NOMBRE: Alejandro
APELLIDOS: Correa Izquierdo
LUGAR DE NACIMIENTO: Tenerife
FECHA DE NACIMIENTO: 1984
PROFESIÓN: Artista
Hace cerca de un mes algunos pudisteis adentraros en la obra de nuestro fichado este miércoles, Alejandro Correa, en la última edición de la feria madrileña Hybrid Art Fair: su galería, Artizar, llevó allí un conjunto de pinturas en las que nos mostraba visiones derivadas de la reflexión interior, imágenes en las que las figuras o la línea del horizonte aparecían desdibujadas. Las tonalidades dominantes, como en buena parte de su trabajo, eran grises y cenizas y las aplicaba bien mediante manchas diluidas o mediante pinceladas aguadas que situaban estas obras a medio camino entre la representación y la sugerencia. Los paisajes que nos ofrecía Correa en ellas nos resultaban oníricos o procedentes de un plano más allá del empírico; tienen que ver con el individuo, con el artista y su esfera íntima. La manifestación verbal de esos cuestionamientos internos queda aquí camuflada.
El artista ha presentado hasta ahora su producción en la Sala Los Lavaderos y el Espacio Abierto de Santa Cruz de Tenerife, las galerías Stunt y Artizar de La Laguna, la Sala Cabrera Pinto y la Fundación MAPFRE de esa localidad tinerfeña y el Espacio Arte Contemporáneo de La Habana y se suma esta semana a esta sección porque queremos saber más sobre la evolución de su pintura: en el paso de los años, ha ido alejándose del planteamiento de los paisajes en escenas y la cercanía entre espectador y personaje, casi encerrado este entre los cuatro lados del lienzo, para plantear distancias y perspectivas, incidiendo en horizontes más o menos sensuales pero siempre reflexivos.
Decíamos que sus cuestionamientos propios, la palabra, se transforma en estas obras en trazo: esconden estos, en ocasiones, relatos personales aptos para la nostalgia, el recuerdo de luces y penumbras.
Nos cuenta Alejandro que su vocación creativa tiene que ver con su concepción del arte como un espacio apto para el trabajo independiente y reflexivo (Comencé mi andadura artística en el Instituto de Arte Fernando Estévez. A ritmo lento terminé la carrera de Bellas Artes. El mundo de las artes me parecía un terreno de libertad y un campo de introspección). También que esa misma introspección tiene que ver con los temas fundamentales en su obra, derivada de la labor conjunta del ojo y de la mente: Todo el proceso pictórico proviene de la observación, de la imaginación y de la memoria. No hay imágenes fijas de referencia. El tema general podría ser el existencialismo; mi principal interés es la introspección. La que necesito al crear y la que produzco.
Nos explica que articula su pintura, en el marco de esa temática, en cuatro conjuntos o series: Mientras (representa figuras y siluetas humanas), Árboles (la naturaleza con atmósfera romántica), Horizontes (distancia, espacio y vestigios de humanidad) y Micro Macro (visión de materia y energía).
Mi principal interés es la introspección. La que necesito al crear y la que produzco.
Podemos decir, como anticipábamos, que si en sus primeras piezas encontrábamos paisajes de elementos diferenciados e identificables, paulatinamente ha ido ganando terreno la abstracción: sus imágenes esquivan la nitidez; será nuestro ojo el que tratará, de manera instintiva, de enfocar una claridad que le huye, aquello que no puede atrapar. Las formas pueden sugerir cierto dinamismo, pero el cromatismo sirve a los propósitos introspectivos de Correa: entre negros y cenizas, nos esperan grises, azules y verdes.
Se sitúan estas visiones entre la captura del instante efímero y la de lo atemporal y ofrecen un evidente trasfondo metafísico: las figuras, cuando se nos presentan, aparecen ahora esquivas y frágiles respecto a la naturaleza que las rodea, confrontándose su pequeñez individual a la inmensidad de su entorno, como monjes románticos o eremitas.
Horizontes constaba de panorámicas en las que esa línea es, justamente, el único elemento reconocible y, sumidos en esa incertidumbre, tierra y cielo se funden en la horizontalidad dominante. El paisaje, más que representarse, se nos propone como camino necesario ante la pérdida de referencias del individuo contemporáneo; a aquellos trabajos les sucedieron lienzos ampliados, ocupados al completo por auras luminosas y evanescentes. Son estas piezas extremadamente sencillas y a su vez siderales: conjugan, y de ahí su nombre, lo micro y lo macro.
Nos cuenta Correa que trabaja en acrílico sobre lienzo (dripping, mareas, frotados y pinceladas tradicionales) y, entre sus referencias, cita a dos artistas cercanos y al movimiento que ensalzó la subjetividad y que podremos evocar, a menudo, en sus trabajos: Nombraría principalmente a dos personas: Lola Massieu y Pedro González. En los primeros años de facultad, pude conocer personalmente a Lola y pasar una semana pintando en su estudio. Me atrajo mucho la potencia y elegancia del informalismo. Por otra parte, recuerdo en el primer año de Facultad ir a una exposición de Pedro González. Eran unos lienzos enormes, en los que el protagonista era el cementerio. La sensación fue muy generativa, me motivó muchísimo. Y supongo que no puedo olvidar como referencia al romanticismo, la noche, la melancolía, la existencia.
¿Queréis saber dónde encontrar su obra? En octubre de 2021 expondré en la feria de arte Estampa (Madrid). Y en 2022 en la Galería Artizar en Tenerife.
También en esa misma sala, www.artizar.es, y en su perfil en Instagram: @alejandro.correa.izquierdo.
