El Moraza pensador, a examen en ARTIUM

El museo vasco exhibe sus trabajos menos conocidos

Vitoria,
Vista del estudio del artista
Vista del estudio del artista

La producción del vitoriano Juan Luis Moraza ha vertebrado un discurso conceptual en el que las ideas y el lenguaje constituyen también un espacio habitado por el artista, junto a las formas y rasgos de sus objetos y las situaciones que en cada uno de sus proyectos propone. Aborda la crisis de la representación (de representatividad, represencialidad), tanto en el individuo como en la sociedad, y el posible rol de los museos como lugares para la participación, simbólicos (porque en ellos se examinan los conceptos y usos del monumento, tanto en el arte como en la vida diaria) y antropológicos (en su análisis de las fracturas internas y externas de los individuos).

Hasta el próximo agosto, ARTIUM, en su línea de atención a los artistas vascos, presenta “Gordaliua 1987-1988. Depósito”, muestra en la que pueden verse dos familias de trabajos correspondientes a las esculturas que, a fines de 1998, Moraza depositó en la Diputación Foral de Álava (junto a una donación de otras cinco piezas). Esas dos familias de piezas datan de una década antes, de 1987 y 1988: se trata de Moldes para la oscuridad y Negaciones.

Aquella etapa coincide con la disolución del colectivo CVA, del que Moraza formaba parte junto a María Luisa Fernández, pero esa separación no implicó una menor complejidad en la obra de este autor, sino que sus piezas datadas en aquel periodo, como las que ahora exhibe el museo vitoriano bajo el comisariado de Beatriz Herráez y Enrique Martínez Goikoetxea, traslucen con claridad las bases de los procesos de los que son fruto a un nivel estructural, literal y simbólico.

La mayoría de los trabajos que forman parte de la exposición nunca se habían mostrado y podemos contemplarlos ahora acompañados de abundante material complementario: dibujos, diagramas, textos y objetos que han sido seleccionados por el propio Moraza y que revelan la importancia de su actividad como teórico y pensador, la relevancia de la investigación en sus prácticas y su compromiso con la explicación de los procesos cognitivos de los que nacen sus creaciones (hay que recordar que compagina escultura y docencia).

Define Moraza el arte como “lo que le hace” y no entiende que deba desarrollarse a partir de un tema, sino tener como premisa la invitación a pensar, sentir… y de nuevo hacer. El compromiso de su creación no desea dirigirlo hacia el propio arte sino a la vida y no concede importancia a modas, novedades u originalidades: de hecho, cultiva la escultura por recordar con mayor sugestión la fisicidad material propia de lo vivo frente a una cultura de la imagen en la que la experiencia de lo corporal parece haber quedado relegada.

Vista de la exposición "Gordaliua 1987-1988. Depósito" en ARTIUM
Vista de la exposición “Gordaliua 1987-1988. Depósito” en ARTIUM
Vista de la exposición "Gordaliua 1987-1988. Depósito" en ARTIUM
Vista de la exposición “Gordaliua 1987-1988. Depósito” en ARTIUM

 

Juan Luis Moraza. “Gordailua 1987-1988. Depósito”

ARTIUM. CENTRO-MUSEO VASCO DE ARTE CONTEMPORÁNEO

c/ Francia, 24

Vitoria

Del 11 de enero al 30 de agosto de 2020

 

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