De Van Gogh y Gauguin, desde la Casa Amarilla

El Van Gogh Museum holandés anunció ayer que la Fundación que lleva el nombre del artista ha adquirido en subasta, en la casa Drouot de París, una singular carta escrita por el autor de Los girasoles y por Paul Gauguin en 1888 y dirigida a su común amigo Émile Bernard. Ambos se turnan en el texto para contar sus experiencias en la llamada Casa Amarilla de Arlés, donde convivieron durante dos meses buscando definir los caminos futuros de sus respectivo trabajos, hasta que una discusión de efectos bien conocidos precipitó la separación.

El contexto es, también, sabido por muchos: corría el mes de febrero de ese año de 1888 cuando Van Gogh se había instalado en la ciudad provenzal, procedente de París. En la capital francesa había conocido la producción de Toulouse-Lautrec, Seurat o Signac, y de los propios Bernard y Gauguin, y en el sur buscaba luz y comenzaría pronto a inspirarse en sus paisajes, tras alquilar como taller una parte de esa Casa Amarilla, contigua al Café de la Estación donde se alojaba.

En los cerca de quince meses que permaneció en Arlés, el de Zundert viviría una etapa extraordinariamente prolífica: pintó trescientos trabajos, muchos de los cuales pasaron a manos de su hermano Theo, y a menudo los estructuraba en series, una de ellas dedicada justamente a los girasoles. Animaría a Gauguin a acudir junto a él, para formar en la ciudad una comunidad de artistas que compartieran inquietudes y experiencias, y aquel llegó en octubre, comenzando entonces a trabajar, a menudo, en los mismos motivos que Van Gogh (Augustine Roulin fue una de sus comunes modelos). El fuerte carácter de ambos desembocó en disputas varias y en su separación en diciembre, pero mantuvieron correspondencia hasta la muerte del holandés en 1890.

La carta adquirida ahora por la Fundación Vincent van Gogh es la única que este escribió junto a otro artista y seguramente el documento más valioso salido de manos del pintor que aún permanecía en propiedad privada. Se integrará en los fondos del Van Gogh Museum, cuya directora, Emilie Gordenker, se ha mostrado muy satisfecha por esta incorporación, en tiempos difíciles como estos para las compras, y ha anunciado que formará parte de una muestra este mismo año: Gracias a la Fundación, podemos sumar un nuevo documento significativo a la colección del Museo. Siempre trabajamos en estrecha colaboración con esta institución y estamos encantados de que, gracias a esta adquisición, esta importante carta se pueda incluir en nuestra próxima exposición de otoño centrada en las cartas de Van Gogh.

La misiva fue escrita, en concreto, una semana después de que Gauguin se estableciera en Arlés. Van Gogh también estaba interesado en que Bernard siguiera sus pasos, por eso le explicaba con detalle sus progresos en la Casa Amarilla; en realidad, ni él ni el autor de Mata Mua pierden el tiempo en bromas y son explícitos: explicaban sus colaboraciones creativas y reflexionaban sobre el arte moderno y su devenir.

Aunque ambos se dirigen a Bernard, en el fondo también dialogan en sus escritos. Se turnan para compartir con su amigo en París sus impresiones, pero los dos sabían que el otro leería sus letras y aprovecharon la ocasión para deslizarse mensajes. Los distintos tonos que emplean al narrar dotan de profundidad psicológica al contenido de la carta, sobre todo a la luz del dramático desenlace de aquella asociación breve.

En cuanto a la exposición sobre las cartas de Van Gogh de la que esta formará parte, sabemos que podrá visitarse desde el 9 de octubre y que llevará por título “Your loving Vincent”. Contará con al menos cuarenta misivas; hay que recordar que el museo del artista en Ámsterdam dispone entre sus fondos de la mayor colección internacional de las que envió: 875 de las 930 que se calcula que escribió (ninguna, hasta esta reciente compra, destinada a Émile Bernard). Rara vez se han expuesto al público, en muchos casos dada su fragilidad, y se acompañarán en la exhibición de obras icónicas como El dormitorio, El sembrador (1888) o Los comedores de patatas (1885).