NOMBRE: David
APELLIDOS: Catá
LUGAR DE NACIMIENTO: Viveiro, Lugo
FECHA DE NACIMIENTO: 1988
PROFESIÓN: Artista
El cuerpo como soporte artístico y tablero de vivencias y recuerdos es el eje de la obra de David Catá, del que conocemos especialmente sus fotografías, pero también es autor de pinturas, esculturas y videos que exploran las relaciones entre personas, entorno y piel recurriendo a la autorreferencia y al poder de la metáfora.
Este artista gallego, graduado en Bellas Artes en la Facultad de Pontevedra y Máster fotográfico Concepto y Creación de EFTI, se esfuerza en el manejo del poder de la evocación: las fotografías de su propio álbum familiar u objetos personales le han servido como inspiración a la hora de iniciar reflexiones, y proponérnoslas, en torno al paso del tiempo, los juegos en los que se sumerge nuestra memoria selectiva, y los recursos de ésta para estirar elásticamente el proceso del olvido. Algunos elementos le sirven de forma recurrente en ese fin: la sal, el hilo, el hielo, los dientes de león…
El cuerpo, y sobre todo las manos, son para David escenario y herramienta artística del mismo modo que lo son de nuestras experiencias y emociones: el artista hace hincapié en que todas las personas a quienes conocemos dejan su huella en nosotros, recordándonos nuestro origen cuando el bombardeo informativo, publicitario o tecnológico nos ofusca. Esas huellas se materializan en su obra en fisuras o cosidos (superficiales y espaciados) sobre su propia piel, heridas que hacen alusión a la fusión irremediable del olvido y el paso del tiempo y que pretenden combatirla mediante la preservación del pasado a través de las huellas de la memoria, sea en el cuerpo, en fotografías o en videos performativos concebidos como ejercicios catárticos en los que el sufrimiento interior se hace físico para después, quizá, pasar a no ser nada, porque de lo visible y palpable es más fácil desprendernos.
En palabras de Catá, las vidas de nuestros conocidos “se convierten en parte de la nuestra. Cada puntada sobre mi piel los representa, el dolor físico no es frontera, nos une más, al pensar que mi mano ha sido marcada en un acto de afecto; al pensar que en su momento mi mano ha tocado su mano”. No podréis contemplar este tipo de obras con indiferencia: hay quien aparta la mirada casi de forma automática y quien se siente fuertemente atraído por estas imágenes de dolor y poesía que reflejan, en última instancia, manifestaciones de cariño en su sentido más físico, sutiles en forma y contundentes en procedimiento, como ocurre en Bajo mi piel.
No os perdáis tampoco la familiar serie en proceso A flor de piel, que Catá va cociendo a fuego lento, o las dos secciones que componen Déjame volar, un proyecto en el que aborda lo efímero de nuestras vidas a partir de objetos materiales con valor poético y simbólico.
El lucense ha obtenido el Primer Premio del Certamen de Artes Plásticas de la Diputación de Orense (2010), el primer accésit del Festival de videoarte Bang de Barcelona, en 2013, o el Premio de adquisición de obra en el Certamen de Artes Plásticas Isaac Díaz Pardo, y también ha protagonizado muestras individuales en el Área de Cultura de la UDC (El Ferrol), la Galería Cero (Madrid), la Galería METRO (Santiago de Compostela), la Sala Kursala de la Universidad de Cádiz (Cádiz) o el Kleiner Salon berlinés.
Desde hoy podéis ver obra de David en los hoteles One Shot Recoletos 04 y One Shot Prado 23, dentro del programa Paralelo de Art Madrid y en el marco de la muestra “LIMEN. En el umbral”, comisariada por Nicola Mariani, otro de nuestros fichados.
Conocedlo mejor en davidcata.com