajes, y la riqueza de sus combinaciones, descendió al subsuelo en Mind the gap (2014): Este proyecto comenzó a tomar forma en Londres, gracias a la beca Pollock-Krasner. En un principio, Mind the Gap se concibió como una serie de pinturas en las que la famosa frase de advertencia emitida a los pasajeros del metro se convirtió en una excusa para seguir investigando mi discurso artístico a través de hendiduras y divisiones, considerando el “gap” como una extensión de su significado; es por eso que hago una distinción entre Mind the Gap I y Mind the Gap II.

Sin embargo, mientras estaba trabajando con ese concepto me di cuenta de una nueva necesidad de formular la obra inspirada en el “GAP” (con todas sus connotaciones), con una perspectiva muy diferente de lo que al principio inspiró mis pinturas (no pensaba en las líneas del metro ni sus colores, sino en su significado literal; el “gap” real en sí mismo, la distancia entre el tren y el andén). Comencé a pensar en instalaciones con madera pintada, lienzos pintados de amarillo y gris con otras telas, en la que la línea amarilla que aparece en los bordes de los andenes juega un papel importante como elemento que separa y advierte.

Silvia Lerín. Mind it!, 2014. Serie Mind the gap
Silvia Lerín. Mind it!, 2014. Serie Mind the gap
Silvia Lerín. Agujero, 2014. Serie Mind the gap
Silvia Lerín. Agujero, 2014. Serie Mind the gap

La arquitectura urbana también inspiró otro de sus trabajos, Conversation with the building (2013), que llevó a cabo en Illinois: Mi proyecto Conversation with the building fue concebido y completado en el Prairie Center of the Arts en Peoria, Illinois, EE.UU., donde pasé tres meses como artista residente. El proyecto consistía en varias instalaciones site-specific que dialogaban con los elementos arquitectónicos del increíble ático del edificio estudio de ladrillo antiguo (con más de 120 años) que servía como fábrica de cuerdas hasta el año 1970.

Silvia Lerín. Lava vertical, 2013. Proyecto Conversation with the building
Silvia Lerín. Lava vertical, 2013. Proyecto Conversation with the building

Hablábamos al principio de los pliegues, superposiciones y cortes que son parte esencial de la producción de Silvia; les dedicó, entre 2012 y 2013, una serie propia, Hendiduras: Presenta divisiones, hendiduras y pliegues que regularmente aparecen bidimensionales en mis obras de años anteriores, pero que, como pertenecen a un periodo de mi práctica donde comienzo a tener una evidente necesidad de salirme fuera de los límites del lienzo, se transforma en una experiencia más tridimensional, añadiendo contenido poético a la composición: formas que se separan, se repliegan dejando entrever intersticios que hablan de la fuerza visual del movimiento, de la génesis. Ese pliegue, esa hendidura, aparece ahora en forma de ensamblaje de madera atrayendo la mirada del espectador, que no puede hacer otra cosa que detenerse.

Silvia Lerín. Serie Hendiduras. Centro del Carmen, Valencia
Silvia Lerín. Serie Hendiduras. Centro del Carmen, Valencia, 2013
Silvia Lerín. Serie Hendiduras. MUA Alicante
Silvia Lerín. Serie Hendiduras. MUA Alicante, 2015

Estas piezas pudieron verse en el MUA alicantino y el Centro del Carmen valenciano. Antes llegó Irregulares I (2009-2011): La serie Irregulares es el resultado del final de muchos de mis murales removibles, que iba pintando en los espacios expositivos junto con mis obras. Otra vez el elemento encontrado, en este caso un trozo de tela ya pintado, a partir del cual generaría una obra de forma irregular.

Silvia Lerín. Verde desgajado. Serie Irregulares I, 2009-2011
Silvia Lerín. Verde desgajado. Serie Irregulares I, 2009-2011
Silvia Lerín. Dividido, 2011. Serie Irregulares 1
Silvia Lerín. Dividido, 2011. Serie Irregulares I

En esos Murales removibles había trabajado entre 2006 y 2009: Mi obra se inscribe dentro de un largo proceso de investigación pictórica que arranca de principios del 2006, con mis Murales Removibles (que surgieron a partir de la necesidad de salirme de los límites del cuadro y a su vez de poder salvar el hándicap de la inherente incapacidad del mural para trasladarse de un sitio a otro sin menoscabar la propia obra). En ellos combinaba las características pictóricas de la técnica mural y lonetas recortadas con la textura característica y personal de mis lienzos. Más tarde, y de forma natural, esta necesidad de salirse de la ortogonalidad del cuadro volvería de nuevo en su forma más “objetual” y derivaría en la citada serie Irregulares (2009- 2012), en los que el soporte pasa a ser madera (porque su respuesta pictórica es similar a la técnica que yo aplicaba en mis murales) y más tarde, y en paralelo (2011-2012), crearía mis Irregulares II, serie en la que vuelvo a las telas tensadas en bastidor y a su ortogonalidad, pero con unas piezas de madera ensambladas que rompen visualmente dichos límites ortogonales.

Silvia Lerín. Mural en la Pinacoteca de Langreo, Asturias, 2007
Silvia Lerín. Mural en la Pinacoteca de Langreo, Asturias, 2007

Lerín continúa inmersa en su beca en la Casa de Velázquez y sus próximos proyectos pasan por Londres y, como avanzábamos, por la Puxagallery: Actualmente estoy becada por el Ayuntamiento de Valencia en la Casa de Velázquez, hasta el 30 de julio de 2021. Allí estoy creando mi serie sobre papel Oxide, que a su vez se inscribe dentro de Copper skin, la propuesta autobiográfica que investigaba la manera en la que el cobre, durante su proceso de oxidación, produce un verde aturquesado único sobre su superficie resultando en una forma de epidermis del metal. Esto tiene para mi una connotación muy poética, una especie de resurgir fenixiano: el óxido, en vez de evocar deterioro y decadencia, se convierte en belleza para el ojo además de ser una piel protectora del cobre; esta metáfora responde a un momento personal muy positivo en el que me encuentro.

Oxide se compone de un conjunto grabados mediante técnica tradicional de estampación aditiva Collagraph sobre papel de grabado de 300gr, que a su vez está sujeto a un fondo de passepartout “conservación museo” de 88 x 119 cm. Hice una tirada de seis ejemplares de cada grabado, además de alguna prueba de artista. Los ejemplares están firmados, numerados y fechados.

Silvia Lerín. Oxide II
Silvia Lerín. Oxide II

La Consellería de Cultura ha adquirido mi obra A metal flower is a dead flower (2017) para su colección de arte; entre las dos piezas que componen este díptico existe una relación temporal. La flor metalizada representada en el lienzo izquierdo, y que guarda relación formal con las flores de mi anterior proyecto Inspired by an English Garden (pero esta vez sin sus vibrantes colores), se convierte en una flor marchita y seca en el lienzo de la derecha, sugiriendo mi actual trabajo autobiográfico Engineering. El cable gris inferior sumergido en el agua que todavía alimenta la apariencia tersa (aunque metalizada) del primer lienzo (haciendo que mantenga su textura, como lo haría el agua a la flor) ya no aparece en el lienzo de la derecha, pues la flor está muerta.

Mis siguientes proyectos son una exposición individual en la galería Puxa en Madrid (como os contábamos, se inaugura mañana); el diseño y realización de una escultura como trofeo para un premio organizado por una Charity de Danza de Londres y el diseño de una línea de alfombras.

Sabed más de sus variados pasos, aquí: https://silvialerin.com.

Silvia Lerín. A metal flower is a dead flower, 2017
Silvia Lerín. A metal flower is a dead flower, 2017

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