Christian García Bello, construir como narrar

Presenta su escultura ascética en la Fundación DIDAC

Santiago de Compostela,

La atención a la poética de los materiales y una estética ascética determinan la producción de Christian García Bello, que desde sus inicios evoca, sea a través de esculturas, de instalaciones o dibujos, mundos de relaciones entre individuos y geografía, entre el cuerpo y el entorno, concibiendo el primero como la vara de medir del segundo. Cuando hace unos años lo fichamos, nos explicó el artista coruñés que entiende que los paisajes solo existen cuando los miramos, porque, sin la participación de nuestro ojo, solo podríamos hablar de parajes; tienen mucho de constructo mental, una dimensión humana.

Sus proyectos los comienza, precisamente, a partir de su propia experiencia directa con el espacio, vivencia que posteriormente intelectualiza ya en su taller sirviéndose de estrategias que, en sus palabras, nadan entre la simplificación analítica, el reduccionismo formal, la búsqueda de la poesía del material y las tensiones de lo trascendental. Habitualmente los juegos con escalas y modos de percibir son su herramienta para plantear esos nexos y también suele cobrar importancia en sus trabajos el horizonte, como refugio de la mirada o como vía de escape que nos excede tanto a individuos como a enclaves: Trato de analizar qué sucede en el horizonte, entendiéndolo como un umbral inalcanzable y como un constructo perceptivo con amplio valor poético. Durante este tiempo he ido construyendo una serie de estrategias para abordar el paisaje desde la escultura sin caer en el mimetismo. Estrategias que guardan relación directa con conceptos como el tiempo, la luz, la muerte, la temperatura, la altura, la horizontalidad, la distancia, la percepción o el vacío, y que me valen para analizar qué sucede en el umbral que los separa de sus antónimos.

En mi trabajo como escultor, esas estrategias se apoyan en una familia de materiales con una carga poética, críptica y retórica. También acostumbro a trabajar a partir de mi propia escala y me interesa abordar la escultura desde perspectivas ascéticas y austeras. Actualmente mi interés ya no solo se limita a recorrer, mirar y analizar el paisaje sino que también me interesa el acto individual de habitarlo para tratar de definir operativamente qué es un refugio, cómo sería la mínima expresión del mismo y cómo se aborda esa problemática desde la escultura, entendiendo el refugio como impasse, como espacio paciente y como lugar desde el que analizar a resguardo qué sucede en el exterior.

Hasta el próximo 27 de noviembre, García Bello presenta en la Fundación DIDAC de Santiago de Compostela su individual “Pongo mi pie desnudo en el umbral”, en la que recoge sus últimas indagaciones en los nexos posibles entre escultura, materiales y territorios: propone un relato que enlaza Bélgica con la frontera entre Galicia y Portugal a través de la incidencia de las peculiaridades de cada lugar, de cada paisaje, en las formas, el tratamiento de los materiales y la gradación de la depuración habitual de sus piezas.

Explora, asimismo, el artista los paralelismos entre las acciones de construir y de narrar, entendiendo que ambas constituyen modos de situarnos en el mundo, o de ordenarlo: la arquitectura es al espacio lo que el relato al tiempo. La escultura, sin embargo, puede conjugar labores de ambos: vertebra entornos y articula en ellos una métrica que acompaña al espectador en sus lecturas del entorno.

Christian García Bello. "Pongo mi pie desnudo en el umbral". Fundación DIDAC
Christian García Bello. “Pongo mi pie desnudo en el umbral”. Fundación DIDAC

 

 

Christian García Bello. “Pongo mi pie desnudo en el umbral”. 

FUNDACIÓN DIDAC

c/ Pérez Constanti, 12 bajo

Santiago de Compostela

Del 12 de septiembre al 27 de noviembre de 2020

 

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