Chillida, Eduardo

San Sebastián, 1924 - 2002 Escultor español.


Empieza a estudiar arquitectura en 1941, pero pronto lo abandona para dedicarse al dibujo y a la escultura. Marcha a París en 1948 y allí realiza la primeras obras en yeso y terracota, dentro de la tradición clásica. Vuelve a España en 1951, a Hernani, donde se produce el encuentro con el hierro y las tradiciones del País Vasco. Aquí nace la primera obra abstracta, Ilarik (1951), que inaugura una serie de estelas e inicia la investigación sobre los volúmenes y su relación con el espacio. Se suceden a partir de 1956 grandes galardones internacionales, como el Gran Premio de Escultura de la Biennale di Venezia (1958) y el Premio Kandinsky (1961) por Abesti Gogora I, primera obra en madera. Con ella se sitúa conceptualmente en la tradición inaugurada por el escultor Julio González de dibujo en el espacio y desde ahí concede tanta importancia al hueco como a la plenitud de las formas. Al comienzo de los años sesenta viaja a Grecia y la contemplación de las obras clásicas le incita a profundizar en el estudio del efecto de la luz sobre el alabastro, que se materializa en la serie Elogio de la luz, finalizada en 1965. En estos años se produce el contacto con el filósofo Heidegger y el poeta Jorge Guillén y para ambos realiza grabados que ilustran sus obras. Nuevos materiales como el hormigón, el acero y la piedra de granito de la India son objeto de indagación para Chillida, que deja conscientemente hablar a la materia. De ella nace la energía y el movimiento y se manifiesta rotunda en volúmenes de grandes y pequeñas dimensiones. En los años noventa realiza importantes obras que sitúa en espacios abiertos, como Elogio del horizonte, en el Cerro de Santa Catalina (Gijón) o Gure Aitaren Etsea (Guernica), ambas de 1990, concebidas como lugares de habitación y acogida para el hombre, al que, a su vez, ponen en relación con el cosmos. Aparte de la obra repartida en distintos museos del mundo, Chillida Leku (Espacio Chillida) muestra en San Sebastián la obra legada por él mismo, en un lugar en el que se produce la perfecta conjunción entre la obra de arte y la naturaleza. Ha sido merecedor del Gran Premio de las Artes y de las Letras de Francia (1984), Premio Príncipe de Asturias (1987) y es miembro honorario de la Academia de Bellas Artes de San Fernando (1994).

Comentarios