David Reed, perder y encontrar

Cuando camina por Manhattan, David Reed se fija especialmente en los paseantes y los vehículos cuando doblan esquinas y desaparecen; ese instante suspendido entre la presencia y la evaporación, explica, guarda cierta relación con su pintura, cuyo proceso define como perder y encontrar, intuición e instinto.

Nada más llegar a Nueva York en 1966, procedente del sur de California, se encontró con el escepticismo de la crítica y de sus profesores de la New York Studio School ante la vigencia de la disciplina, pero también con su devoción por la gestualidad. El panorama lo llevó a trabajar, en los setenta, en lienzos abstractos de altura no menor en los que predominaban los trazos rojos o negros realizados de izquierda a derecha, de arriba a abajo y, a veces, en diagonal.

A partir de la ejecución de esas imágenes basadas en pinceladas, centró su atención en los procedimientos de la escultura minimalista y posminimalista, alejándose de la pintura y concediendo valor a esta únicamente como testimonio de su tiempo; también hizo uso de las técnicas sugestivas del cine y el vídeo.

Pero los lienzos no lo han abandonado. Hasta el próximo 21 de mayo, Gagosian presenta en su sede en Basilea una muestra que reúne varios de ellos y que enlaza con el espíritu de las que Reed ofreció en 2017 y 2020 en sus espacios neoyorquinos: emplea nuevos materiales, el estarcido y el raspado y ha hecho suyas plantillas cortadas con láser producidas digitalmente; en algunas piezas, una pincelada estarcida puede compararse directamente con la marca pintada a mano en la que se basa. Entiende el artista que replicar una marca pictórica es imposible, pero que fallar abre nuevas posibilidades.

Su vibrante paleta también es novedosa, pero conserva los fuertes contrastes cromáticos de imágenes anteriores y, ocasionalmente, el color surge del gesto: el negro aplicado sobre el amarillo, por ejemplo, da como resultado un sorprendente tono de verde. Le interesa la capacidad de esos gestos para generar algo inesperado, no los aborda como fines en sí mismos.

Aún en otros trabajos, se desvía del formato esbelto y vertical que le permitía mover sus obras sin ayuda durante el confinamiento en favor de una mayor amplitud. Formas superpuestas o que generan intersecciones remiten a rollos de película y están marcadas por gestos estarcidos; de nuevo, lo que al principio sugiere una adición espontánea a menudo resulta haber sido cuidadosamente producido y localizado para suscitar una determinada tensión. Así activa Reed las superficies de las piezas, construyéndolas y esculpiéndolas para subrayar la separación fundamental de cada elemento mientras los dispone en diálogo entre sí. Al yuxtaponer lo opaco y lo translúcido, lo improvisado y lo planificado, evoca la coexistencia de diferentes metodologías, narrativas y cronologías.

David Reed. "Losing and Finding". Gagosian Basel
David Reed. “Losing and Finding”. Gagosian Basel

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