Elena Asins: un camino hacia la volumetría

El Museo Francisco Sobrino exhibe sus obras en la Colección espíritu-materia

Guadalajara,

El pasado diciembre se cumplieron seis años de la muerte en Azpiroz de Elena Asins, una artista fundamental de nuestro arte conceptual y también del empleo de la tecnología en la creación española reciente, pues buena parte de su producción tuvo como eje el estudio de las posibilidades plásticas del cálculo sistemático realizado con ordenadores, en la senda de la tradición constructiva de la vanguardia del siglo XX y bajo la influencia de la teoría de la información que se gestó en los sesenta.

Realizó su obra en una gran amplitud de medios (del vídeo al dibujo pasando por la instalación, la escultura o la poesía concreta), pero en unos y otros campos buscó el rigor en las composiciones y la mayor sencillez posible en lo formal. La idea siempre pesó, para Asins, mucho más que el marco.

Participó en proyectos esenciales para la renovación del arte contemporáneo en nuestro país desde ese enfoque de la matemática y la computación, como el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense o la Cooperativa de Producción Artística y Artesana y en sus comienzos, en los sesenta, también tomó parte en la que fue una muestra decisiva a la hora de difundir la pintura geométrica radical española: “Arte objetivo”.

Ligada en principio al arte concreto, esta autora adoptó el lenguaje de la línea vinculándolo a ritmos musicales (Strukturen) y aislándolo del todo de cualquier elemento superfluo o que pudiera ser causa de distracción, entendiendo como tales las referencias figurativas, el color o la gestualidad. Sus trabajos pictóricos desprenden, por eso, armonía y son fruto de la búsqueda de un orden propio; más adelante se alejaría de los procesos de la pintura para indagar en aquellas posibles aplicaciones de la informática en el arte, sin apartarse de lo concreto y evitando cualquier simbolismo, en realidad cualquier ismo o etiqueta.

El esquematismo y las estructuras que se repiten y que representan un cosmos personal son la base de su producción más madura, tan simple en apariencia como compleja en los procedimientos de los que brota; de ella también forman parte infografías animadas y obras inmateriales, porque como decimos siempre concedió primacía a la investigación frente a la realización material, asumiendo los riesgos de esa libertad de la forma.

Elena Asins. Dólmenes Albiko Trikuharri 13, 2002
Elena Asins. Dólmenes Albiko Trikuharri 13, 2002

Hasta el próximo 17 de abril, el Museo Francisco Sobrino de Guadalajara exhibe una selección de sus trabajos procedentes de la Colección espíritu-materia, en una muestra dedicada a los dólmenes y menhires y a su obra digital. Se trata de una treintena de piezas fechadas entre mediados de los noventa y 2003 y los primeros, dólmenes y menhires, se basan en módulos geométricos en los que profundizó desde 1994: cuadrados a los que, siguiendo unas relaciones o proporciones matemáticas determinadas, les restaba pequeñas cuñas en los lados, lo que no impide que los percibamos, como la misma Asins apuntó, como cuadrados, o como una buena forma (en el sentido que le da la Gestalt).

Aquellos módulos austeros representan por completo las aspiraciones estéticas de la artista (No encontré figura mejor por más esfuerzos que hice, escribió) y se nos revelan como figuras perfectas, ricas e inquietantes, una vez sometidas a la tensión de ese ligero accidente. Al bautizar como menhir, o como dolmen (combinaciones estos de varios menhires), a un patrón tan geométrico y completamente sencillo, en referencia a los primeros monumentos megalíticos, dejó clara la artista su intención de dotar a estas imágenes de connotaciones simbólicas y religiosas; la mayor sencillez era capaz de cobijar lo profundo: No se trata de reproducir aquí, en la obra, lo que es un menhir como modelo megalítico, sino de encontrar el arquetipo que muestre eficazmente los más profundos anhelos de la vida humana, explicó.

En cuanto a sus obras digitales, estas eran normalmente impresas por la propia Asins. Una de las expuestas, ejecutada sobre una hoja del papel continuo perforado que usaban las impresoras hasta hace poco, pertenece a la serie Azpirotz & Aforismos de Ludwig Wittgenstein, realizada a partir de fotografías que ella misma tomó de su pueblo, Azpiroz. En aquel conjunto, que pudo contemplarse en el año 2000 en la Galería Trazos Tres de Santander, buscó fundir lo ético y lo estético y mostrar su profunda admiración por el filósofo alemán.

Elena Asins. Canons 22 isométrico en B (N.º 1, 6, 14, 20 y 69, 2002
Elena Asins. Canons 22 isométrico en B (N.º 1, 6, 14, 20 y 69), 2002

El resto de sus propuestas digitales ahora en Guadalajara corresponden a la larga serie Canons 22, donde pretendió, en sus palabras, la génesis de la superación bidimensional: Si yo no hubiera aprehendido tanto en Canons 22, trabajándolo de manera intensa, cualitativa y cuantitativamente, nunca hubiera llegado a producir los Menhires, porque la resolución tridimensional se produjo precisamente en esta obra. Con ella apareció otra organización espacio-temporal, otra lectura del discurso narrativo de la obra. Se abrió dentro de mi trabajo otra clase de intereses en la relación física establecida entre espectador y obra. Y también, de la complejidad de la anterior, surgió su sencillez formal.

Esta exposición nos permite apreciar, por tanto, la evolución de Asins hacia la tridimensionalidad, que en un principio emuló a partir de perspectivas isométricas para después valerse del relieve y de la escultura. En esa misma senda se aproximaría a la arquitectura, porque llegó a concebir un proyecto para una biblioteca pública en Japón basado en la combinación de menhires, y también un desarrollo urbanístico para una ciudad siguiendo el Canons 22.

A través de pinturas, relieves, collages y esculturas, además de esas impresiones digitales, veremos de este modo cómo el módulo del menhir lo exploró en casi infinitas combinaciones, permutaciones y cambios de escala, en pequeñas piezas de cartón o en pinturas tan monumentales como vacías y blancas. De una misma figura extrajo múltiples resultados plásticos. Sus dibujos lineales, seguramente la vertiente más conocida de su producción, han quedado intencionadamente a un lado en este proyecto, centrado en aproximarnos a la vertiente volumétrica de su trabajo.

 

Elena Asins. Menhires, 2002
Elena Asins. Menhires, 2002

 

 

Elena Asins. “Dólmenes, menhires y obra digital”

MUSEO FRANCISCO SOBRINO

Cuesta del Matadero, 5

Guadalajara

Del 18 de febrero al 17 de abril de 2022

 

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