Claudio Bravo vuelve a Nueva York

Forum Gallery exhibe pinturas, dibujos y pasteles de todas sus etapas

Nueva York,

Reconocido como consumado dibujante, el artista chileno Claudio Bravo trabajó tanto en papel como en lienzo a lo largo de su carrera, pero seguramente su obra más singular, y representativa de su sensibilidad, se encuentra en sus pasteles y en esos dibujos, los primeros de colores brillantes y los segundos de gran profundidad y belleza.

Varios de ellos, y también una selección de sus pinturas, se exponen por primera vez en Estados Unidos, en la Forum Gallery de Nueva York, que representa ahora el legado de este autor fallecido hace una década. Destacan, unos y otros trabajos, por su virtuosismo técnico, que permitía a Bravo seducir al espectador por caminos inesperados y aparentemente no nacidos del esfuerzo. Explica David Ebony, en el catálogo de la muestra, que como un alquimista moderno, logra transformar objetos cotidianos y sujetos ordinarios en algo inimitable, enrarecido y extraordinario. Incluso sus composiciones más austeras y casi abstractas pueden inspirar asombro en su atractivo trascendental.

Claudio Bravo. Two Heads and Hands (Study for Luzbel and Lucifer), 1983
Claudio Bravo. Two Heads and Hands (Study for Luzbel and Lucifer), 1983

Su obra se sustenta en el color y la luz y fue justamente la de Marruecos, donde vivió desde 1972 hasta su fallecimiento, la que lo atrajo hasta el punto de desear captarla sobre tela o papel. Lo cercano fue muy a menudo su punto de partida: en sus bodegones solía interpretar objetos cotidianos o de sus propias colecciones, que disponía ordenadamente en las composiciones incidiendo en su lado enigmático. A través de recursos austeros y de una gran atención a los matices, se centraba en evocar emociones más que en generar representaciones más o menos veraces o volcadas en cuestiones formales; lo vemos en Forum Gallery en Fans marroquíes (1994), Piedras rituales (1997), Pieles de camello y cordero (2004) y Yellow Marjana (2008), imágenes impregnadas de tonalidades armoniosas y de la luminosidad característica de Bravo.

Inspirándose en las pinturas de Mark Rothko y Antoni Tàpies, el chileno comenzó a trabajar con colores sutiles y con texturas palpables, sobre tela y papel, a principios de los sesenta, y esos rasgos centraron sus piezas más conocidas, en vida del autor y después. De esta muestra neoyorquina también forman parte Three Aluminium Papers (2010) y Red Cloth (2011), que fue su última pintura acabada: una obra majestuosa, de gran formato, que se exhibe al público ahora por primera vez.

La pintura más temprana de la exposición, sin embargo, es el inquietante Nude Male Leaning on Column (1979), creado bajo la influencia en Bravo de su estancia en Nueva York entre 1969 y 1972 y también de Velázquez, silencioso y etéreo. Tampoco faltan en la Forum los pasteles Green Sofa (1991) y Opening the Door (1991) y los dibujos Two Heads and Hands (1983) y Said (1995), así como la perturbadora naturaleza muerta Engines (2008).

Claudio Bravo. Green Sofa, 1991
Claudio Bravo. Green Sofa, 1991

Bravo, que representó a su país en la Bienal de Venecia en 2007, fue autodidacta y su vocación creativa nació tras contemplar en la infancia esculturas antiguas, que siempre admiró, aunque tuvo claro muy pronto que quería ser pintor. Su buen hacer en una figuración que acercó al superrealismo también bebió de la pintura clásica (hablábamos de Velázquez, pero también de Sánchez Cotán o Zurbarán) y de ecos de Dalí.

Expuso por primera vez en Valparaíso, cuando solo tenía diecisiete años, y después adquirió celebridad como retratista, también en Madrid, donde se asentó en los sesenta y fue muy alabado por la verosimilitud de sus trabajos y su habilidad a la hora de representar formas y objetos complejos, siempre con sus modelos delante y nunca a partir de fotografías, porque estaba convencido de que el ojo veía más que la cámara.

El reconocimiento internacional le llegó ya en los setenta, tras exhibir su producción en la Staempfli Gallery neoyorquina, y por aquella época comenzó a pintar paquetes envueltos y atados de un verismo inusitado. Después se establecería, como decíamos, en Marruecos (solía coleccionar, pero entonces se acentuaron sus adquisiciones patrimoniales); su última muestra en vida tendría lugar en la Marlborough neoyorquina, en 2010, cuando proyectaba crear un museo en su país con sus fondos propios de esculturas romanas, obras de Warhol, Manolo Valdés o Bacon, piezas de Botero o Rodin y muebles contemporáneos.

Claudio Bravo. Stretchers, 2008
Claudio Bravo. Stretchers, 2008
Claudio Bravo. Still Life, 2003
Claudio Bravo. Still Life, 2003

 

Claudio Bravo

FORUM GALLERY

475 Park Avenue at 57th Street

Nueva York

Del 14 de enero al 20 de marzo de 2021

 

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