Terminada la Guerra Civil ingresa en la facultad de Bellas Artes de Madrid, formando parte del grupo de Martínez Novillo, García Ochoa, Delgado y Menchu Gal. En 1960 se traslada a Amsterdam donde reside durante dos años, recibiendo, en 1962, la Beca de la Fundación Juan March para instalarse en París coincidiendo con Lave, Aguayo, Pacheco, Rué y Romero. La obra de Martín Sáez se inscribe, en sus inicios, en la Escuela Madrileña con la que rompe durante su estancia en París. Es allí donde su pintura influenciada por el expresionismo Abstracto Americano, en especial de Kooning , deriva a un planteamiento radical en esencia y colorido, apagado y casi monocromático, donde figuras levemente esbozadas, en composiciones centrales, aparecen resueltas mediante violentos trazos de brocha que dejan al descubierto la imprimación del lienzo. Tras sus viajes a Londres y Nueva York, y su regreso definitivo a Madrid, retorna a la figuración, influenciado por la obra de Francis Bacon y, en especial, el dramatismo con el que éste aborda la condición humana. De este modo, su obra se satura de color aplicado densa y uniformemente, de violentos contrastes, y lo que es su característica más especial, de figuras contorneadas en el color complementario al del fondo, lo que le acerca a pintores como Allen Jones y Richard Lindner , en su intención de fijar el rastro humano desde la carnalidad y la descontextualización mediante la terminología exclusivamente pictórica. Realiza numerosas exposiciones individuales y colectivas, recibiendo en 1951 el Premio Academia Breve de Crítica de Arte de Eugenio D´Ors, y la Beca de la Fundación Juan March en 1962. Su Obra se encuentra en importantes museos y colecciones de Europa y los Estados Unidos.