NOMBRE: Emma
APELLIDOS: Gómara Gallego
LUGAR DE NACIMIENTO: Zaragoza
FECHA DE NACIMIENTO: 1976
PROFESIÓN: Artista
A Emma Gómara, nuestra fichada esta semana, la conocimos hace un par de meses a raíz de su participación en el Festival Asalto de Épila, que cumplía dos ediciones; ella fue una de las artistas que llevó a cabo una intervención mural en el Palacio del Conde de Aranda de esa localidad: el trabajo a pie de calle ha sido uno de los caminos que ha tomado su obra en los últimos años.
La formación primera de esta autora zaragozana no fue artística, sino económica, pero pronto hizo virar su trayectoria hacia la creación, aprendiendo varios años en el estudio del pintor Eduardo Lozano y realizando también cursos y estudios sobre la figura en el paisaje (en la Fundación Santa María de Albarracín), el libro ilustrado (en la Escuela Billar de Letras) y la narrativa visual (en la Escuela minúscula). Desde 2021 ha presentado muestras individuales en diversos centros zaragozanos -el Espacio Visiones, el Centro de Exposiciones Joaquín Roncal, la Biblioteca Mariano de Pano, Corner MIZ y la Fundación CAI, que también llevó su obra a Huesca-, mientras que ha participado en colectivas en espacios como el Hotel Boston y el Centro de Historias de Zaragoza o, de nuevo, el Centro Joaquín Roncal.
Gómara se incorpora a esta sección porque queremos conocer más de su tratamiento de la figura humana, en evolución y en los campos de la pintura, el mural y la ilustración; también encontrar las razones de su interés por insertarla en entornos neutros o acuáticos y qué hay detrás de su observación minuciosa de gestos y actitudes. A sus modelos nos los muestra en fondos poco definidos, un tanto oníricos y, por esa razón, también aparentemente congelados en el tiempo.
Aunque, como dijimos, sus estudios iniciales no tuvieron que ver con la creación, nada más finalizarlos no dejó esta autora de formarse y de cultivar el género de la pintura: Estudié Economía como carrera universitaria, nada que ver con el mundo artístico, pero desde que terminé, y compaginándolos siempre con mi trabajo, hice todos los cursos de pintura que podía y asistía a todas las exposiciones a mi alcance. En el estudio de Eduardo Lozano, aprovechando la libertad que nos ofrecía, los ejercicios de clase se convirtieron en necesidades de expresión. Esto fue allá por el 2010, y desde entonces, mi obra fue cogiendo más fuerza, y dejó de ser un hobby para ocupar la mayor parte de mi tiempo. Las técnicas se han ido diversificando. Actualmente trabajo sobre todo con pintura acrílica, collage con papel y técnicas digitales.
El eje de su producción, como también avanzamos, es la figura humana (su terreno siempre ha sido el de la figuración). Puede representarlas solas o en compañía, pero en cualquier caso nos las muestra ensimismadas, algo distantes respecto a lo que las rodea; para evitar anécdotas y que nuestra mirada se centre en los modelos, sus contextos no suelen aportarnos demasiada información: Me interesa mucho la figura humana; es el motivo principal de mis cuadros.
Y uno de los temas que estudio, ayudándome de esa figura humana, es el silencio. En un mundo con tanto ruido, intento ver a las personas que nos rodean en su silencio particular, ausentes de lo que les rodea. Por eso, los personajes de mis cuadros, aun perteneciendo a ambientes urbanos, están inmersos en sus pensamientos, en sus ensoñaciones. No están rodeados de una ciudad concreta, porque lo que hay a su alrededor es menos importante que su esencia. Pueden estar rodeados de otra gente, pero siguen teniendo un aura de ensimismamiento y soledad.
Tratar la figura humana de manera anónima, sin rasgos concretos en la cara, con fondos blancos o borrosos: crea un juego con el espectador muy interesante, ya que permite que sean muchos más los que se pueden reconocer o que vean conocidos en algunos personajes.
En un mundo con tanto ruido, intento ver a las personas que nos rodean en su silencio particular.
Uno de los silencios que más envolvente encuentro es el del mar. Sumergirse es para mí una desconexión que intento reflejar en mis obras de acuáticos. Una figura humana, gafas de snorkel y decoración surrealista son los elementos que suelen definir estos cuadros. La intención es transmitir serenidad, esa sensación de no tener que aparentar, de paz.
Hay otro tema que quiero expresar a través de mis obras: a pesar de que podemos tener una etiqueta asignada, podemos ser personas distintas a lo largo del día, de la semana, de los meses, de los años y de la vida. Tenemos diferentes caracteres dentro, y dependiendo de las circunstancias externas, de la educación, del nivel de saturación interna, podemos mostrar un carácter u otro. Es por eso que en algunos de los cuadros figura la misma persona, pero con repeticiones que representan los diferentes estados que puede tener. No somos entes planos, sino llenos de matices, evoluciones, diferencias.
La búsqueda de silencio y autenticidad es, por tanto, la razón de que el agua o un espacio neutro sean los escenarios habituales de sus figuras; y el deseo de plasmar evoluciones personales, el motivo de que en algunas de sus composiciones podamos encontrar rostros repetidos.
Su lenguaje siempre ha sido el de la pintura, pero dentro de él se vale de diferentes técnicas y se ha abierto también a procedimientos digitales: Principalmente trabajo con pintura acrílica, por ofrecer un secado rápido que me permite trabajar en una obra durante largas jornadas sin esperar a que una capa tenga que secar. Esto encaja muy bien con mi carácter: soy de enfocarme en un proyecto y no empezar otro hasta que lo termino.
El collage lo utilizo de manera complementaria muchas veces sobre las obras de pintura.
Para las ilustraciones, suelo utilizar pintura analógica que luego continúo trabajando de manera digital. De esta forma mantengo la base con la técnica que más disfruto, la pintura, pero puedo jugar con motivos y efectos que me ofrece la tableta gráfica.
En este entorno que vivimos de cambio tecnológico, considero importante saber manejarse tanto en el lenguaje analógico como en el digital. En los últimos años he realizado varios murales que han sido una gran experiencia. Pintar a pie de calle o en un edificio, interactuando con las personas que se paran, comentan e incluso quieren aportar ideas, ha sido un cambio radical de forma de trabajar. En el estudio no hay distracciones y puede ser un trabajo muy solitario; en la calle es difícil poner plazos de tiempo y puede ser más ineficiente, pero la interacción con el público es un gran aprendizaje.
Además de algunos pintores maestros en la captación de la figura humana, sobre todo de la ensimismada y de aquella en la que incide la luminosidad al aire libre, cita Gómara entre sus referentes a dos artistas de su generación; en un caso por su estética llena de matices, y en el otro en cuanto al manejo técnico: Siempre me ha impactado mucho el tratamiento de la figura humana de Lucien Freud, las atmósferas de Edward Hopper y las luces de Joaquín Sorolla.
De los artistas contemporáneos, me encanta la obra de Fernando Martín Godoy por su sutileza y minimalismo. Como collagista, sigo a Susana Blasco, por la elegancia de su obra. Me gustan muchos muralistas y disfruto mucho del arte urbano. Creo que los cientos de comics de mis hermanos mayores dejaron una huella en mí que se puede ver en los personajes de los cuadros. Intento visitar muchas exposiciones y ferias de arte, y siempre se toman nuevas ideas en cuanto a formatos, enmarcaciones, técnicas, etc.
Entre sus principales proyectos hasta ahora, cita esta autora su participación en el Festival Asalto de la que comenzábamos hablando y su reciente individual en la Fundación CAI: En el Festival Asalto de Arte Urbano de Épila, Zaragoza, de este año 2023, tuve la oportunidad de realizar diferentes personajes en papel que luego pegamos en distintas calles del pueblo. También hice una intervención, en uno de los muros, con personajes que reflejaban la variedad cultural de la localidad. La temática del Festival era el Carnaval histórico que allí se celebra; yo quise interpretarlo haciendo fotos de sus habitantes, para pintarlos sobre el muro pero mostrándolos de espalda, con la ropa o el peinado cambiado, para que, como en un carnaval, no se reconociesen fácilmente. Utilicé también algunos de los motivos decorativos de los monumentos del lugar. Fue increíble compartir el día a día con muralistas de varios países. La sinergia artística que se creó fue magia.
La exposición “Desiertos azules”, para la Fundación CAI en Huesca (2021), fue una oportunidad de desplegar un universo de personajes inmersos en aguas serenas, pero con un toque surrealista. Muchos de los fondos tenían azulejos, motivos geométricos… Estas decoraciones estaban inspiradas por viajes por Italia, Marruecos o Portugal.
Próximamente la encontraremos en Zaragoza, con una propuesta con sabor literario: Actualmente estoy trabajando en la intervención de un espacio expositivo de Zaragoza. Me gustaría utilizar dicho espacio para dar conocer la obra y la vida de la escritora Edith Wharton; considero sus ideas de una gran modernidad, por lo que me gustaría trasladarlas a personajes de aspecto actual. Para mí, la lectura es una vía de escape, de la que saco muchas ideas. Descubrí a esta autora hace tan sólo tres años, y a medida que leía libros sus libros, se iba formando el proyecto en mi cabeza.
Tengo también previsto adentrarme en el mundo de la animación. Me parece que es un paso natural para el tipo de obra que hago.
Podemos seguir los pasos de Emma aquí: http://emmagomara.com/
