Criaturas vulnerables: somos frágiles y no es malo

Vida y patógenos centran una muestra en La Casa Encendida

Madrid,

Sus investigaciones en torno a la vulnerabilidad, concebida como fragilidad global y no necesariamente negativa, los modos en que determina ciertos espacios y las posibilidades que abre en cuanto a formas alternativas de supervivencia e, incluso, de mutación colectiva son previas a la pandemia, pero la irrupción del COVID-19 ha ratificado su oportunidad. Iván López Munuera y Andrea Bagnato comenzaron en 2018 a estudiar, por un lado, los lazos entre arquitectura y VIH y, por otro, la presencia de enfermedades infecciosas en el sur de Italia en época reciente y llevaron sus análisis a seminarios en el MAAT lisboeta en 2020.

Ahora comisarían en La Casa Encendida “Criaturas vulnerables”, una muestra que subraya esa precariedad esencial común a individuos, ecosistemas y hábitats y que se nutre de la idea de que tomar conciencia de ella puede ayudarnos a establecer otras relaciones entre nosotros y con la naturaleza, abordando este asunto desde perspectivas a veces irónicas y siempre más encaminadas a la gestación de alternativas que hacia el pesimismo.

En el recorrido nos esperan trabajos de artistas y arquitectos internacionales que, a su vez, se refieren a geografías muy diversas en sus prácticas y que venían abordando esta temática desde hace años de manera autónoma; sus caminos confluyen ahora en Madrid.

"Criaturas vulnerables". La Casa Encendida
“Criaturas vulnerables”. La Casa Encendida

Se inicia la exposición con un trabajo reciente de Michael Wang que se despliega tanto en el Torreón de La Casa como en su Sala B. En el primer espacio encontraremos una plantación de tulipanes contaminados por un virus que solo los afecta a ellos; en el segundo, fotografías que dan fe de las distintas caras de esa infección. Se trata de uno de los más tempranos gérmenes identificados por la ciencia en época moderna y no repercute en las personas, sino en esas flores si presentan un solo color: lleva por nombre virus del mosaico del tulipán, se descubrió en los años veinte y origina en los bulbos franjas y llamaradas de tonos atractivos que, antes de ese hallazgo, eran muy valorados.

La aparición del patógeno tuvo que ver con la introducción en Europa Occidental de esta especie, originaria de Asia Central, en el siglo XVI: aquella implantación en el nuevo ecosistema dio lugar a varias enfermedades, que no afectaron a la gran demanda de tulipanes en los Países Bajos en el siglo XVII, pero sí hoy: está prohibido cultivar las variedades llamadas “rotas” porque harían peligrar la pureza de las ya autóctonas.

Wang ha plantado bulbos infectados junto a otros sanos de manera aleatoria y con ellos ha generado una composición circular ordenada que remite a la disposición de los tulipanes en los jardines domesticados. Por ese azar, no conoce el artista qué ejemplares crecerán sanos o enfermos hasta que pase el tiempo, gracias a esas estrías y llamaradas y, pasado el periodo de floración, flores y bulbos serán trasplantados, envueltos en una malla y colgados. Por la belleza, en cualquier caso, de unos y otros, el propósito de este proyecto, Contagion Garden, es invitarnos a reflexionar sobre el vocabulario y las metáforas que empleamos para hablar de los males transmisibles.

El proyecto de all(zone) sí guarda relación directa con nuestro penúltimo virus. Dada la altísima incidencia del COVID entre los empleados de los hospitales de Bangkok, este equipo de arquitectos estudió qué condiciones en el terreno de la vivienda podían reducir su transmisión doméstica y planteó la maqueta, a escala 1:1, de un domicilio cuyo interior se aleja de las disposiciones habituales: una estancia interior, alejada de ventanas, se reserva como zona de estar y es rodeada por una galería o espacio de paso concebido para las actividades conjuntas. Dado que estas pueden favorecer el contagio, queda expuesta la veranda al aire y la luz.

La galería, a su vez, se comunica con varias habitaciones de cuarentena en torno a sí, que se utilizarían cuando fuese necesario. All that… Melts into Air, que así se llama esta propuesta, consta por tanto de un proyecto arquitectónico viable que a su vez contiene una reflexión, especulativa, sobre la vida de los virus en los entornos cotidianos.

"Criaturas vulnerables". La Casa Encendida
“Criaturas vulnerables”. La Casa Encendida

La aparente tienda de campaña frente a esa vivienda es obra de Pratchaya Phinthong. Tiene que ver con la enfermedad del sueño, causada por la conocida mosca tsé-tsé que habita en el África subsahariana. Su presencia allí es antigua, pero los espacios de su hábitat crecieron, se cree, en relación con las consecuencias en el medio natural del colonialismo y, con ello, también proliferaron las epidemias, que se trató de controlar con remedios diversos: desde el arsénico a la esterilización de las moscas macho mediante irradiaciones.

Para su participación en dOCUMENTA (13), este autor viajó por todo el mundo investigando esa enfermedad y en Kassel mostró una escultura que se componía de dos moscas de esta especie dormidas dentro de una vitrina (en La Casa las vemos en un lienzo). Además, colaborando con científicos de África del Este, buscó el perfeccionamiento de las trampas con las que estos insectos se capturan, para que fueran menos violentas para ellos y más asequibles y fáciles de montar: esa tienda de campaña es una de las llamadas trampas de Phinthong, que se utilizaron en Zambia, Etiopía o Tanzania. Arte conceptual y sanidad se dan aquí la mano.

"Criaturas vulnerables". La Casa Encendida
“Criaturas vulnerables”. La Casa Encendida

En la misma Sala B, un vídeo de Isil Egrikavuk recuerda que, en 2005, el gobierno estadounidense comenzó a financiar estudios médicos iraquíes que se anticipaban a una posible pandemia de gripe aviar que pudiera transmitirse a humanos, coincidiendo la iniciativa con la guerra en ese país. La periodista Anne Marie Berger entrevista en esta pieza al médico Anmaar Abdul-Nabi, invitado a trabajar en EE.UU., mientras las respuestas se ensayan con la artista, evidenciándose los tics en la presentación de buenos y malos migrantes en los medios de comunicación (de hecho, esta obra forma parte de una serie más amplia de la turca sobre entrevistas ficticias).

Nos recibe en la Sala C el jocoso pene transparente Tears de Monica Bonvicini, que ridiculiza sus asociaciones al control y al poder, y también un nuevo proyecto arquitectónico: Social (Airy) Distances, de C+arquitectas, colectivo formado por Nerea Calvillo y Manuel Alba Montes. Dado que la pandemia nos ha enseñado que el aire no está vacío sino poblado, por emociones y por microbios, lo presentan como una entidad de dimensiones políticas y sociales, solidificándose a través de una espuma efímera bombeada a través de una columna dos veces al día.

Contemplaremos también la proyección Eat Clean Ass Only y la instalación Common Cup de P. Staff, que remite al tiempo, a mediados del siglo XIX, en que en Reino Unido se generalizaron las fuentes de agua potable para que esta fuera gratuita y, en el camino, disminuyera el consumo de bebidas alcohólicas y aumentase la productividad, en un momento en que podía resultar más seguro beber cerveza que agua. La utilización de aquellas fuentes públicas se generalizó en el siglo pasado, aunque no fue del todo democrática: en Estados Unidos se diferenciaron por razas; de hecho Common Cup quiere incidir en que los objetos cotidianos y acciones tan básicas como el beber pueden explicar mucho de ciertas etapas históricas y de su manejo de contagios e intoxicaciones.

Los poemas proyectados en Eat Clean Ass Only, por su parte, aluden a las fronteras entre erotismo e higiene en los contactos corporales y a la fragilidad de estos.

"Criaturas vulnerables". La Casa Encendida
“Criaturas vulnerables”. La Casa Encendida

Hablando de estas materias, entendieron los comisarios que no podía faltar en la muestra Pepe Espaliú, que convirtió su enfermedad en fuente de creación y activismo sin negar su vulnerabilidad ni pretender escapar de ella; de hecho, buena parte de sus trabajos tienen que ver con que la noción de cuerpo sano ya es frágil y cuestionable de por sí. Contemplaremos algunos de sus dibujos, máscaras apenas expuestas hasta ahora y piezas donde tomó procedimientos artesanales propios de la fabricación de calzado.

Por último, el proyecto Static Range de Himali Singh Soin nos traslada, como varias piezas de la exhibición, décadas atrás. En 1965, la CIA abandonó en las montañas del Himalaya entre India y China un dispositivo nuclear de radiotelemetría, empleado para el espionaje, que emite isótopos y podría ser causa de problemas de salud en la zona. Está prohibido el acceso al lugar, así que no es posible saber ya si la radioactividad es cobijada por el aparato o se ha extendido; en definitiva, no se puede distinguir lo contagiado y lo que contagia.

En el año 78, el padre de esta artista pudo hacer una foto del enclave, que luego utilizaría el Servicio Indio de Telégrafos para elaborar un sello. Singh Soin ha generado una animación en el que este se metamorfosea como si estuviese expuesto a radiaciones, e imágenes y sonidos apelan a identidades nacionales, recuperando el sentido conector entre países de esas montañas; también escucharemos cartas entre este paisaje y el dispositivo en las que se entrelazan lo geológico y lo humano.

"Criaturas vulnerables". La Casa Encendida
“Criaturas vulnerables”. La Casa Encendida

 

“Criaturas vulnerables”

LA CASA ENCENDIDA

Ronda de Valencia, 2

Madrid

Del 27 de mayo al 18 de septiembre de 2022

 

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