Chillida, conversaciones con su tiempo

El Museo San Telmo se suma a la celebración de su centenario

San Sebastián,

Inmersos aún en la conmemoración del centenario del nacimiento de Eduardo Chillida, el Museo San Telmo de San Sebastián se suma al programa de celebración de la mano de una muestra, comisariada por María Bolaños, que quiere poner en cuestión ciertos mantras sostenidos en torno a su escultura como obra atemporal, completamente personal y reconocible, difícil de abordar desde más enfoques que el de la excepcionalidad.

“Chillida en conversación” busca dotar de contexto a su producción, entendiendo que todo artista es hijo de su época y que, al relacionar y confrontar su estética e intereses con los de autores contemporáneos, podremos vincular sus inquietudes con las que entonces circulaban internacionalmente, en el ámbito de las artes plásticas pero también en los de la filosofía, la música, la arquitectura y otras disciplinas; hay que tener en cuenta que el autor de Elogio del horizonte fue, sobre todo, un hombre curioso y reflexivo en lo intelectual, más allá de su labor escultórica.

Esta exhibición se centra en dos décadas fundamentales en la carrera del vasco, pero también en la reformulación de lenguajes en el arte europeo tras la II Guerra Mundial: profundiza en el periodo transcurrido entre los cincuenta y los setenta, cuando su propio medio más habitual, la escultura, dejó de lado un buen número de convenciones y un cierto letargo para adoptar materiales, formas y modos de presentación radicales. Fue un tiempo, por tanto, marcado por la experimentación, en el que no deben disociarse los logros de ningún artista de los debates cruzados y las voces mutuamente alimentadas.

El montaje de este proyecto se ha concebido, precisamente, desde la voluntad de subrayar esas conversaciones e intercambios, aunque sin hacer hincapié en los lazos de los creadores representados con corrientes definidas ni con colectivos más o menos organizados: se acentúan búsquedas comunes, incluso obsesiones compartidas, que formaban parte del aire del momento pero que no necesariamente quedaban bajo el paraguas de etiquetas.

Eduardo Chillida. Espacios perforados II, 1952. Colección de Arte Banco Sabadell. Fotografía: Alberto Cobo
Eduardo Chillida. Espacios perforados II, 1952. Colección de Arte Banco Sabadell. Fotografía: Alberto Cobo
Aurèlia Muñoz. Infinito, 1977. Colección Macua Roy
Aurèlia Muñoz. Infinito, 1977. Colección Macua Roy

El recorrido reúne cerca de un centenar de trabajos de artistas europeos y americanos en diferentes disciplinas, incluidas la fotografía, la danza, el teatro experimental, la moda y el cine. Contemplaremos también, desde luego, esculturas: de quienes fueron fundamentalmente pintores pero no dejaron de hacer incursiones en las tres dimensiones (Picasso, Miró); de quienes podemos considerar fundadores de este arte en la contemporaneidad, en buena medida por un tratamiento del espacio en el que ahondó igualmente Chillida (Arp, Julio González); de representantes clave de la figuración escultórica en ese momento de posguerra (Alberto Giacometti, Baltasar Lobo, la francesa Germaine Richier); de nombres esenciales del panorama británico, que enlazaron sus piezas al cuerpo y al paisaje (Barbara Hepworth, Henry Moore); o de los impulsores de la escultura en hierro (Anthony Caro, Tony Smith).

A nuestro encuentro saldrán, además, informalistas y expresionistas abstractos contemporáneos de Chillida, como Motherwell, Dubuffet o Millares; artistas que, en medios muy diversos, del tejido al fieltro, inventaron códigos personales (Joseph Beuys, Aurèlia Muñoz, John Chamberlain, Elena Asins) y otros de los que queda mucho por investigar (Lola Bosshard, María Paz Jiménez, Moisès Villèlia). Entre quienes se manejaron en el terreno de la imagen y el cuerpo, se ha contado con los cineastas Yasujiro Ozu y Robert Bresson, con los fotógrafos Harry Callahan, Ilse Bing o Cartier-Bresson y con el legado de los coreógrafos Merce Cunningham y Marta Graham -no está de más recordar que dedicó Chillida centenares de dibujos y grabados a las manos, como algo más que una porción de anatomía: como miembro capaz de capturar el espacio al abrirse y cerrarse-.

Todos ellos configuran en el San Telmo un mapa de la vanguardia internacional, una red de afinidades y sincronías: una conversación entre contemporáneos con la lengua de su tiempo. Aunque han sido muchas las instituciones prestadoras, destacan las aportaciones del Chillida Leku, el Centro de Arte Moderna Gulbenkian de Lisboa y el Museo Reina Sofía.

Alla Kovgan. Cunnhingham. 2019. Cortesía de Merce Cunningham Trust
Alla Kovgan. Cunnhingham. 2019. Cortesía de Merce Cunningham Trust

 

Ilse Bing. Silhouette of branches,1955. Cortesía de International Centre of Photography
Ilse Bing. Silhouette of branches,1955. Cortesía de International Centre of Photography

 

 

“Una conversación: Chillida y las artes. 1950-1970”

MUSEO SAN TELMO

Plaza Zuloaga, 1

San Sebastián

Del 8 de junio al 29 de septiembre de 2024

 

 

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