José Lebrero, director artístico del Museo Picasso de Málaga, y Patricia del Pozo, Consejera de Cultura y Patrimonio de la Junta de Andalucía y presidenta del Patronato del centro, acaban de presentar la programación expositiva que podremos contemplar en el Museo el año próximo, después de que el 2 de febrero finalice ““Calder-Picasso”, la muestra que examina las relaciones entre ambos artistas en cuanto a su tratamiento del espacio.
El día 26 del mismo mes llegará allí, tras su paso por la madrileña Fundación Juan March, “Genealogías del arte, o la historia del arte como arte visual“, una muy innovadora exposición que plantea modos de contar la evolución de la creación artística a lo largo de la historia tomando los textos como puntos de apoyo pero no como eje, es decir, vertebrando modos visuales de narrar. La han comisariado Manuel Fontán del Junco, José Lebrero Stals y María Zozaya Álvarez y su punto de partida ha sido “Cubism and Abstract Art”, la exhibición que presentó en el MoMA en 1936 Alfred H. Barr. Podrá visitarse hasta mayo y contará con obras de Pablo Picasso, Constantin Brancusi, Paul Cézanne, Robert Delaunay, Alberto Giacometti, Juan Gris, Vasily Kandinsky, Fernand Léger, El Lissitzky, Kazimir Malevich, Franz Marc, Henri Matisse, Joan Miró, Piet Mondrian, Georges Braque, Paul Klee o Henry Moore.
Ya el 22 de junio se inaugurará en el Museo Picasso “Metamorfosis”, un recorrido por un centenar de obras realizadas por Miquel Barceló en los últimos cinco años que toma su título del clásico de Kafka. Serán pinturas de gran formato pertenecientes a varias series, obras sobre papel, cuadernos de viajes realizados en India o Tailandia y bronces, pero sobre todo cerámicas: de estas contemplaremos una treintena y podremos apreciar sus formas en transformación constante. Las habrá laceradas, fragmentadas y agujereadas y encontraremos en ellas rasgos figurativos que evocarán plantas y seres acuáticos o elementos de carácter antropomórfico.
Barceló ha explicado que concibe unas y otras disciplinas como variaciones o experimentos de un todo que llegará a alumbrarse o no: Cada obra es experimental, cada obra es un ensayo para otra, que no existirá probablemente jamás, y eso creo que es tan válido para mi pintura como para mi cerámica o para cualquier cosa que salga de mi mano.
Esta muestra será comisariada por Enrique Juncosa, buen conocedor de la producción del mallorquín y responsable de varias de sus exposiciones.
Y por último, en otoño, y enlazando con su exhibición “Mujeres Surrealistas. Somos plenamente libres“, el centro albergará “Meret Oppenheim. Reflejo de una época”, un recorrido por el medio siglo de carrera de esta artista y su primera antología en España. La formarán ciento veinte trabajos entre pinturas, esculturas, dibujos, grabados, diseños de moda, joyería y mobiliario; ready-mades, fotografías y documentación relativa a sus incursiones en el teatro, el cine o la poesía.
En sus comienzos en Suiza ya ilustraba sus sueños, pero fue en París, donde se estableció en 1932, donde Oppenheim desarrolló su lenguaje más personal atendiendo a fuentes literarias, mitos, a las teorías psicoanalíticas de Carl Jung o a estereotipos de género. Se relacionó con Max Ernst, Alberto Giacometti, André Bretón, Jean Arp o Man Ray (de quien fue musa frecuente), pero supo entre ellos mantener su originalidad y libertad creativa. En 1937 regresó a Suiza, decayendo su producción durante la postguerra y hasta mediados de los cincuenta, cuando abrió de nuevo un estudio y comenzó a colaborar con Daniel Spoerri y en varias escenografías teatrales. Se mantuvo activa hasta su fallecimiento, del que en 2020 se cumplirán 35 años.
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Málaga
