NOMBRE: Adrián
APELLIDOS: Martínez Marí
LUGAR DE NACIMIENTO: Ibiza
FECHA DE NACIMIENTO: 1984
PROFESIÓN: Artista
Es posible que el pasado verano algunos os acercaseis a Espacio Brut para conocer sus reflexiones sobre las esencias del lenguaje y sobre las relaciones entre imagen y texto: nuestro fichado de esta semana es Adrián Martínez, un artista ibicenco residente en Amberes que se formó en Bellas Artes en la Universidad de La Laguna y que, también este mismo año, ha sido finalista del Premio Ciudad de Manacor de Artes Plásticas (lo fue igualmente en 2015 y 2013) y ha participado en una residencia en el Addaya Centre d’Art Contemporani de Mallorca.
Son las últimas líneas de su currículum; Adrián también presentó el año pasado otra individual, “Calmachicha”, en el Ateneo de La Laguna; en 2012 protagonizó sendas muestras en las sedes de la Galería Ferrán Cano en Palma de Mallorca y Barcelona y ha participado en múltiples colectivas en centros como El Tanque y La Recova (Tenerife), la Galería Luis Adelantado -que lo seleccionó entre sus jóvenes artistas en 2012-, la García Galería, Es Baluard o el Museu de Porreres.
Lo que nos atrae de su trabajo, en técnicas diversas entre las que podemos destacar el trabajo con hilo, es su diálogo con lo frágil y ligero en obras que nos resultan, sin embargo, contundentes; también su juego reflexivo con el lenguaje, como cúmulo de signos que, ordenados según convenciones comunes, consigue atrapar lo que las cosas son y transmitirlo entre pares, poniendo algo de luz en el camino (a veces).
Y el camino artístico de Adrián comenzó, según nos cuenta, en la infancia y de manera natural; tanto que el dibujo fue su primer cauce: entendiendo mi trabajo como artista como el desarrollo de mi propio lenguaje visual y el poder llegar a plasmar ideas, pienso que llevo haciendo eso desde que era niño y, al pasar por diferentes etapas de experimentación, hasta el día de hoy; sigo teniendo la misma necesidad de dibujar lo que me rodea y me preocupa.
Siempre he estado vinculado a la práctica artística, primero en casa, después en la calle y de allí a los estudios, hasta hoy en día que es cuando, además, se llega a convertir en un trabajo remunerado.
Los temas que aborda en su obra surgen de forma igualmente instintiva, fruto de su deseo de narrar ciertos relatos, de reflexionar sobre lo visto y oído en la vida diaria o de continuar trabajando sobre trabajos previos, sendas esbozadas: cuando estoy trabajando, una de las preguntas que suelo hacerme es que ¿por qué hago lo que hago? Intento resolver esa duda haciendo las elecciones correctas, cometiendo errores e intentando que la obra llegue a ser independiente. Mis obras están abiertas a diversidad de interpretaciones.
Me interesa contar historias a través de secuencias o de una sola imagen o dibujo. Muchas obras son la respuesta o la consecuencia de obras previas y se forman de manera espontánea o automática; me interesa la sinceridad en el dibujo. No suelo preparar bocetos, muchos trabajos provienen de pensamientos o ideas mentales previas, frases, letras de canciones, noticias, de ver a ciertas situaciones en la calle, etc, que traduzco en el papel con mi lenguaje y siempre teniendo presente una visión crítica, absurda o de tragicomedia acerca de la sociedad y de nosotros mismos.
Hablaba de narraciones y nos hemos acordado de su muestra tinerfeña “Calmachicha”, formada por dibujos y collages que componían series a modo de storyboards, más o menos cómicos, más o menos poéticos, cuyos protagonistas se enfrentan a situaciones donde, solo aparentemente, nunca pasa nada. Pero lo incómodo se respira en el ambiente, en el papel.
Como adelantábamos, Adrián trabaja en técnicas diversas, eligiendo las más adecuadas para cada proyecto, y en su producción tiene una gran importancia lo vulnerable y lo efímero: podría separar dos líneas de trabajo; una sería el trabajo sobre soporte físico, normalmente papel, y la otra el trabajo de las instalaciones efímeras, normalmente realizadas sobre pared, considerando la experiencia del espectador. Grafito, tinta, collage, alfiler e hilo son algunos de los materiales que suelo utilizar, de los que me interesa su carácter frágil o su sutil versatilidad. Utilizo multitud de técnicas que varían dependiendo del proyecto a realizar.
Llamativamente estas instalaciones, que invitan al espectador a observarlas sin invadir demasiado su espacio, comulgan por su sutilidad y su estética con el dibujo, y en unos y otros predomina el blanco y negro, que elimina distracciones. Podemos hablar, entonces, de dibujo expandido, en el que entra en juego la luz con todas sus posibilidades expresivas.
Sus influencias son diversas, dentro y fuera de la esfera artística, pero quizá tengan en común el sello de lo auténtico, la ausencia de pretensión: toda la cantidad de dibujos animados que vi de niño ayudaron a que a día de hoy recurra a técnicas y formatos relativos a la animación y al comic.
Al pasar por diferentes etapas de experimentación, esta es la que me resulta más natural a la hora de trabajar.
Me interesa el denominado arte “malo” o el llamado outsider. El tipo de obra y de artistas que pueda encontrar en espacios como The Museum Of Bad Art (MOBA) o en mercadillos callejeros son una gran fuente de inspiración.
Por otro lado, internet me da la posibilidad de descubrir cantidades ingentes de interesantes artistas cuya lista me sería muy difícil de calcular. Mis influencias van desde artistas como Gauguin hasta cómicos como Faemino y Cansado.
Hemos pedido a Adrián que elija para masdearte sus proyectos más interesantes, y escoger no le ha sido fácil, pero finalmente nos propone un viaje a los orígenes: Me es difícil tener que elegir hasta ahora algún proyecto, exposición o trabajo. Cada proyecto es especial y procuro hacerlo con la mayor motivación posible, si no perdería todo sentido.
Los proyectos colaborativos son una de las partes positivas y fructíferas en mi carrera. Recuerdo mi primera exposición individual, “Pause”, realizada en la Sala de Arte Instituto Cabrera Pinto de Tenerife en 2011, donde empecé a experimentar y pensar en la idea de dibujo expandido, donde tuve la oportunidad de realizar un catálogo con un grupo de profesionales y amigos geniales, con dos magníficos textos de Dennys Matos y Santiago Olmo, fotografías de M. Laura Benavente y de Teresa Arozena y donde la edición corrió a cargo de Ediciones El Umbral y el diseño de Javier Caballero en Madrid.
Los textos de Matos y Olmo que cita podéis consultarlos en su web, pero no nos resistimos a incorporar un fragmento de la aportación del director del CGAC: Ligereza, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad (…). Las cinco cualidades que propone Calvino nos servirán, junto con sus contrarios antónimos y complementarios paradójicos, como una apoyatura para explorar los desafíos a los que nos enfrenta el trabajo de Adrián Martínez Marí (…). El dibujo, los dibujos de Adrián Martínez Marí, no son propiamente trazos, están tejidos con hilos, engarzados en clavos y alfileres fijados a la pared. Se despliegan como una trama de linealidades rectas. No hay curvas, todo está urdido mediante una estructura que serviría para el bordado. Pero si el bordado es un resultado final semejante a la pintura, dotado de color y de formas definidas, el dibujo representa en el papel lo que el pespunte significa en la costura y sobre el tejido. La distancia que separa el hilo de la pared permite la aparición de sombras, como un doble, como una repetición desplazada brevemente en el espacio de los contornos y las siluetas. Ahí está la clave del movimiento (fingido como vibración) que transforma el dibujo en una instalación.
Se refiere Adrián también a Scenes: fue el título de dos exposiciones individuales que realicé en la Galería Ferrán Cano en Barcelona y Palma de Mallorca, también con la suerte de poder realizar otro catálogo contando con dos grandes textos de Arístides Santana y Fernando Gómez de la Cuesta. Poder trabajar otra vez con un grupo de tan gran calidad como ellos y el equipo de la galería Ferran Cano fue una excelente experiencia. Años más tarde participé en la exposición “Tabula Rasa”, exposición comisariada por Fernando Gómez de la Cuesta y Pau Waelder que realizamos en Es Baluard, donde pude mostrar trabajos que seguían el camino de la obra presentada en la exposición “Pause”, realizada en 2011 junto a artistas de las Islas Baleares. En “Tabula Rasa” (2014) participaron, por cierto, algunos fichados más: Bel Fullana, Antònia del Río o Isabel Servera.
Si queréis conocer mejor a Adrián, pasad por aquí: adrianmartinez.es