Fernando Maselli

NOMBRE: Fernando

APELLIDOS: Maselli

LUGAR DE NACIMIENTO: Buenos Aires

FECHA DE NACIMIENTO: 1978

PROFESIÓN: Fotógrafo

De Fernando Maselli os hemos hablado ya en más de una ocasión en masdearte; la última con motivo de la presentación, en 2015 en la sede mexicana de la Galería Luis Adelantado, de su proyecto “Indagaciones acerca de lo sublime”: imágenes derivadas del montaje de otras en las que exploraba esa categoría estética de la que habló Burke para poner nombre a la belleza imposible de medir y capaz de causar tanto placer como dolor. Antes habíamos tenido oportunidad de conocer su trabajo en las distintas individuales que ha presentado en España (en el Centro de Arte Tomás y Valiente, la Galería Pilar Cubillo -actualmente cerrada-, la sala Proyectos Ultravioleta, Mondo o Mad is Mad); también en múltiples colectivas y en ferias como ARCO o Fotonoviembre.

En su currículum figuran además la beca de producción de la Fundación de Segovia (2012), el Premio One Shot Hotels de Fotografía (2013), el Premio Adquisición de los XIV Encuentros de Arte Contemporáneo de Alicante (2014) y su participación en talleres junto a Paolo Roversi, Simon Norfolk, Stephen Shore, Stephan Ruiz o Javier Vallhonrat.

Las fotografías de Fernando son fruto de paseos extensos por la naturaleza, excursiones que él prolonga durante días en busca de las tomas que le permitan desarrollar su interés por las relaciones entre el ser humano y la naturaleza y entre esta última, terrenal, y conceptos más elevados ligados al conocimiento (del que la naturaleza puede considerarse fuente primera) y a lo espiritual.

Sus inicios en la creación fueron tempranos, pero no fue la fotografía su primer campo de interés: Comencé a interesarme en el arte ya de adolescente; con 15 años empecé a ir al taller de una artista plástica de mi ciudad, en ese entonces me interesaba el dibujo. Luego entré en una escuela de artes visuales, donde me topé con la fotografía, y desde entonces supe que ese sería mi camino. Cuando me trasladé a Madrid tuve que aparcar mis objetivos de dedicarme al arte para poder desarrollar mi carrera en el mundo de la publicidad, cosa que hice durante diez años, hasta que ya comencé con mis proyectos personales. Actualmente estoy compaginando estos dos caminos de mi profesión.

Como adelantábamos al principio, la noción romántica del paisaje es una de las bases de su trabajo y con él pretende invitarnos a reflexionar sobre los grandes misterios como lo haríamos frente a un paisaje conmovedor. Demuestra que el mar y las montañas son una fuente constante y atemporal de ideas e inspiración: Toda mi obra gira en torno al paisaje, en especial el paisaje sublime como fue entendido en el Romanticismo, de la mano de filósofos como Edmund Burke e Immanuel Kant. Para desarrollar los conceptos que trabajo en estos proyectos, suelo hacer largas expediciones donde me adentro en lugares poco frecuentados para lograr captar parajes donde no haya intervención humana; mi búsqueda de lo sublime empieza por alejarme de toda civilización, busco el contacto con una naturaleza pura.

Afronto mi trabajo como un viaje en solitario hacia la inmensidad con continuas referencias a la pintura clásica, a la literatura, la filosofía y la estética. Mi intención última es la de poner al espectador frente a un espectáculo sublime y sobrecogedor que le haga cuestionarse sobre la conciencia, el universo, las creencias y nuestro propio origen.

Más allá de referencias filosóficas y literarias, Maselli regresa a la fotografía cuando le preguntamos por sus principales influencias, sin dejar de lado la pintura: Mi mayor influencia ha sido siempre la escuela de Düsseldorf, cuyos miembros son considerados los padres de la fotografía contemporánea; me gusta su forma más “fría” y “objetiva” de acercarse a sus motivos, dotando a sus imágenes de una estética más escéptica y muy estudiada; entre ellos me interesa mucho el trabajo de Axel Hütte, Andreas Gursky, Thomas Struth y Thomas Ruff. También tengo mucha influencia de la pintura romántica, de artistas como Caspar David Friedrich, Willam Turner o la escuela del Río Hudson.

Las técnicas fotográficas que utiliza tienen mucho que ver con sus objetivos expresivos: Utilizo distintas técnicas y manipulo mucho mis fotografías. Cuando me estoy documentando para una serie, suelo investigar qué técnica será la más adecuada para desarrollarlo; a veces utilizo cámaras de gran formato con película o polaroid, en otras ocasiones utilizo digital para poder realizar complejas manipulaciones. La fotografía es mi lenguaje, pero no tengo un sistema único de trabajo, considero que la técnica está supeditada a la idea.

Autor meticuloso, mima composición e iluminación para favorecer la calidad de sus impresiones en grandes formatos.

Hasta la fecha, son dos los proyectos fundamentales de Fernando, de ellos se han derivado el resto de sus trabajos. Se trata de Hierofanías e Infinito Artificial. El primero se fecha entre 2012 y 2014 y, en palabras del fotógrafo, constituye una aproximación intelectual y empírica al trabajo del filósofo Mircea Eliade, quien acuñó este término para referirse a la toma de conciencia en la naturaleza de la existencia de lo sagrado. (…) Consiste en la captura de imágenes en paisajes íntimamente relacionados con diversas tradiciones religiosas. Estas imágenes carecen tanto de presencia humana como de rastros de ella, y transmiten un halo de misterio y silencio que pretende cautivar al espectador en una reflexión moral y sentimental sobre la naturaleza y el papel que ha jugado en nuestra concepción de la religión.

En Infinito Artificial, que inició Fernando en 2014, tras Hierofanías, continuó trabajando en torno a lo sublime turbador, esta vez explorando las repercusiones humanas de su contemplación: Es una pesquisa fotográfica en torno a la categoría estética de lo sublime, que se describe como un temor controlado que atrae al alma, presente en cualidades como la inmensidad, el infinito, el vacío, la soledad, o el silencio; expresa, en definitiva, un sentimiento de dolor, angustia o temor, unido a la conciencia de nuestro ser diminuto y débilmente plantado ante la inmensidad o el caos. En esta serie me apropio de estas cualidades para desarrollar mi propia investigación sobre lo sublime, subrayando la magnificencia en sí de las cordilleras que previamente he fotografiado del natural mediante trabajos de fragmentación, repetición, multiplicación y superposición de volúmenes para recrear paisajes imaginarios. Mi idea es enfrentar al espectador ante un paisaje en su grado superlativo, donde, a través de una composición y recreación muy cuidada, intento transmitir esta sensación de lo sublime, la magnificencia y saturación de la naturaleza. Para este artista trabajar sobre lo sublime ha requerido esfuerzos también físicos: Para este proyecto tuve que realizar cursos de alpinismo y entrenar durante un año para poder llegar a estos parajes de alta montaña, donde paso varios días retratando el mismo macizo montañoso desde todos sus ángulos.

Preguntamos a Fernando cuáles serán sus próximos proyectos: Actualmente estoy trabajando en una serie llamada Tempestades, donde sigo indagando en el concepto de lo sublime pero con oleaje, las tormentas en el mar siempre fueron un motivo muy común en el imaginario del romanticismo. También estoy trabajando en un libro que saldrá a la luz en junio: será un cuaderno de la Kursala, con su respectiva exposición en Cádiz.

Además, hasta el 10 de febrero podéis disfrutar de su trabajo, junto al de Julio Sarramián, Clara Sánchez Sala, Tamara Arroyo y María Platero, en la muestra “Narraciones ficcionales”, en la Galería 6mas1.

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