NOMBRE: Irene
APELLIDOS: Solà
LUGAR DE NACIMIENTO: Malla, Barcelona
FECHA DE NACIMIENTO: 1990
PROFESIÓN: Artista
Muchos la conoceréis como artista plástica, pero a otros os será familiar Irene Solà como escritora: se inició con un impactante libro de poemas en 2012, llamado Bèstia y premiado con el galardón Amadeu Oller, y el año pasado obtuvo el Premio Documenta por Els dics, una novela donde experimenta con las posibilidades de la ficción narrativa y las maneras de contar. Una y otra faceta tienen en su trayectoria una relación más que cómplice, y luego veréis las razones, pero centrándonos en lo nuestro, os diremos que hemos conocido mejor la obra de Irene después de que otro de nuestros fichados, Damià Vives Infante, nos contara hace algún tiempo que participaría con ella y otros artistas en una muestra colectiva en Mataró Art Contemporani: “Salirse de la línea”. Se trataba de una colectiva dedicada al error, entendido como desviación respecto al buen camino o como equivocación (desviación respecto a la verdad) y en ella participaron igualmente, hace pocos meses, Irene Bou, Azahara Cerezo, Anna Dot, Enric Farrés, Mireia Ferron y Frencesc Ruiz Abad.
Antes de a Mataró, Solà llevó su trabajo a La Capella, la Galería JosédelaFuente de Santander, la Whitechapel Gallery de Londres, Bòlit Girona, el CCCB (en el marco de LOOP), la Sala d´ Art Jove barcelonesa, Can Felipa, el Museu de l´ Empordà o el centro ACVIC. En 2015 participó en la Bienal de Arte Contemporáneo Catalán y dos años antes había obtenido el premio Ciudad de Vic.
Esta semana la fichamos porque nos gusta su modo de abordar lo cotidiano que nos atañe a todos: las relaciones humanas, el trasfondo de nuestros gestos diarios y aquello que modula nuestra identidad; en letra y en imagen, porque el texto está estrechamente imbricado a su producción visual, y la narración a ambos. Lo hace desde una ironía que le posibilita tejer inesperados dobles sentidos y metáforas.
Le hemos preguntado, como a todos nuestros fichados, por sus comienzos. En su caso, la dedicación al arte derivó del descubrimiento de una vivencia natural y de advertir la coherencia de sus experiencias creativas al terminar los estudios: En 2013, cuando vivía en Islandia, haciendo un Erasmus y finalizando la carrera, me di cuenta de que los cinco años de formación en Bellas Artes que había cursado me habían enseñado básicamente a desenvolver ideas, desarrollar proyectos y producir mi propio cuerpo de trabajo y que, de hecho, ya estaba trabajando como artista. Trabajar como artista me parece fundamental y vital en mi manera de entender el mundo y darle/encontrarle un cierto sentido.
Además de la escritura, el cine tiene mucho peso en su trabajo, precisamente por lo que con ella tiene en común: el buceo en la intimidad, la representación de la vida, en la comunicación, el origen de las historias y los vínculos entre lo real y lo ficticio. Son asuntos que tienen todo que ver con nuestra vida y personalidad, así que es frecuente que sus trabajos estén plagados de emociones, verbalizadas o insinuadas.
Nos cuenta que le interesa fundamentalmente investigar la construcción de narrativa o storytelling, la comunicación, el lenguaje y la representación y, a la hora de citar referentes, elige a Camille Henrot, Lucrecia Martel, Veronica Gerber Bicecci, Tony Morrison, Víctor Català, Mercè Rodoreda, Cally Spooner, Heather Phillipson, María Cabrera, Ben Rivers, Ben Lerner, Ragnar Kjartansson, Peter Doig, Emily Jacir o Sophia Al Maria, porque, en sus palabras, hacen o han hecho cosas impresionantes que me interesan mucho.
Nos detendremos en aquellos relacionados con las artes plásticas, pero es más que recomendable buscar al resto en librerías y filmotecas. Henrot, interesada en el mito de la creación y en lo estimulante y alienante del mundo supuestamente civilizado, planteó en Grosse Fatigue cómo contar la historia del mundo en doce minutos; Gerber Bicecci explora las barreras y cercanías entre la literatura y el arte; Phillipson es, como Irene, escritora y artista, y su obra transita entre el vídeo, el texto, la escultura y la performance; Rivers, cineasta y también artista, busca configurar retratos íntimos y lo más cercanos posible a la realidad de sujetos concretos; de Kjartansson os hemos hablado alguna vez aquí: es un artista, músico, poeta e hijo que todo lo cuestiona con humor, desde el rol del creador a las relaciones familiares; la pintura de Doig está llena de memòria e imaginación; lo poético, lo político y lo biográfico se entrelazan en la producción de Jacir, que a menudo ahonda en las tensiones entre lo local y lo global, y la videoartista Al Maria habla de los olvidos de la historia y la degradación del medio ambiente. Nos hemos extendido con estas influencias, pero nos ayudan a entender los caminos de Irene Solà.
Ella parte de la palabra a la hora de crear –trabajo sobre todo con texto, que a menudo es respaldado por imágenes fijas o en movimiento– y no separa en su producción lo plástico de lo literario al seleccionar sus proyectos fundamentales, de Bèstia a su reciente proyecto sobre la escritura de lo que no fue.
En aquel primer libro de poemas, de 2012, hablaba de deseo, genero e identidad, sin obviar lo oscuro ni lo preciso. Trataba la sexualidad como vía de comunicación de lo muy propio, y de esta continuó hablándonos en el vídeo en blanco y negro Jerks Game (2013). Una comunicación imposible: ella y su amigo alemán Johannes Mandoffer se contaban frente a la cámara un secreto que nunca antes habían desvelado, pero en sus respectivas lenguas maternas, de modo que no podían entenderse. Tampoco lo haremos nosotros, aunque seamos poliglotas: el audio fue destruido tras la grabación.
Del mismo año data el vídeo Coche azul, en el que se adentraba en la intimidad de personas ajenas a ser filmadas en el ejercicio de sus actos cotidianos. Una pareja dentro de un coche azul, de ahí el título, jugaba a reinventar su relación a partir de lo que veían por las ventanas de casas de otros, poniendo los subtítulos: ¿son intercambiables lo real y lo inventado?
¿ Y puede Louis Garrel convertirse en objeto de estudio para estudiar la sensualidad masculina? Puede. En el vídeo de 2015 al que el actor da título, Solà hace ese ejercicio partiendo de varias escenas de sus películas reinterpretadas por Carles Masnou. La artista vio por primera vez en 2009 La Frontière de l’Aube, y no le entusiasmó especialmente, salvo por el protagonista. Tiempo después, tuvo una relación con un chico parecido al actor, al que al cabo de los años pidió que reinterpretara quince escenas de una decena de películas de Garrel, haciendo hincapié en la dualidad entre realidad y ficción que le interesa y en la influencia del cine en el inconsciente colectivo.
Tras su premiada novela Els dics, como decíamos una ficción con la misma narración como tema, llegó este mismo año Notas sobre una novela (que no voy a escribir), o la piscina, o el cabello, la hierba y el pan o la planta de tomate, su propuesta, quizá, más compleja hasta ahora en cuanto a medios se refiere: consta de una novela, un sitio web, un Google Drive público y un mapa. Dice Irene que es un proyecto sobre semillas que nunca crecen, o sobre plantar un manzano del que crezcan tomates. La metáfora campestre alude al proceso de escribir una novela que nadie se haya propuesto narrar, una novela sobre lo que pudo haber sido y sobre lo que nunca se contó. Al escribirse hoy, tiene, claro, eco digital: las notas de este texto pueden leerse online, en una carpeta pública en Google Drive; hablamos de diálogos, fragmentos, descartes, material que no vio la luz. Un mundo de posibilidades, tan distintas a lo sí creado; o puede que no.
También sabemos lo próximo: Actualmente estoy trabajando en un proyecto de novela experimental que se llama Canto jo, i la muntanya balla (Yo canto y la montaña baila). Y en un proyecto digital con texto e imagen que se llama An interest in whales. Seguid atentos aquí: irenesola.hotglue.me/
Una respuesta a “Irene Solà”
Ameli Blasberg de Ruíz
El nuevo Arte de simbiosis literaria es creación original protegida con Derechos de Autor y de la artista y poeta española RITA LIMA. Está prohibida cualquier transformación o uso ajeno. Su obra está protegida por el Registro general de la Propiedad Intelectual y por el Convenio de Berna y de París.