El próximo viernes, 26 de junio, podremos volver a visitar el Espacio Fundación Telefónica tras tres meses de obligado cierre por la crisis sanitaria. Allí nos esperan las dos exposiciones que en marzo tuvieron que quedar interrumpidas: “Bill Viola. Espejos de lo Invisible“, que repasa la trayectoria y referencias del videoartista, y “Gila al aparato”, así como su muestra permanente dedicada a la historia de las telecomunicaciones. Sus actividades se retomarán en septiembre, pero entre ellas cobrarán peso las digitales, con nuevos formatos y contenidos online, siguiendo la estela de las propuestas que la Fundación nos ha venido ofreciendo durante el confinamiento.
Precisamente la cultura digital y la divulgación del conocimiento continuarán siendo los ejes de la programación de este centro; sus responsables entienden que “nunca antes ha sido más relevante la necesidad de reivindicar la función social de la cultura y de difundir y poner al servicio de todos el conocimiento científico, tecnológico, humanístico y cultural, factores que, está demostrado, influyen positivamente en la salud física y mental de las personas”.
En esa línea, afirma Bill Viola que debemos recuperar el tiempo para nosotros y dejar que nuestras consciencias respiren y que nuestras abarrotadas mentes estén quietas y en silencio. Esto es lo que el arte puede hacer y lo que los museos pueden ser en nuestro mundo actual. Como decíamos, en Fuencarral podremos volver a adentrarnos en un repaso a sus cuatro décadas de trayectoria; el norteamericano es autor de vídeos plagados de referencias espirituales y elementos simbólicos que invitan al espectador a reflexionar sobre las etapas de la vida y su fugacidad, sobre la condición humana al margen de temporalidades y sobre el rol de la cultura en el desarrollo individual.
No hay palabras en sus piezas: las imágenes han de ser sentidas sin mediación de textos; justamente la intencionada lentitud de su desarrollo y su estructura en bucle se conciben con la intención de sumergir al observador en su propio mundo interior, de inducirle a profundizar en su propia experiencia vital.
La exhibición llega procedente de la Fundació Catalunya La Pedrera, ha sido comisariada por Kira Perov, directora del Bill Viola Studio y cuenta con trabajos de todas las fases de la trayectoria del artista, desde la temprana The Reflecting Pool (1977-1979), donde analiza, a partir de su propio cuerpo, las posibilidades de la imagen electrónica, a la más reciente serie Mártires (2014), que incorpora tecnología puntera en sus efectos de cámara. En este último caso, técnicas como el slow motion o la cámara lenta y el montaje en bucle permiten al espectador contemplar en detalle la acción y la expresión de las emociones en los rostros de los actores, revelando su mundo interior.
Por su parte, “Gila al aparato” es una exhibición en pequeño formato que homenajea al humorista y sus modos, distintos, de hacer reír a través del absurdo y con el teléfono como inseparable compañero. Aunque lo conocemos sobre todo por sus monólogos, el madrileño fue también escritor, poeta, actor, dibujante… y de su talento quedó reflejo en publicaciones como Domingo, Imperio, Flechas, Pelayos, Cucú, La Codorniz o Hermano Lobo.
Ya en septiembre, el día 17, el Espacio Fundación Telefónica nos presentará “Curiosidad radical. En la órbita de Buckminster”, completa exhibición dedicada a un investigador visionario en terrenos múltiples, desde la arquitectura y el diseño a la educación, pasando por la ingeniería o la filosofía. Algunos lo consideran por ello el Leonardo da Vinci del siglo pasado.
El gran objetivo de los estudios de Buckminster Fuller fue tratar de que la vivienda, la educación y la movilidad mejorasen la vida del conjunto de la humanidad, ambición más que actual tras la pandemia (llegó a reclamar el uso de datos masivos para la toma de decisiones y también fue pionero en la reivindicación de la sostenibilidad). La exhibición será comisariada por Rosa Pera y José Luis de Vicente y contará, asimismo, con propuestas de artistas, diseñadores y arquitectos contemporáneos que parten de las estrategias de Fuller.
Por último, la exhibición permanente “Historia de las telecomunicaciones” nos permite conocer la evolución de la telefonía en España a partir de cincuenta piezas seleccionadas, desde telégrafos hasta recientes móviles. Además de incidir en los progresos en las comunicaciones, se pone de relieve los efectos que el desarrollo de las mismas a distancia ha provocado en la sociedad.
En cuanto a las medidas adoptadas por el Espacio Fundación Telefonica para garantizar recorridos seguros en sus instalaciones, hay que subrayar el uso obligatorio de mascarilla, la colocación de geles hidroalcohólicos a disposición del público, el control de accesos para garantizar flujos fluidos, la reducción de aforo al 50% en cada planta y en el ascensor, la reserva de entrada (gratuita, seleccionado fecha y hora) a través de la web del centro y la supresión de audioguías y folletos (podrá descargarse la información de las exposiciones mediante códigos QR).
El servicio de cafetería y la consigna permanecerán temporalmente cerrados y tampoco se podrán realizar visitas en grupo.
