NOMBRE: Santiago
APELLIDOS: Morilla
LUGAR DE NACIMIENTO: Madrid
FECHA DE NACIMIENTO: 1973
PROFESIÓN: Artista
Hace poquito dábamos cuenta aquí de la que fue su segunda individual en la Galería Fernando Pradilla de Madrid, “Fundar un bosque”, que pudimos visitar hasta el 15 de octubre pasado, pero Santiago Morilla es seguramente un artista, si no ampliamente conocido, sí de nombre familiar para muchos de vosotros dado su extenso currículum: desde 2000 ha presentado exposiciones individuales en espacios como la Real Academia de España en Roma, la CO2 Contemporary Art Gallery de la capital italiana, el Museo Palazzo Collicola Arte Visive de Spoleto, las galerías José Robles, Ángeles Baños, Fernando Pradilla o 3+1, el Museo del Mármol de Carrara, el Museo de Historia de Manacor o Espai Rambleta; ha participado en numerosas colectivas dentro y fuera de España y en ferias como JustMad, ARCO, Estampa, Palma Photo, Summa y Otra Puta Feria Más o en las internacionales MIA&D ART FAIR SINGAPORE, APERARTE o la Trienal del Alentejo.
Además, en 2007 representó a nuestro país en la Bienal Internacional de Ilustración de Bratislava, en 2013 recibió el XX Premi Ciutat de Manacor d’Arts Plàstiques y obtuvo una residencia en Addaya Centro d’ Art Contemporani y el pasado 2015 fue ganador de la segunda beca de Investigación y Producción artística concedida por el Espai Rambleta valenciano.
Ha desempeñado también una amplia labor docente y actualmente es Director creativo y fundador de RETROVISOR.COM y mediador cultural y consultor creativo independiente en ANIMALS GROUP.
De Santiago Morilla nos han atraído siempre sus proyectos site-specific concebidos como dibujos expandidos: en ellos enlaza lo personal y performativo con el análisis concienzudo de determinados paisajes que interviene siempre desde un enfoque respetuoso con el medio ambiente: a veces las “modificaciones” que realiza en los entornos elegidos no son perceptibles a ras de suelo sino desde el aire. En estos trabajos pensados para habitar el espacio y cuestionarlo ha utilizado a menudo materiales específicos de la zona donde los desarrolla y es habitual nos invite a través de ellos a reflexionar sobre en qué medida el azar y la repetición rayanos en el patetismo están presentes en nuestros procesos de toma de decisiones, quizás cada vez más deshumanizados.
En este tipo de obras, el artista madrileño combina el vídeo, la pintura mural, el dibujo específico y la fotografía aérea, en definitiva tradición y modernidad, escapando al área de confort que le proporciona su estudio y los medios en los que primero trabajó (la ilustración y el arte urbano), y también poniéndonoslo fácil a sus seguidores, porque toda su producción nos la hace accesible a través de Internet.
Así nos ha explicado sus procesos de trabajo: Empiezo siempre desde el dibujo como traducción más rápida y formal del pensamiento. Para mí el dibujo es movimiento y decisión de rumbo a tiempo real. Un track en un GPS, el humo de una avioneta.
Realmente el material no es muy importante una vez que no les tienes miedo. Soy un artista que utiliza básicamente el dibujo expandido, las nuevas tecnologías, el vídeo y las narrativas específicas para que, sumando capa a capa todas las capas de representación, se pueda tener una sensación y comprensión más completa de la totalidad de la obra, en este mundo de percepción fragmentada. No entiendo la obra como el disfrute en la exclusividad de coleccionista o como un password en red. Toda mi obra está accesible online. Lo único que es exclusivo del artista es la experiencia personal y el esfuerzo de revelar una imagen-idea verdadera. Para mí el paisaje es un límite moral, es algo con lo que no se puede traficar, no es tan sólo un género pictórico o un potencial dinero en manos de un concejal corrupto, no es el petróleo que hay bajo el glaciar… Por supuesto que el entorno se puede manipular para cambiar nuestra percepción, esto es, la perspectiva ante él, y el lugar especular al que nos devuelve. Pero somos afortunados en disfrutar y reconocernos en él, sumándonos a él con intervenciones, paseos, acciones de integración poética. En este sentido, la visión cenital nos facilita la comprensión a escala objetiva, pseudo-divina, de vigilancia militar incluso. Una perspectiva para comprender el destrozo humano, la escala comparativa del hombre y la intervención artística como aviso de navegación suicida…
Mi trabajo ha evolucionado desde el arte urbano y la ilustración hacia una inmersión vital en proyectos específicos con claves abiertas hacia las narrativas de desaceleración, donde tradición y tecnología encuentran un espacio de resistencia estética.
Hemos preguntado a Morilla por sus comienzos, y nos ha contado que fueron tempranos y que, como algún otro de nuestros fichados, hizo incursiones en la música: Dibujo desde pequeño, entre apuntes y cuadernos cuadriculados de ciencias, porque empecé estudiando ciencias puras. De adolescente tenía un grupo de música funk-punk en el que tocaba la batería, de hecho mi primer contrato fue como músico a los 19 años. ¿Puede considerarse ese mi inicio como artista? Estudié Bellas Artes y empecé a flirtear con el Street art, el diseño gráfico y las nuevas tecnologías… Me especialicé en new media art en la Universidad TAIK de Helsinki y, al volver a España, estuve trabajando como director de arte en varias empresas interactivas. En 2001 monté mi estudio, entonces centrado en encargos murales y editoriales, ahora en el 2016 desarrollo proyectos artísticos de investigación en torno a la contaminación del paisaje y la sostenibilidad medioambiental y soy profesor de Dibujo expandido y Paisajes sonoros en TAI y de Pintura mural y Estrategias artísticas en BBAA UCM.
Ya hemos avanzado que le interesa el estudio de los nexos posibles entre intervenciones en el paisaje y cartografías digitales, y las implicaciones que su unión puede tener en cuanto a sostenibilidad, censura (nos pone ejemplos) y manipulación de la representación de la realidad; ese es su principal “campo” de trabajo: Si entendemos de una vez por todas que la globalización también es una globalización digital, con su uniformidad cartográfica y su discurso monocorde de representación a través de Google, entonces ¿por qué no introducir “bombas gráficas” o “avisos a navegantes” que sirvan como hipervínculos a otros discursos, narrativas locales o propuestas de inmersión contextual y cultural específicas del lugar donde se emplazan? El espacio público no sólo exclusivamente la calle o el ámbito pro-común sino también internet, que para muchos es ya la única realidad, algo por lo que hay que luchar según mi opinión para que lo público o gratuito no sea monopolio de representación y verdad única y para que la falta de privacidad no sea usada para fines comerciales abusivos.
No he pensado en ponerme en contacto con ellos directamente, pero si me han censurado alguna intervención y contenido en Panoramio. Ellos re reservan el derecho de qué mostrar y cuándo y dónde hacer foto con el satélite. También está Openstreetmap, que me parece un planteamiento interesante…
Sus referencias son de lo más ecléctico, en cuanto a épocas y medios, pero a Morilla le interesan las propuestas valientes y comprometidas: En el día a día y siempre desde que me levanto, mi influencia vital, que hace que trabaje desde el arte por un posible futuro mejor es… mi hijo Olmo, pero mis influencias artísticas y culturales son muy eclécticas y distantes, y yo las devoro de forma obsesiva hasta que me llevan a otra y otra y otra referencia más… Las que ahora me tienen atrapado son (por orden cronológico): las milenarias vasijas de cuerdas del periodo Jómon (archipiélago de Japón) y sus viviendas foso. Me obsesionan los petroglifos y agroglifos de las culturas americanas, los nazcas e incas. También los toltecas y las pinturas murales romanas de la villa de los misterios (Pompeya). Me gusta leer política de la época de la antigua Roma y me interesan Los Beatos, los manuscritos de los siglos X y XI, más o menos abundantemente ilustrados, donde se copia el Apocalipsis de San Juan. Siempre reviso y vuelvo al dibujo de pájaros y la ornitología… A Brueghel el viejo y a Jheronimus van Aken El Bosco. Amo la pintura de Caravaggio y Velazquez, las pinturas Muerte de Marat de Jacques-Louis David y Morgana de Spencer Stanhope…
Del arte y el pensamiento del siglo XX citaría a Richard Long, Gordon Matta-Clark, Walter Benjamin, Slavoj Zizek, los movimientos de Green guerrillas urbanas, Furture Farmers, Harmen de Hoop, Santiago Cirugeda, Billy Friebele…
Me gusta el arte que hoy genera situaciones de implicación personal, activa… que toma decisiones subversivas, que paren o desaceleren la máquina del progreso y que puedan mejorar la degradación medioambiental.
Esa preocupación por la conservación del medio ambiente se hacía muy patente en el citado proyecto “Fundar un bosque”, que tras su clausura en Fernando Pradilla va a viajar a Bruselas. Esta muestra reunía un conjunto de obras e intervenciones específicas que Morilla llevó a cabo durante los últimos dos años en torno a las implicaciones morales de la contaminación del paisaje y las posibilidades del activismo social en el arte. Para Morilla, plantar un árbol hoy supone una acción radicalmente revolucionaria; una acción nada naif o romántica; muy por el contrario, constituye una inmersión contextual no sólo ecológica sino también legislativa y política. Me he dedicado a plantar cientos de árboles en la sierra de Madrid y en la vega de Zamora y lo he documentado videográficamente con la ayuda de “drones inseminadores” y prototipos de tutores-guía de plantación personalizados. He realizado varias instalaciones o invernaderos portátiles autónomos que se riegan e iluminan con bicimáquinas y que no dependen de la red eléctrica, sólo de nuestra voluntad, sudor y compromiso.
Su proyecto para Espai Rambleta, el año pasado, llevó por título 39°26’56.8”N 0°23’27.6”W. Morilla hizo impactar una bomba no nociva,con el mismo diseño de las que cayeron en Valencia durante la guerra civil, sobre la azotea del Espai Rambleta, y ha estado recogiendo, durante meses, como una “maceta esponja”, las semillas traídas por el viento y las palomas. El resultado ha sido la configuración de una especie de “retrato verde valenciano” que ha sido vigilado, cuidado y documentado. Además, sobre la fachada sur de Espai Rambleta el artista escribió con barniz hidrófugo el desarrollo de la segunda ley de la termodinámica: solamente se hacía visible con la variable “agua”, por lluvia o riego.
Originalísimo fue su proyecto en Manacor, una intervención específica que ejecutó en 2014 consistente en un dibujo realizado con ruedas y caballos sobre la tierra del hipódromo de la localidad. El resultado: la conversión de este escenario en un cuaderno caligráfico en el que los trazos los daban los caballos guiados conforme a determinada cadencia.
En 2013 llevó a cabo, bajo el comisariado de Pau Waelder y Jordi Pallarés, Invisible Bath, un proyecto de intervención específica en el embalse mallorquín de Alaró. Las extremidades inferiores de su dibujo-instalación estaban realizadas con tubos de espuma de poliestireno y daban lugar a un dibujo infinito que modificaba, o hackeaba, el paisaje, al moverse suavemente sobre la superficie del agua y filtrar así el regadío de los campos cercanos.
Ese mismo año, Morilla desarrolló Index Falls, su proyecto site-specific para Carrara. Impactaba: a través de altorrelieves de mármol de la zona y de intervenciones lumínicas en las canteras recreó hombres en caída o en lucha contra otros, humanos vencidos por una sociedad de forma moderna y fondo arcaico y esclavo.
¿Cómo conocer mejor a Santiago? A través de su web, en las galerías que lo representan (las madrileñas Herrero de Tejada y Fernando Pradilla, la francesa Galerie Una y la italiana Data Base) o en el proyecto en curso MAPAMUNDISTAS 2016, en Pamplona: en el marco de esta propuesta, una suerte de mapa creativo del territorio, él expone en la Sala de Armas de la Ciudadela.