La Galería Nordés de Santiago de Compostela ha iniciado la temporada de la mano de Dalila Gonçalves. Su exposición, “Amanhar”, hace referencia a la violencia, nunca desordenada, inherente a los procesos de trabajo de la escultura. Es posible atisbar paisajes en las piezas, evocaciones del agua, los peces y la tierra, pero estas surgen sobre todo de las redes de sentido que se establecen entre unas obras y sus vecinas.
Algunos de los trabajos expuestos parecen fruto de la disección: para Gonçalves, destripar y desgarrar la materia puede ser un acto poético además de un método.

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