NOMBRE: Carlos
APELLIDOS: Monleón Gendall
LUGAR DE NACIMIENTO: Madrid
FECHA DE NACIMIENTO: 1983
PROFESIÓN: Artista
Nuestro fichado de esta semana es seguramente el primer artista en incorporarse a esta sección que trabaja atendiendo sobre todo al cuerpo: a sus procesos de percepción y evolutivos y a su relación con los organismos microbiológicos o con la Inteligencia Artificial y la cibernética. Justamente la consolidación de lo que algunos llaman edad digital, superada ya la contemporánea, le ha impulsado a investigar las relaciones entre nuestra fisicidad visceral y las estéticas del arte reciente.
Licenciado en Bellas Artes en el Chelsea College of Art y M.A en el Royal College of Art de Londres, ha desarrollado proyectos en centros nacionales e internacionales como Autoitalia, Seventeen Gallery y el Diaspore Project Space (Londres), HIAP Helsiniki, Hangar y Monitor Gallery (Lisboa), Studio X (Estambul), Cráter Invertido (México), Matadero Madrid, LABoral, La Casa Encendida o el Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles, entre otros.
Monleón fue uno de los seleccionados en la edición correspondiente a 2018 de los Circuitos de Artes Plásticas de la Comunidad de Madrid y en la Sala de Arte Joven presentó –en masdearte os lo contamos– su proyecto Corpus, elaborado durante una residencia en LABoral y dedicado a la datificación del cuerpo a través de imágenes: mostró una colección de bases de datos con las que se entrenan redes neuronales, que requieren gran volumen de información para aprender, y un archivo compuesto por una serie de dispositivos escultóricos USB. Esos corpus servían para desarrollar muy diversos sistemas de aprendizaje artificial basados en la imagen, desde los de reconocimiento facial a los empleados en diagnósticos médicos.
En el mismo espacio, y también el año pasado, lo encontramos en “The Futch“, muestra comisariada por Neme Arranz y Marta Echaves. Ponía su atención entonces en las conexiones del sistema nervioso y en nuestra capacidad de adaptación a diferentes situaciones y estados en una instalación que surgió de sus estudios de prácticas de integración sensorial o de teorías propioceptivas como las de Feldenkrais.
Y el mismo 2018 aún os hablamos de este artista una vez más: con motivo de su nominación al II Premio Cervezas Alhambra de Arte Emergente por su obra Deep Hamra, que, además de en la riqueza del arte de la Alhambra granadina, se inspiraba en las tradiciones de los tapices artesanales y en los procesos propios de la Inteligencia Artificial. Reflexionaba el madrileño sobre la creciente mecanización de nuestra percepción, a través de los dispositivos electrónicos con los que captamos miles de instantáneas, y sobre cómo esta puede incorporarse a procesos artísticos, en relación con la citada artesanía.
Como a todos nuestros Fichados, preguntamos a Carlos por sus inicios en el arte; él los relaciona con su voluntad de experimentar en muchas direcciones, con su propia interioridad, con los materiales o con otros autores: El arte me interesó siempre y sobre todo como medio de experimentación vital, de relación con la subjetividad propia y con las demás, con el entorno.
Después de una fase de rechazo al mercado del arte y la educación carrerista que recibí en Londres, comencé a trabajar en diversos colectivos que trabajaban en diversos formatos y contextos (New Display Strategies en Londres, Espada y Monleón, Campo Adentro…)
Me interesa buscar formatos nuevos de “exposición” y participación, replantear las relaciones con el entorno y las posibilidades de los distintos contextos expositivos. Esta variedad de medios y técnicas utilizadas es algo que ha acompañado a mi práctica siempre.
Como anticipábamos, el centro temático de su producción son los procesos biológicos. Él los enumera: La digestión, entendida como un intercambio de información y circulación de materia y energía necesarios para la vida; el metabolismo, entendido como la duración y el espacio donde se construyen los organismos en diálogo con sus entornos, el lugar donde las distinciones entre organismo y entorno se diluyen; la evolución, como el resultado del misterio de esa fuerza vital, que siempre busca sorprenderse a sí misma en sus diversas manifestaciones y sus dimensiones simbólicas.
Los proyectos de Monleón nos recuerdan que los procesos perceptivos por los que conocemos el mundo son complejos y que en ellos se involucra nuestro cuerpo a través de multitud de sensaciones. En ellas nos propone bucear, y en los distintos niveles de conciencia corporal manejados por entes muy diversos: desde los cuerpos microbiológicos hasta los performativos y sociales. La comprensión de sus nexos y diferencias la alcanza trabajando con materiales muy variados y también conversando con personas diferentes. En sus obras colaborativas opta, por eso, por no repartir roles, sino por difuminar las fronteras entre disciplinas, ideas y conocimientos, para hacer los procesos creativos valiosos en sí mismos.
Las técnicas y materiales de los que se sirve son, lo decíamos, muy diversos, y trata de acentuar las relaciones entre ellos y nuestra biología. Podemos entender como paralelas sus indagaciones en el cuerpo y la materia: En los dos últimos años -desde que mudé de vuelta mi estudio y persona (a ratos) a Madrid- trabajo predominantemente la cerámica, el vidrio y los textiles. Algo en bronce. Siempre trato de amplificar las conexiones entre estas técnicas y materiales con los tejidos, fluidos y procesos evolutivos que componen los cuerpos.
Fue a raiz de crear vestuario y formatos diversos de documentación para talleres y obras participativas cuando comencé a interesarme en la creación de objetos y sus relaciones formales y materiales. Actualmente sigo esta metodología de combinar investigación, -corporal, material, formal- y formatos de participación pública en la creación de obra plástica mas al uso y gallery-ready.
Entre sus referencias, cita, antes que a otros artistas, textos e investigaciones relacionados con el funcionamiento del cuerpo, la inteligencia artificial, la ciencia en un sentido amplio y también la creación de objetos. De nuevo enumera: La historia de los recipientes y sus técnicas, las tecnologías de la imagen utilizadas para representar la forma y el movimiento biológicos, mucha literatura científica; prácticas somáticas, la restauración del equilibrio entre cuerpo y entorno, y entre el individuo con conflictos transgeneracionales y las ciencias de la información y su intersección con modelos de vida artificial.
Tres son los proyectos que Monleón ha desarrollado hasta ahora que selecciona como fundamentales: dos colectivos (Harmonía y SAUNA) y uno individual (A colloquy of vessels). El primero, Harmonía, lo llevó a cabo junto a María Espada, como Espada y Monleón: se trataba, en sus palabras, de una ópera comestible; un proyecto en el que más de cincuenta personas participaron en la creación -desde cero -de un espectáculo y una ficción multisensorial que incluía libreto, música, escenografía, etc.
Su propuesta, como el resto de las de Espada y Monleón, no se dirigía a galerías o museos sino a nuestros estómagos, como “evento gastrológico”: introdujeron los conceptos y modos de hacer culinarios en el circuito artístico, invitándonos a cuestionarnos cómo apreciamos a día de hoy el comer, qué entendemos por degustar, cuál es la vertiente social del acto y la estética que en él subyace. Harmonía tenía justamente cuatro actos, se estrenó (en tres de ellos) en las Picnic Sessions del CA2M y se inspiraba en las ideas del socialista utópico Charles Fourier y en su aspiración de alcanzar la armonía a partir de la cocina.
SAUNA, por su parte, fue un programa audiovisual que tuvo lugar en Matadero Madrid en torno a una sauna finlandesa que construí como un dispositivo para experimentar con varios niveles de sensación, generar otro tipo de actitudes y comportamientos dentro de la institución pública y promover el encuentro y bienestar de diversos públicos. La concibió Monleón como espacio público donde pudiera desarrollarse una programación cultural entre el frío y el calor, tomando parte en ella tanto agentes culturales madrileños como los visitantes de Matadero. Los primeros fueron Arantxa Boyero, Marian Garrido, Julia Morandeira & Margarida Mendes, LANOCHE, Levantinistic Beats, Machines Desirantes, Chrie Vegas, A_mal_gam_a y Sonido Sauna x Abraham Rivera.
Por último, A colloquy of vessels constaba de cerámicas y vidrios que pudieron verse en la Bienal de diseño de Estambul en 2018, acompañándose la muestra de un taller de dos días, llamado FEEDS, sobre modelos cibernéticos y multiespecie de la digestión. Estas piezas continúan en exhibición itinerante, ahora en Francia y Bélgica.
Monleón abordó estas obras en el marco de una investigación sobre los procesos biológicos y evolutivos que generan los tejidos y órganos que componen los cuerpos, vinculándolos con los procedimientos de trabajo que dan lugar a estas vasijas. Se ponen así en correlación el desarrollo embrionario o los ritmos de licuación y solidificación de órganos y tejidos con las cualidades materiales de los cuerpos de arcilla y vidrio soplado (transparencia y opacidad, etc.)
Le hemos preguntado por lo próximo: Esta semana estaré en la Bienal de Tallín (Estonia), con un par de piezas cerámicas y textiles que activaré a modo de escenografía durante una serie de prácticas introspectivas, en relación con la sauna y el paisaje local, en las que participará el público.
La cita tiene lugar del 11 al 15 de septiembre. También prepara una expo en LABoral (Gijón), como itinerancia de la ultima de edición de Circuitos, con una serie de bases de datos escultóricas en las que investigo en procesos de mecanización de la memoria biológica y su reciente digitalización (lo citábamos al principio).
Y, a partir de mayo de 2020, desarrollo una residencia de producción de doce semanas en el Centro Europeo de la Cerámica (EKWC), para la que ya estoy con la investigación previa de formas y materiales.
Sabed más de nuestro último fichado, aquí: www.carlosmonleon.com.