Arranca el verano londinense y las flores amarillas de Gauguin florecen en Londres. La casa de subastas Bonhams pondrá a la venta el próximo 23 de junio, dentro de su puja de arte impresionista y moderno, el último hallazgo en obra de Paul Gauguin: Bouquet de roses. Las estimaciones cifran su precio entre 800.000 y 1.200.000 libras.
Se trata de un óleo sobre lienzo firmado en la parte inferior derecha con la inscripción P Gauguin 84, por lo que se ha fechado en 1884, cuando el artista tenía 36 años. A comienzos de ese año trabajaba como corredor de bolsa en París, pero una crisis financiera que dejó muy tocada la economía francesa obligó al pintor y a su familia a trasladarse a Rouen. El bodegón floral era en aquel momento un tema pictórico común y comercial, y probablemente Gauguin llevó a cabo esta pieza y otras similares con el fin de atraer al coleccionista fácil y asegurarse ingresos inmediatos.
Esta pieza Gauguin la regaló a un político local de Rouen: las flores amarillas son símbolo tradicional de la amistad y es por eso que se piensa que quizá el creador postimpresionista llevase a cabo la pieza específicamente para este primer propietario.
Gauguin se inició en la pintura dentro de la corriente impresionista y evolucionó hacia el sintetismo y el simbolismo. Temprano huérfano de padre, pasó su infancia entre París y Lima, ciudad peruana de donde procedía parte de su familia materna, hasta que en 1865 se embarcase rumbo a Río de Janeiro para pasar los siguientes años de su vida viajando por todo el mundo.
Con posterioridad trabajó en París como empleado de un agente de cambio, ocupación que alternó con su interés por la pintura y el coleccionismo de arte y tras la citada crisis financiera que aquejó la Francia de 1882, ya casado y con cuatro hijos, decidiódedicarse por completo a la pintura.
Tras una visita junto a Charles Laval a La Martinica en 1887, Gauguin visitó por primera vez Pont-Aven, en Bretaña. Allí conoció a Émile Bernard, muy influyente en sus trabajos, en cuanto al uso de colores planos y líneas al modo del arte de las vidrieras. Su Visión del sermón de 1888 es la obra clave de este momento estilístico del pintor. Más tarde conocería a Paul Sérusier, que se convertiría en decisivo para la formación de los nabi, que tomarían a Gauguin como ejemplo.
A finales de la década de los ochenta, Gauguin mantuvo contactos con los hermanos Van Gogh. Theo se convirtió en su marchante y Vincent le invitó a compartir con él experiencias artísticas en Arlés a finales de 1888. Su creciente interés por el primitivismo le llevó a organizar una subasta en 1891 para pagarse un viaje a Tahití. Allí no encontró el paraíso perdido que había imaginado, dado que la influencia occidental era fuerte en la isla y, tras cambiar varias veces de residencia y caer enfermo, volvió a Francia en 1893. Su regreso tampoco respondió a sus expectativas, ya que las pinturas y esculturas realizadas en Tahití no recibieron demasiada atención.
Gauguin decidió abandonar de manera definitiva su país en 1895. Se instaló en 1901 en Hiva Oa, en las Islas Marquesas, donde encontró por fin una civilización primitiva y no contaminada por Occidente en la que inspirarse.
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