Fichados

Alberto Guerrero

Alberto GuerreroNOMBRE: Alberto

APELLIDOS: Guerrero Gil

LUGAR DE NACIMIENTO: Barcelona

FECHA DE NACIMIENTO: 1975

PROFESIÓN: Artista

Conocimos a nuestro último fichado, Alberto Guerrero, el pasado noviembre, cuando participó en una colectiva, en el recién abierto Espacio Mados madrileño, junto a Eduardo Barco, Jaime Castillo e Isabel Valdecasas; presentó allí pinturas abstractas y de formato cuadrado que destacaban por el tratamiento de la luz y las texturas.

Este autor barcelonés se formó en Historia del Arte y Restauración y compaginó durante años su actividad como restaurador de pintura de caballete y de pintura mural con el desarrollo de su propia producción, en la que ya se volcó por completo desde 2009. Ha presentado muestras individuales en el Centro Cultural La Despernada de Villanueva de la Cañada, la Casa de la Cultura de Majadahonda, el Espacio Encuentro, el Espacio Cultural Volturno de Pozuelo, UBS Bank, la Iglesia de Sta. Mª Soledad Torres Acosta o el Colegio de Ingenieros de Madrid, la Galería Mercedes Urquijo, el Espacio Pepe Pisa o el Palacio de Congresos también de la capital y el Palacio de Aramburu de Tolosa, y sus colectivas le han llevado a centros como la Villa Massoury de Villefranche Sur Mer, la Galería Lucía Mendoza o la Universidad San Pablo – CEU; también ha participado en citas como Open Art (Utrecht), Lineart (Gante), KunStart (Bolzano) o las Jornadas Nacionales de Patrimonio Cultural de la Iglesia de Pamplona.

Sus trabajos forman parte de los fondos del Palacio de Congresos madrileño, Sanjuán Abogados (Valladolid), el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, UBS Bank, el Ayuntamiento de Pozuelo y la Casa de la Cultura de Majahonda.

Guerrero se suma hoy a esta sección porque queremos saber más de su producción diversa (es autor de trabajos abstractos y figurativos, de pinturas murales a retratos pasando por obras de carácter sacro) y de sus recursos para lograr representar el equilibrio de la naturaleza: emplea superposiciones de materia que sugieren texturas y volúmenes de apariencia orgánica.

Alberto Guerrero

Comenzamos preguntándole por sus inicios; nos cuenta que siempre le interesó la pintura, que por su labor como restaurador ha tenido muy muy cerca obras de clásicos y que hoy, asentado en Madrid tras residir en Barcelona, Valladolid, La Coruña y Santander, trabaja desde la capital. Nos explica además el lado apasionante de la actividad restauradora, la búsqueda de lo original tras las huellas del tiempo: La pintura me ha interesado desde que tengo memoria. Recuerdo que ya de niño tenía la ilusión de ser pintor cuando fuera mayor. Mis padres, que se daban cuenta de mi inclinación natural por el tema, me apuntaron a clases en el taller de un pintor. Según fui creciendo aumentó en mí el interés por muchas más cosas, como la Historia, la Literatura… En la Universidad estudié primero la carrera de Historia del Arte y después la de Restauración, en la especialidad de pintura, porque no solo me interesaba la praxis, sino entender el Arte en su conjunto.

Al finalizar mis estudios, trabajé durante casi diez años en un estudio de restauración importante de Madrid. Fueron años apasionantes que me dieron acceso a trabajar con cuadros de grandes maestros como El Greco, Goya, Zurbarán, Alonso Cano, Sorolla y otros muchos. Conocí colecciones de arte clásico y contemporáneo muy importantes y estuve años restaurando pintura mural fuera de España, en países como Egipto, donde participé en la restauración de la iglesia de Abu Serga, en El Cairo, adonde estuve yendo y viniendo durante cinco años, o Jamaica, donde restauramos las pinturas murales de la catedral de Kingston. Fueron experiencias que me acercaron a una iconografía vinculada a nuestra cultura y me enriquecieron como persona. La restauración me obsesionó con la búsqueda de la verdad detrás de la realidad, la autenticidad oculta tras las capas que los repintes, el tiempo, la suciedad o las meras circunstancias añaden al talento del artista.

La restauración me obsesionó con la búsqueda de la verdad detrás de la realidad, la autenticidad oculta tras las capas que los repintes, el tiempo, la suciedad o las meras circunstancias añaden al talento del artista.

Toda mi juventud estuve pintando durante casi todo mi tiempo libre, en un local que alquilé con uno de mis ocho hermanos, que es músico. Exponía ocasionalmente aunque seguía restaurando. Poco a poco fui viendo más claro que me quería dedicar exclusivamente a la creación, así que acabé dejando la restauración para sumergirme en la pintura de lleno, y hace ya doce años que vivo de ello exclusivamente con ayuda de mi mujer, Patricia, que me apoya en la gestión. Cuando dejé la restauración alquilé una nave grande, donde tengo mucha luz natural y estoy cómodo, en el distrito madrileño de Carabanchel.

Nos hablaba de la “búsqueda de la verdad detrás de la realidad” inherente a sus trabajos de restauración y ese es, también, uno de los ejes de sus investigaciones como pintor, el hallazgo de las esencias más allá de la percepción primera. Considera fundamental los procesos: el sentido de cada capa aplicada, la generación de profundidad y con ella del Enigma, invisible pero imprescindible: Me interesa mucho hablar de lo que hay detrás de lo que uno ve en apariencia, de lo que tiene que ver con la verdad última de las cosas, con el origen.

De modo inverso a la restauración, de donde provengo, a menudo construyo las obras superponiendo capas de distinto color y textura. Todas las capas juegan un papel en el resultado final de la obra, aportan algo, influyen en lo que el espectador acaba viendo. La capa inicial muchas veces está prácticamente oculta por todo lo que se ha ido acumulando encima, pero determina el resultado final. Para mí esto es un reflejo de cómo veo yo la vida: creo que todo cuenta. Nuestro pasado, los hechos vividos, cada experiencia constituye una “capa” que se agrega a nuestra historia, y nos hace quienes somos.

Otro denominador común en mis obras es la sensación de profundidad, que busca transmitir la idea del misterio, sugerir al espectador que hay algo detrás de la apariencia que uno no logra ver o entender, pero que está presente y le da sentido a todo.

En esa línea de conceder relevancia a cada capa en el sentido final de las obras, últimamente ha ahondado asimismo en las posibilidades de la forma esférica, que requiere que el espectador rodee la pintura y necesite más de un punto de vista para aprehenderla, y en lo que tiene que ver con el color, su paleta ha evolucionado desde cierta austeridad y el predominio de grises y ocres a una mayor vivacidad. En el manejo de las texturas, avanza en el estudio de los contrastes que la luz puede suscitar al incidir en la tridimensionalidad de la materia; suele explorar Guerrero, en general, dualidades: entre esa luz, lograda con grumos espesos, y la oscuridad, las tonalidades frías y cálidas, los colores primarios y secundarios, las zonas lisas o rugosas…

La pintura y el dibujo son sus medios fundamentales de trabajo, ha cultivado tanto la figuración como la abstracción y, como avanzábamos, últimamente también se ha acercado a la tercera dimensión, incluso a la escultura: El estilo que más me caracteriza y que más se ha consolidado a lo largo de los años es la pintura abstracta de gran formato, pero a lo largo de los años he ido viendo cómo hay determinados temas a los que es necesario asomarse desde la figuración.

En la pintura abstracta disfruto pintando en formatos cuadrados, donde predominan las texturas para crear volumen. A veces utilizo abundante materia para aportar riqueza a la obra y cierto peso visual. En otros cuadros pinto capas más lisas porque quiero transmitir ligereza y profundidad a la vez. Es difícil expresar lo que quiero transmitir con cada cosa porque, en general, depende de la obra. Disfruto dominando el color para lograr la sensación de profundidad, me gusta hacerlo vibrar y juego mucho contraponiendo tonos, porque me interesa la armonía que resulta del contraste.

Para pintar empleo fundamentalmente pigmento en polvo y látex, cargados con materia de distinto tipo en función del relieve, calidades, brillo y textura que me interesen. La pulpa de celulosa me gusta especialmente por su ligereza y fibrosidad, y porque me permite jugar mucho con la luz. Me gusta mucho contraponer colores y hacerlos vibrar.

También me gusta el dibujo, me interesa especialmente el trabajo de síntesis al que obliga, donde toda la información de la realidad se reduce a unas líneas. En mis dibujos intento decir lo máximo posible en los mínimos trazos posibles. A lo largo de mi vida he dibujado mucho, ha habido épocas en las que siempre tenía a mano un diario donde dibujaba. He viajado mucho y siempre tenía a mano cuadernos de viaje para dibujar lo que iba descubriendo. Aunque no soy particularmente constante, observo que el dibujo es algo a lo que siempre vuelvo. También me gusta la acuarela, porque me permite pintar desde casa y jugar mucho con la luz.

Recientemente me interesa cada vez más la tercera dimensión. He hecho mis incursiones en el campo de la escultura, con barro, madera, y más recientemente con metal. También he trabajado con lo que llamo “pintura esférica”, que me sirve para jugar con los diferentes puntos de vista.

Sus referentes en lo plástico son muy diversos porque esquiva Alberto las etiquetas: Me interesan distintos tipos de pintores, desde Van der Weyden a Velázquez o Goya pasando por autores contemporáneos como Anselm Kiefer o Eduardo Chillida. Me resulta complicado enmarcarme en un estilo determinado, huyo de las clasificaciones y seguramente no sea ese mi papel, prefiero que me clasifiquen otros. Me considero clásico y moderno a la vez, más orgánico que racional y más minimalista que barroco.

Alberto Guerrero. Diario de una cuarentena
Alberto Guerrero. Diario de una cuarentena, 2020

Uno de sus proyectos recientes lo llevó a cabo durante el pasado confinamiento y atendiendo a nuestras vivencias de entonces; se titula Diario de una cuarentena y ha llegado a nuestras pantallas: Ahora con la pandemia, siento la necesidad de expresar lo que estoy viviendo. Durante los meses de marzo, abril y mayo pinté todos los días sobre lo que estábamos viviendo, siendo muy consciente de estar plasmando un momento de la historia en el que el mundo tal y como lo conocíamos estaba cambiando. Cada día durante la cuarentena hice un dibujo en acuarela desde casa, en un cuaderno, y así durante 53 días seguidos. La historia tuvo repercusión en algunos medios y a petición de mucha gente lo convertí en un libro que se llama “Diario de una Cuarentena” y que está a la venta en mi web (www.albertoguerrero.es) y en Amazon.

También durante el confinamiento, el artista Alejandro Sanz comenzó a trabajar en un documental titulado “El Mundo Fuera”, y la productora contactó conmigo para recoger imágenes del diario y de nuestro confinamiento. Les gustó mi trabajo y acabamos pintando además una acuarela para el propio documental. La peli puede verse en Movistar + y Amazon.

Alberto Guerrero. Diario de una cuarentena
Alberto Guerrero. Diario de una cuarentena, 2020

La vuelta, relativa, a las calles también ha tenido su reflejo en su trabajo: Después del confinamiento, entrados ya en la desescalada, recogí en acuarela mis sensaciones acerca de lo que se ha dado en llamar “la nueva normalidad”. Con ese título tengo una serie inédita que estoy valorando dónde exponer.

Al Espacio Mados llevó Oxímoron, su indagación pictórica en la noción de paradoja: En los últimos meses he expuesto Oxímoron en Espacio Mados, la nueva galería de Álvaro Alcázar y María Levenfeld en Conde de Xiquena. Oxímoron es una serie basada en el significado de la figura literaria oxímoron, que alude a la combinación de dos expresiones contrarias que al unirse crean un nuevo sentido. Es mi particular reflexión sobre la paradoja, sobre las vivencias aparentemente contrapuestas que enriquecen el sentido global de nuestra vida. Esta serie fue concebida también durante la pandemia, y cobra especial relevancia en esta época en la que el gran mundo se ve comprometido por un minúsculo microorganismo, lo que paradójicamente puede llevarnos a plantearnos lo que de verdad importa. Formalmente combina escultura, dibujo y pintura.

Alberto Guerrero. Oxymoron
Alberto Guerrero. Oxymoron

Y el año pasado lo cerró trabajando una vez más en el ámbito del arte sacro, habitual en su producción: A finales de 2020 y principios de este año he trabajado en la creación de una pequeña capilla en una parroquia humilde de Leganés. Es mi séptima incursión en el arte sacro, que me parece un desafío muy interesante, el abarcar lo sagrado desde un lenguaje actual. He trabajado en otras iglesias, en Las Tablas, Majadahonda, Tres Cantos o Fuenlabrada.

Nos cuenta Guerrero dónde encontrarlo: Toda mi obra puede seguirse en mi web www.albertoguerrero.es y estoy activo en Instagram como @albertoguerreropintor. En Twitter menos, como @guerrero_pintor.

Próximamente tengo pensado exponer la serie de acuarelas “La nueva normalidad” y estoy trabajando en una serie en torno a las raíces del hombre que espero vea la luz hacia el mes de marzo.

Alberto Guerrero. Oxymoron
Alberto Guerrero. Oxymoron

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